Guerras
No, no es un análisis de contienda particular alguna sino del arte de tomar posición. Sí, así como lee. Hay mucha creación y artificio cuando se trata de partidarizarse a favor o en contra de dos rivales en pugna.
“Soy más amigo de la verdad que de Platón”, decía Aristóteles, dispuesto a no darle la razón a su par. Este es un buen punto de partida para todo análisis y atinada toma de parte. Sin embargo, en ocasiones una elección parece suponer el sacrificio de la honestidad.
Dos bandos deben buscar sus puntos de encuentro y un resabio de humanidad nos sugiere que el enemigo a vencer es siempre la violencia misma.
En este blog somos amigos férreos de la paz y tanto que creemos que la guerra y su violencia debería ser un asunto cerrado a aquellos que la buscan y la imponen. Pensamos en las centenares de guerras de los últimos siglos y en las que vendrán. Sin referir ningún conflicto actual y planteando una guerra entre dos hipotéticos Estados nos atrevemos a sugerir el ideal bélico del futuro:
“Año 2050: Las armas de largo alcance dieron a su fin en un pacto universal firmado por todos los Estados. Desde entonces ellas se libraron a mano o cuchillo en los campos de batalla. Disueltos los ejércitos oficiales, tocó el turno de enfilar, marciales, hacia la lucha, a presidentes, vicepresidentes, ministros de Estado y congresistas. Estos representantes de la guerra son quienes hoy la afrontan directamente y quienes, malheridos y sobrevivientes han de retornar finalizada la contienda. Mientras tanto el pueblo vive concentrado en sus propias cosas”.
¿Será?