Black Sabbath cancelado: tremenda irresponsabilidad empresarial
Por supuesto que ya todos saben esto, pero es necesario que nos demos cuenta de que acá hay una enorme falta de responsabilidad y una culpabilidad insoslayable en quienes han pretendido llevar adelante este show y han fracasado estrepitosamente mostrando la verdadera laya de empresarios que son.
Lo mató el mercantilismoQuizás este post se puede tildar de una pataleta, o quizás sea algo más. Pero es evidente que la cancelación del concierto de Black Sabbath ha sido uno de los golpes más fuertes que haya sufrido el panorama metálico de nuestro país en toda su historia. No otra cosa puede ser la insólita cancelación de un show que se va a reproducir en toda la región sin mayor problema y sí con total entrega. No otra cosa puede ser que la venida de la banda seminal y fundadora de lo que sería en breve la música metal y luego la cultura headbanger sea cancelada por mediocres motivaciones comerciales.
Por supuesto que los espectáculos de rock son y merecen ser un negocio, así ha sido casi siempre y nada de malo hay en ello, finalmente es un trabajo con riesgos económicos y todo. Pero lo que hemos vivido acá tiene una clara responsabilidad. El famoso emprendedurismo que vemos hasta en la sopa en la actualidad nos ha pasado, una vez más, la factura de ver todo con avidez, con angurria mercantilista. Sí señores, esto tiene que ver con la torpeza, angurria y desfachatez de un par de empresarios más dignos del Tribunal virreinal del Consulado del siglo XVIII que de la economía de mercado actual y al que le caiga el guante que se lo chante.
La patraña estúpida acerca de un problema técnico no es más que un signo de sinvergüencería que no podemos aceptar, se trata de que ese precio usurario, matonesco e inmoral que habían colocado para los shows (hasta 5 veces más caro que lo que se ofrecía en el resto de Sudamerica) no iba a funcionar, porque aunque en el Perú hay imbéciles, no es para que exageremos tampoco. Precios imposibles que solo tenían una finalidad, hacer el negociazo con el show de una verdadera leyenda del rock y abusar colonialmente de nosotros como si fuésemos los indios de repartimiento de un corregidor.
Por culpa de la falta total de visión empresarial, por el abuso en el rentismo y la mediocridad más evidente, nos perdemos de un show notable y quedamos completamente por detrás de nuestros vecinos de incluso peores niveles económicos (los shows en Centroamérica van). En esto hay responsable, son los encargados del show que salieron robarle al consumidor, al peruano común, con una entrada de costo inmoral, a abusar de su buena fe con precios asesinos del show, porque eso han hecho, han asesinado al show con ese precio inédito en el continente (y en la historia). Pero esto debe hacernos pensar no solo en este concierto, sino en nuestra realidad nacional. En los problemas que venimos arrostrando hoy casi dos siglos después de nuestra independencia. Seguimos siendo el país del abuso en el que los que tienen la sartén por el mango quieren, no competir (los empresarios del Perú odian competir, sobre todo los grandazos) sino medrar y llevarse el gato al agua con todo y presa. Así, los intereses por hacer viable un espectáculo de buenas ganancias pero al alcance respetuoso del ciudadano medio no existen o son ahogados por la perspectiva de un tremendo bolsón de plata para llevarse en una a la salida del concierto. Como vieron que no les ligaba ni a cañones esas entradas birladoras, decidieron acabar con el show, (jamás las bajarían, ¡qué cosa!).
Sí señores, estoy molesto, pero me acompaña la razón. Esa actitud de desprecio y abuso hacia los demás que no interesan sino por lo que pueden pagar (república sin ciudadanos) es la que está detrás del fracaso de un show que llevado adelante con respeto y ambiciones económicas sensatas hubiera sido un éxito de media cancha en asistencia y plata.
Solo para que tenga una idea les dejo cuánto cuestan en soles estos shows en cancha adelante en algunos lugares en esta misma gira y con ambas bandas.
Colombia: 340 mil pesos, equivale a 498 soles
(Economía comparable a la peruana)
Chile: 29 mil pesos, equivale a 158 soles
(Economía más saludable que la peruana, pero ya no tan lejana)
Argentina: 900 pesos, equivale a 453 soles
(Economía más deprimida que la peruana)
Costa Rica: 70 mil colones, equivale a 387 soles
(Economía mucho, mucho, más pequeña que la peruana)
Perú: 741 soles ¿Hay derecho? ¿Qué palabra usarías para calificar el precio que se quería cobrar?
*Las opiniones vertidas en este post son de entera responsabilidad del autor del blog.