Sorcery - Arrival at Six - Xtreem Music - 2013
Un retorno esperadísimo dentro del death metal más visceral y ha dado más de lo que esperábamos. Sorcery , con su contundente death metal sueco, está de vuelta.
El death metal sueco premelódico que alumbró el cambio de década representado por Entombed, Dismember, Unleashed y Grave se fue extinguiendo con el paso de los 90. Hacia el primer lustro, pese a haber surgido una segunda generación de bandas del estilo en Suecia, ya el sonido había remitido bastante. De entre todas las bandas del momento de esa escena una que llamó la atención con un único larga duración fue Sorcery, quienes con su Bloodchiling Tales (1991), demostraron que era mucho lo que este estilo tenía que decir al metal. Construyeron su sonido un tanto a la sombra del de Unleashed (pero con temática de horror) pero no por ello carecieron de personalidad propia. Lamentablemente no hubo continuación, la banda se extinguió en las marismas que acabó con esa primera generación de bandas y de las que solo unas pocas sobrevivieron.
No hubo continuación hasta ahora. Uno siempre teme lo que un retorno significa. Pero en esta ocasión el retorno es superior y más contundente que el trabajo oríginal. Sorcery siempre practicó la forma más agresiva y descarnada del death sueco original (una onda más a lo Nihilist, los ya mencionados Unleashed o Desultory), y eso retorna potenciado. Efectivamente si en algo ha ganado Sorcery es en la velocidad, el death metal de inicios de los 90 no era tan rápido, pero eso se fue extendiendo, sobre todo gracias al extreme death metal, desde entonces. Sin embargo, este notable incremento de la velocidad en la ejecución no les ha restado ni un ápice en su radicalidad y visceralidad.
Los riffs enfermos y trastornados plagan los temas hasta la saciedad, como debe ser. La voz se enmarca en la propuesta más macabra y psicopática del death metal. Enteramente salvaje, las letras son virutalmente escupidas con rabia, pero con una naturalidad old school que los verdaderos amantes del género nunca dejan de valorar. No debe llamarnos la atención esto pues quienes estan en sus puestos son los dos clásicos integrantes supervivientes de la alineación original: en guitarra Paul Johannsonn y en la voz Ola Malmström.
Los recién invitados para el disco son Steinfaust en la batería, un verdadero acierto porque le ha dado a la banda un dinamismo al que en el pasado solo se acercaron, y Mikael Carlsson en el bajo, quien ha cumplido bien su rol (él proviene de las canteras del black metal con bandas como Patronymicon -uno de los nombres más idotas para una banda que haya leído-).
Sobre los mismos temas, estos alcanzan una personalidad muy definida cada uno, algo poco frecuente en el death metal en el que el trabajo se da más por la elaboración de un sonido antes que por temas específicos, aunque en el perido clásico sí había una vocación más marcada por las canciones. De hecho cabría definir al disco como un conjunto de canciones en el sentido antiguo del término (lieds), cada una narrando una especie de historia épica de horror y depravación. Para mí destaca el trío formado por Master of the Chains, que no es tan veloz y se mueve más pausadamente, la genial Satanic United Alliance que es una de las más contundentes expresiones del death metal de este siglo que haya oído, y la torcida Arrival at Six que se mueve otra vez hacia el medio tiempo. En realidad ninguno de los temas tiene desperdicio, por ejemplo del lado de la velocidad extrema tenenemos la apertura We Who Walk Among The Dead (un guiño a los Misfits) y Maculated Life (una oda al death metal de fines de los 80).
Con este disco creo que Sorcery no solo trasciende su lugar de pequeña banda de culto para iniciados en los carnales misterios del más pútrido de los géneros, sino que se asienta como uno de los maestros de la verdad salvaje del death metal, y este Arrival at Six es un evangelio negro para todo aunténtico devoto.
La edición en CD salió el 15 de enero y en LP 12″ el 15 de febrero limitada a 500 ejemplares 400 negros y 100 azules conseguibles solo vía Xtreem Music, el sello.