Cada 5 años, durante los meses previos a las elecciones generales, la volatilidad de los activos financieros se incrementa significativamente. Esto se ve reflejada, por ejemplo, en un alza del dólar y en la caída de los precios de muchas acciones en la Bolsa de Valores de Lima (BVL). El proceso electoral que vive hoy el Perú no ha sido ajeno a ese fenómeno. Hemos visto al dólar cotizándose a S/3,77 y bajar a S/3,58, para luego volver a subir a S/3,86 en pocas semanas. Un efecto similar a la volatilidad que tuvo la BVL recientemente, con caídas diarias muy pronunciadas.
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Aunque estos periodos de incertidumbre son comunes en las elecciones en el mundo, en el caso del Perú suelen ser más pronunciados, debido a que generalmente vienen asociados con un riesgo de cambio en el modelo económico. Aquel que ha sido muy positivo para el riesgo del país, posicionando al Perú entre los países de menor riesgo en la región.
Si bien los inversionistas institucionales, como las AFP o los bancos, tienen acceso a muchas opciones para manejar este riesgo, las personas naturales se ven más expuestas y cuentan con menos herramientas para proteger su patrimonio en estos escenarios. Usualmente el vehículo más utilizado ante el mayor riesgo político es la compra dólares, pero como este riesgo se traduce en movimientos de precios muy volátiles, salir a comprar dólares a un tipo de cambio de S/3,85, para verlo días después por debajo de 3.60, puede resultar un seguro bastante costoso.
Más allá del dólar, lo primero que podría sugerir es tener la mayor liquidez posible. Si uno tiene depósitos a plazo, puede manejar vencimientos escalonados o partirlos en un mayor número de depósitos, por si se ve en la necesidad de liquidar algunos antes del vencimiento. Por el lado de las acciones, se puede privilegiar aquellas que tengan liquidez diaria y que permitan entrar y salir sin problema, al precio de mercado. Esto también aplica para inversiones reales como los inmuebles. En este caso, recomiendo priorizar activos que se puedan vender con mayor facilidad, como departamentos pequeños en zonas altamente demandadas. Estar líquidos nos permitirá tener mayor flexibilidad en caso uno tenga que actuar velozmente en función al resultado final de la elección o eventuales cambios al modelo económico en el futuro.
En segundo lugar, hay que buscar siempre tener un calce entre las monedas de sus activos y pasivos. Dicho de otro modo, si una persona tiene sus ingresos en soles, debe buscar un crédito hipotecario en la misma moneda. Esto aplica igual por si uno percibe ingresos en dólares y para cualquier otro tipo de deuda. Esto generará que si el tipo de cambio fluctúa significativamente, el valor de nuestros activos y obligaciones se muevan en la misma dirección.
Finalmente, es importante mantener siempre un portafolio diversificado de activos o inversiones. Por ejemplo, concentrar nuestras inversiones en activos inmobiliarios nos puede restar liquidez, así como concentrarnos en acciones locales nos expone demasiado al riesgo país Perú, donde seguramente ya tenemos otros activos como una casa o un departamento y, por supuesto, nuestro trabajo. Si este es el caso, sería ideal invertir en acciones o índices del exterior, muchos de los cuales cotizan en la misma BVL.
El riesgo político en un país como el Perú debe gestionarse de manera activa y permanente y no esperar a estar a puertas de una elección presidencial, que es cuando los activos comienzan a verse afectados. Un portafolio líquido, diversificado y adecuadamente calzado con nuestras deudas u obligaciones nos permitirá estar mejor protegidos.
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