Nos ganó la San Martín
Juntemos todo el bronce del mundo para erigirle un monumento a Rainer, que Toñito sea nuestro símbolo en el día del trabajador, dejémonos de tonterías y hagamos del ‘Negro’ un miembro más del santoral merengue… No nos faltan jugadores de quienes sentirnos orgullosos porque palpitan la crema, la sudan, la sienten. Pero a veces esa entrega generosa no es suficiente. El clásico del sábado no lo empatamos con Alianza. Lo ganó la San Martín.¿Salomón nos ganó el clásico? ¿Lo perdió Alva? Ni uno ni otro. El clásico, el campeonato, lo perdió la ‘U’ y no el sábado, ni la semana pasada, sino mucho tiempo atrás. Ocurrió cuando su dirigencia perdió el sentido de la realidad y empezó a vivir al día, mendigando dinero, peleándose con auspiciadores, maltratando al plantel, al cuerpo técnico, a sus trabajadores, al hincha. La estupenda campaña cumplida en la Libertadores se sostuvo por el compromiso de los jugadores con el objetivo y, sobre todo, por un técnico como Juan Reynoso que se bancó los momentos más difíciles y aguantó hasta donde pudo.
No apunten sus insultos sobre ‘Cachito’, olvídense del desorden de Miguel, la intemperancia de Galliquio, la escasa contundencia de Labarthe. Ni ellos ni Chemo tienen la culpa. Hoy estamos pagando por las desgracias de otros, que no hicieron nada por reconstruir la institucionalidad y dejaron al club despedazarse, diluirse, mientras se peleaban por lo poco que quedaba.
¿Qué hacer ahora? Seguir peleando, no bajar la guardia, plantear objetivos más cercanos (el tercer cupo de la Libertadores, la Sudamericana) y tener claro, por encima de todo, que el club necesita estabilidad, bases sólidas, confianza, tranquilidad. A mí no me interesa campeonar un solo año: yo quiero hacerlo siempre. ¿Cómo se consigue eso? Elaborando un proyecto serio, que señale una continuidad y no dependa de la buena voluntad de un sponsor o el arrebato de algún hincha de billetera gruesa.
Tenemos que empezar a mirar el futuro de otra manera. Es la única salida.
Un abrazo para todos.