¿Cómo hacer yoga si te cuesta respirar? (asma, resfriado, alergia, ansias)
Respirar tiene que ver, directamente, con la vida: es lo primero que hacemos cuando nacemos y es lo último que hacemos antes de morir. Pero la respiración puede verse “retada” por alergias, resfriados, asma, ansiedad, y más.
Y cuando algunas de esas cosas suceden, es todo un trámite, ¿no? Y, obvio, preferimos quedarnos en la cama, enrollados en mantas como un tamal. Pero está bueno saber que hay algunas posturas de yoga que puedes hacer en tu cuarto, sala, cocina y que no demandan esfuerzo. Ojo: las puedes hacer cuando te sientas mal y también cuando te sientas bien (como prevención).
Con posturas de yoga y técnicas de respiración, uno puede hacer que la capacidad que tienen los pulmones crezca y mejore. Además, el yoga hace que el diafragma -el músculo más importante para respirar- se fortalezca y cuando eso sucede, uno puede exhalar más, y cuando eso sucede, la próxima inhalación será más profunda y así.
Entonces, esta secuencia de posturas restaurativas está armada con el fin de expandir las costillas, estirar los músculos intercostales, abrir los pulmones y estirar el diafragma (qué tan ‘pro’ soné, caray).
Ojo: Como siempre, si ves a un doctor por alguna condición respiratoria, pregúntale qué le parece esta secuencia.
1. De lado es mejor
Necesitas: tres o cuadra mantas (o sábanas). A mí me gusta usar una almohada suave como base. Échate de costado y asegúrate que la cintura esté en el centro de las mantas. Si te estiras hacia la izquierda, tienes que sentir un “jaloncito” a la derecha. Si no lo sientes: chequea que no estés apoyado en tu hombro o en la cadera. Los brazos van por encima de la cabeza. Quédate entre 30 segundos a 1 minuto. Cambia de lado y para salir: dobla las rodillas y de ahí te impulsas suave hacia arriba.
2. Abre el pecho, relaja el cuello
Respirar muy rápido, que sucede cuando nos ponemos de mal humor en el tráfico, o cuando estamos por dar una exposición importante, etc, no es lo mejor. Es parte de nosotros, sí, pero tenemos que mandarle el mensaje al cuerpo de que también podemos respirar con tranquilidad. Si no, vienen las ansias. Una manera de hacer eso es con la siguiente postura.
Normalmente usaría un bolster debajo de las rodillas, pero para mostrar que todo puede ser casero, puse un par de almohadas.
Dobla dos mantas para que tus omóplatos vayan encima de ellas y enrolla una toalla o una sábana como un cilindro: esa irá debajo de la parte baja del cuello, no en el centro. Los brazos hacia un lado. Además de estirar el diafragma, esta postura mejora es estado de humor (por si te sientes medio bajoneado).
3. Un puente cómodo
En vez de dos almohadas, pueden ser dos cojines o dos bolsters (de hecho es mejor). Acomodas lo que tienes y te echas encima. Muy despacio te deslizas para que la cabeza y los hombros toquen el piso. Si el cuello está muy pegado a tu pecho, enrolla una sábana o toalla y ponla debajo de este (muy cerca a los hombros). Si la espalda baja te fastidia, apoya las plantas de los pies en las almohadas o cojines. Quédate entre 10 a 12 minutos. Esta postura deja que la sangre de las piernas fluya si es que estuviste mucho tiempo de pie y reduce la fatiga. Está buena para aliviar dolores de cabeza.
4. Parece que te lamentas, pero en verdad la pasas bien
Para esta postura, necesitas una silla. Chequea que esta no se vaya para ningún lado y te sientas con las piernas cruzadas. Esta postura coloca los pulmones y los músculos de respiración en un lugar en el que se pueden relajar. No hay mucho qué hacer una vez que te acomodas. Funciona que te sientes encima de mantas por pura comodidad. Quédate entre 3 a 5 minutos. Si tienes la nariz tapada: exhala por la boca.
OJO. En ningún momento deberías sentir que no puedes respirar. Si esto sucede, sal de la postura, relájate y luego vuelves a probar.