Pregúntale a la vaca
La vieja creencia “Los chinos no comen carne de vaca” cayó en desuso. La generación de los 80 la convirtió en “Los chinos no comen tanta carne”. La generación de los 90 la modificó a “Los chinos comen carne siempre que sea McDonalds”. No me extrañaría que la generación del 00 anuncie en unos años “A los chinos les encanta el bife”. Uruguay está demostrando que puede ver el futuro.
Uruguay tuvo muy claro su punto fuerte en la Exposición Universal de Shangái. Decidió participar con un pequeño stand dentro del Pabellón Comunitario de América Central y América del Sur y con un inmenso restaurante de dos pisos en la zona gastronómica que ofrece carne uruguaya y el tradicional asado.
Con el stand, Uruguay cumplió con la temática de la Expo. Pero el restaurante “Uruguay Natural, Carne Deliciosa” decorado como una pradera uruguaya es su verdadero pabellón.
En el primer piso funciona una zona al estilo de comida rápida con platos chinos a base de carne uruguaya. En la segunda planta se ofrece la carne asada para que los comensales chinos sean testigos de cómo se prepara la parrilla uruguaya.
Este proyecto gastronómico ha sido patrocinado por 54 empresas e instituciones uruguayas. ¿Cómo cosecharán los frutos? Durante la Expo representantes de cada auspiciador viajarán a Shangái para sostener reuniones con sus pares chinos a partir de una agenda preparada por el equipo del stand uruguayo.
Estos encuentros empresariales se llevarán a cabo en el restaurante convertido en base de operaciones comerciales. Frente a una comida y en terreno uruguayo, los empresarios chinos están en desventaja.
Por lo pronto el restaurante ya registra un promedio de 500 comensales diarios, el 90 por ciento chinos. Los cortes más pedidos son el bife ancho, la entraña y la colita de cuadril. Solo a China, Uruguay exporta carne por un valor de US$100 millones lo cual podría duplicar si coloca otros cortes.
Se informa a los visitantes chinos que el ganado uruguayo se cría y se alimenta de una manera natural, sin hormonas ni aditivos y por este motivo la carne es “sana, tierna y jugosa”.
Alfredo Fratti, presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC) explicó por qué el mercado chino es tan apetecible y rendidor para Uruguay. “Nosotros exportamos los cortes más nobles a la Unión Europea y los delanteros a Rusia, ambos a buen precio. Los subproductos vienen a China a excelente precio, muy alto para el tipo de producto que enviamos, algunos de los cuales no son comestibles”.
Para Uruguay, la carne es una plataforma de negocios que le abre la puerta a otros productos detrás de ese buque insignia. Fratti lo ha llamado “una bandera clavada en China”.
Antes de finalizar la Expo ya existe una propuesta de un empresario gastronómico chino para abrir un restaurante temático en una provincia central del país.
La semana pasada, durante la visita del vicepresidente uruguayo Danilo Astori a Beijing, un alto funcionario del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT) le manifestó el interés de China por importar carne uruguaya.
Yu Ping le aseguró que productos como la soya, la lana, el cuero y el pescado congelado procedentes de Uruguay “son conocidos ampliamente por los consumidores chinos” (le faltó añadir a la selección uruguaya en el Mundial de Sudáfrica).
Actualmente, China es el segundo mayor cliente de Uruguay, después de Brasil. El comercio bilateral alcanzó US$ 867 millones en el primer semestre, un aumento del 61.7% en comparación con el mismo período del año pasado.
¿Qué hizo la diferencia? Las malas tormentosas complicadas relaciones que mantienen China y Argentina. Beijing ha dejado de comprar grandes volúmenes de soya (soja) argentina como represalia a las salvaguardias que ha impuesto Buenos Aires a los productos chinos. En la capital china desde hace muchos años opera el restaurante gaucho “El Obelisco”.
Pero como el gigante es voraz y necesita soya y carne, entre otros tantos productos, Montevideo ha empezado a crecer ante los ojos chinos. Por lo pronto, China ya se convirtió en el principal comprador de soya de Uruguay. ¿El siguiente paso? Una reñida competencia entre las vacas argentina, brasileña y la recién llegada uruguaya en el mercado chino.