La ‘U’ de Comizzo
“Este equipo es otro equipo”, dijo anoche Ángel David Comizzo antes de huir de las cámaras de televisión rumbo al camarín de San Marcos para abrazarse con sus jugadores.
La ‘U’ acababa de vencer a UTC 3-1. Pese al susto inicial, en ningún momento perdió el dominio de las acciones, manejó la pelota con holgura y mantuvo la voracidad por el arco contrario hasta el último minuto, como si el marcador no hubiese sido abierto.
A tres fechas del final de la Fase 1, la crema se consagró campeón con 11 puntos de ventaja. No perdió ningún partido durante la pandemia. Le puso llave a su arco y atacó con todo lo que pudo. Hizo un campañón histórico, inolvidable. Único.
“Este equipo es otro equipo”.
El mensaje de Comizzo era para todos los que miramos con una mueca de desagrado su regreso, que lo criticamos en la hora de los primeros triunfos, que decíamos que el mérito no era suyo, sino de Goyo, mientras recordábamos cómo dejó escapar el título del año pasado o nos abandonó a comienzos del 2014.
“Este equipo es otro equipo”.
Es momento de reconocer sus méritos. Ángel David aprovechó el gran plantel que heredó y le puso su sello. Las maneras atolondradas de los primeros partidos fueron puliéndose. La búsqueda por el arco contrario encontró equilibrio en la seguridad de Carvallo, la consolidación de la dupla Alonso-Quina, el trabajo de hormiga de Alfageme, la inteligencia de Millán para gobernar la mediacancha, tocándola en corto o metiendo un pase largo, regulando los tiempos, manejando el oxígeno.
En la movilidad de Hohberg para juntarse con Santillán –por el carril o el interior-, irse al medio, cambiar de posición con Chiquitín o aparecer como 9.
En el poder letal de Jonathan Dos Santos, fuerte para aguantar a los centrales rivales, hábil para tirarse a un costado o aparecer en el área chica –allí donde mejor sonríe- para meter un martillazo con la cabeza o estirar el piecito goleador.
Y en la modestia de Diego Chávez, quien volvió casi del retiro para conseguir que no extrañemos tanto a Aldito Corzo.
La crema creyó en sus armas, en su plantel casi sin resquicios y reinó a sus anchas, siempre solidario, apostando por poseer el balón para dejar al rival sin iniciativa.
“Este equipo es otro equipo”. Tiene razón, Comizzo. Ya no es la ‘U’ de Goyo. Es la ‘U’ de Comizzo.