OLPC: Un recorrido por Arahuay
Ayer estuve por Arahuay, un pueblito enclavado en las alturas de Canta, a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar, en la sierra de Lima. Llegar allí con la comitiva del Ministerio de Educación no fue nada fácil. El camino es de tierra afirmada y el viaje desde San Borja hacia esa zona toma unas cuatro horas. Arahuay es visitada desde junio de este año por funcionarios del Ministerio de Educación, técnicos, profesores, periodistas y gente interesada en conocer cómo es el asunto de las llamadas Laptops de 100 dólares. Si quieres conocer más sobre este proyecto en el Perú sigue leyendo.En realidad, estas cuestan un poco más (unos 189 dólares) y las 50 que se prueban allá son parte de un lote de prototipos que la Fundación One Laptop Per Child (OLPC) envió al Perú para que se evalúen en un programa piloto antes que el Gobierno tomara la decisión de comprar 40.000 de estas unidades.
La visita nuestra fue anunciada y tanto el director, como los profesores y los alumnos de primaria de la Institución Educativa Apóstol Santiago se prepararon para un evento atípico a esa zona. Nadie iría a Arahuay sino fuera por el tema de las pequeñas laptops de color verde. Estas forman parte de un proyecto humanitario y si bien ofrecen una calidad inferior al equipo que usted y yo usamos, debemos verlas con otros ojos. No con los ojos de un exigente consumidor capitalino sino con los de un niño de una zona rural que en su vida pensaba contar con uno de estos equipos para llevárselos a casa.
En Arahuay es usual ver a los niños con la laptop por las calles. Allí no hay el riesgo de que algún adulto se las arrebate o quite de un jalón. Es un pueblo del ande donde la delincuencia es poco conocida.Los niños llevan las laptops a casa y al colegio. Son suyas y cada una puede reconocerse con su nombre. Dicen estar fascinados con la computadora y obviamente la curiosidad los lleva a buscar temas como el Grupo Cinco, Chuck Norris, Gokú o hacer grabaciones con temas de Amapola de Arahuay, una cantante nacida allí y muy popular en la zona. Los chicos graban sus canciones con el micrófono de la laptop y la reproducen en la misma.
Saben además tomar fotos, filmar (el equipo trae una webcam) y procesar textos, gráficos y una que otra presentación. Son actividades totalmente lúdicas. Por ahí les encargan temas y ellos deben buscar respuestas con Google, pero no pueden hacer más cosas (como imprimir un documento o guardar información en una unidad de memoria portátil) porque existe entre los profesores un desconocimiento comprensible.
Traté de grabar en una memoria portátil (tipo USB) unos videos y fotografías captadas por ellos y el resultado totalmente negativo. Ni la profesora pudo resolver el problema. Los chicos no entendían lo que quería hacer. Solo me decían “que ahora la laptop tenía más orejitas”.
Ocurre que el acceso a los puertos USB están al costado de la pantalla, a unos centímetros de sus antenas tipo conejo y fue en vano mi intento de grabar información con dos memorias al mismo tiempo.
Recordemos que esta laptop no ha sido desarrollada para consumidores natos de tecnología. Los profesores tampco han sido preparados por el Ministerio de Educación para este fin. Los responsables del proyecto creen que eso no es tan necesario. Asumen que un simple manual y la inserción de programas y libros digitales serán suficientes. Esto podría ser criticable por las limitaciones. Pero, ojo, hablamos de niños de educación primaria a los que aún debemos seguir de cerca cuando pretendan entrar a Internet para acceder al Messenger, ver videos en YouTube o usar una de las herramientas de la web 2.0. En algún momento los niños querrán llegar a eso. Por ahora están con estos equipos y esperamos conocer más detalles (y sobre todo transparencia).
Texto y fotos: Juan Carlos Luján.