Comento, luego existo
Y de pronto, un buen día abro la plataforma de este blog y aparecen cientos de comentarios a la espera de ser aprobados. Voy en búsqueda de una taza de café y calculo el tiempo que necesitaré para responder a cada comentarista. Mi corazón está contento y satisfecho.
Era spam. Los cientos de comentarios en la parrilla del blog procedían de una máquina que fabrica mensajes y aprovecha todos los caminos para lograr sus metas. ¡Motor sin sentimientos!
我思故我在 como habría dicho en chino el buen Descartes en su discurso del método. “Cogito, ergo sum” aunque quizás aquí sería mejor imponer una nueva moda: “Comento, luego existo”.
La gran pregunta es ¿por qué es importante dejar un comentario? Comentar sobre un tema o participar de alguna forma en un post permite armar una cadena de intercambio de opiniones. Es un aporte que generosamente se comparte.
Así que te dejo aquí una encuesta ya que me interesa saber los motivos detrás de la aparente desidia. Ya sabes, basta uno o más clics en la lista de abajo. Los resultados se publicarán el próximo miércoles.
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Y aquí abajo las palabras que me regalaron los viajeros de esta nave en un post anterior. Las he colocado en el mismo orden en que las recibí, empezando con la del Maestro y terminando con la mía. ¿Dime si no te parece un hombre parado con sombrero?
Y si de pronto te desbordan las ganas de comentar, te espero en mi nave “China es un Planeta” o en la página de Facebook, o en Twitter o en mi correo personal de capitán. Yo siempre estoy por aquí, esperándote.