Arrepentimiento al revés

A veces las interrogantes no provienen de los grandes libros de filosofía. Sócrates creyó que el conocimiento de la virtud era una ventaja, otros predicaron las bondades del desprendimiento. No pretendo ir a contracorriente, pero…

La historia humana me prueba que la sobrevivencia no es un tema de victorias morales y que, en muchas ocasiones, el bien es pagado por mal. A ratos colgamos preciosas hechuras de perla en malhadados pescuezos y nos entregamos a la caridad en favor del vil. Como cristiano no llevo la contraria, pero…

En “El alma buena de Zsechuán”, Brecht nos advierte de las implicancias de ser abnegadamente bondadosos y en las secuencias de la vida hemos palpado el abuso, la deshonra y la canallada que se perpetra contra quienes bien obran. El mal no tiene par y las consecuencias, como dije antes, me llevan siempre a caer desde las alturas elegíacas de Sócrates y Platón hasta el ras terrestre de “Los cojudos” de Sofocleto.

En un cuento que hoy publica El Dominical del diario El Comercio, un sujeto se muere y pone de vuelta y media al cielo y en serios aprietos a San Pedro.  Había hecho mucho bien en vida, caridad en demasía, bondad a raudales, santidad en grado puro, pero en las puertas del cielo se arrepiente al revés, se arrepiente de todo el bien que había realizado. Las razones o sin razones vaya usted a saber. El tema es que la maldad y el engaño, como la seducción y la falta de escrúpulos puede ser, en términos prácticos, más rentable que el bien. Pero…

La opción moral es muy sencilla: o te avienes a la derrota, resignando tu voluntad a la adversidad o te eriges como un hombre libre capaz de decidir por el bien a costa de todas las ventajas que puedas obtener de los atajos.

Me conformo con ser Diógenes, habitando mi barril, gozando de mi sabiduría y conservando la pureza entre mendrugos, soledades y distancias; que entregando el alma a la tentación siempre envilecedora de la oscuridad.

Bien por bien, bien por mal, el sello de una victoria sobre la necedad y la maldad consciente o inconsciente de los demás.