Vindicator – United We Fall – Slaney Records – 2012
Una de mis bandas contemporáneas favoritas y una de las razones por la que nunca he visto por encima del hombro a las nuevas generaciones de thrash metal. Vindicator ha consolidado su carrera artística con este disco lleno de agresividad, talento y thrash.
Lo que más me gusta de Vindicator es su capacidad para sonar clásicos pero no repetitivos, o en todo caso que eso no se perciba como un problema, lo que ya es una rara habilidad. Se trata de un grupo norteamericano que reúne influencias de Exodus, Forbidden y Megadeth a raudales, pero que ha sabido ponerlas en su propia clave.
Lo primero a destacar es el plano instrumental. No hay ninguno que salga sobrando. Las guitarras trabajan solos y riffs espectaculares, geniales James La Rue (antes en Holy Grail y White Wizzard) y Vic Stown, en virtualmente todos los temas (para muestra oigan Bastards of Noise and Aggresion). La sección rítmica de bajo, Ed Stephens, y batería, Jesse Stown, es implacable, con un ritmo cuadrático a mil por hora (pobre tarola). El vocalista, Vic (¿Rattlesnake?) Stown es increíble, canta como Paul Baloff pero con el timbre de Dave Mustaine.
En los temas hay ambición sin complejos. Saben que el thrash ya está inventado y se conocen el libreto, pero no les importa y esa es la clave gracias a la cual le dan la vuelta a todo y los hacen memorables (qué difícil es eso hoy en día). De hecho Divided we Stand… United we Fall es uno de los cortes de thrash metal más elaborados y sólidos que he oído en mi vida. Comienza como un tema estándar muy agresivo y a la mitad entra en una pausa que nos remite inconfundiblemente a To Live is To Die de Metallica (pero no es tan obvio), para volver al thrash estilo Exodus con toques épicos.
En el plano temático, Vidicator recoge la vena de unos Nuclear Assault o D.R.I. con una fuerte crítica liberal-progresista al establishment gringo. El calentamiento global, el rescate financiero, el control del patrimonio genético, son el objeto de los temas. No falta el himno metálico en Bastards of Noise and Aggresion en los que Vindicator revindica su condición de apóstoles y predicadores del thrash metal. Acá también se paga tributo a Megadeth con las alusiones a la falsa tierra de la libertad y con un tema que bien podría haber venido en el Countdown to Extinction, Hail to the Thief.
El disco termina con una pieza que se inicia con una lluvia a lo Raining Blood, pero que desemboca en una instrumental acústica (a dos guitarras) al estilo de los Death Angel del Act III (Veil of Deception). Una remanso de paz en medio de tanta fuerza.
Si no has escuchado Vindicator, es la hora. Es una de las mejores bandas del nuevo thrash metal del siglo XXI. Junto con Gama Bomb son los que creo dejarán un legado perdurable que se podrá poner de pie al lado de la herencia clásica del thrash.
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Inicio del disco