Operadores logísticos esperan mejora de la red vial
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Alonso Segura

Pese a un contexto externo adverso, el Perú es el líder en crecimiento en la región y el único país que no ha sufrido recortes en perspectiva o calificación crediticia. Sin embargo, el transmite mensajes cargados de negatividad y no ajustados a la realidad, que afectan el clima de . Al parecer, también diagnósticos errados e impericia en la gestión económica están llevando a decisiones poco acertadas. 

En efecto, contrario a lo señalado por el gobierno, no tenemos un problema de exceso de gasto público, sino uno de insuficiencia de ingresos. Nuestra recaudación tributaria es muy inferior a la de nuestros socios de la Alianza del Pacífico. ¿Qué hace el gobierno? Plantea una reforma tributaria que reduce la recaudación y complejiza la administración tributaria. 

De otro lado, sin entender que un marco fiscal de reglas estructurales le da estabilidad y predictibilidad al gasto público –por eso es una práctica internacionalmente recomendada–, se ha derogado todo el marco macrofiscal y se le ha sustituido por un conjunto de reglas que van a amplificar las fluctuaciones de la economía y que prácticamente exoneran a los gobiernos subnacionales de sus compromisos de responsabilidad fiscal.

Es muy probable que las nuevas reglas asfixien al gobierno este año, cuando sus propios errores prevengan la continuidad de la recuperación económica, y en consecuencia, la recaudación se vea afectada. Sus opciones van a ser el incumplimiento de las reglas que acaba de cambiar o un ajuste severo del gasto. 

Analicemos qué pasó con la ejecución de gasto en el 2016. ¿Se ajustó el gasto corriente como se anunció? Poco. Entre agosto y diciembre del 2016, inclusive fue mayor que en el mismo período del 2015. ¿Se impulsó la inversión pública como se prometió? Cayó más de S/3.500 millones en el año, casi 25%. Nadie hizo seguimiento a la ejecución.

Esta subejecución, combinada con la prórroga de la fecha para aprobar las inversiones que se arrastran al 2017, ha hecho que estas suban de S/2.500 millones a S/7.000 millones. ¿Cómo se va a conciliar esto con las nuevas reglas fiscales?

Este manejo poco afinado se aprecia también en otros frentes. Por ejemplo, se repite el argumento de que el crecimiento está sostenido en minería. Ello no es correcto. El impulso minero neto a la economía es relevante, pero bastante menor de lo que se dice. Si bien la minería suma por producción, resta fuerte y condiciona el desempeño de sectores de demanda interna cuando cae la inversión del sector, la cual el 2016 se redujo en más de US$4.000 millones (2% del PBI). Exagerar la dependencia del crecimiento en un sector es contraproducente para el clima de inversión, pero nadie pareciera darse cuenta.

Por todo esto, no es sorprendente que las empiecen a debilitarse. Los indicadores de expectativas empresariales del BCR iniciaron su recuperación en enero del 2016. En octubre, sin embargo, ya mostraban resultados mixtos. Noviembre y el adelanto de diciembre muestran prácticamente todos en caída. La confianza del consumidor medida por Apoyo Consultoría tocó fondo en febrero, alcanzó su pico en julio del 2016, y de ahí, va para abajo.

Siembra vientos y cosecharás tempestades, dice el dicho. El gobierno haría bien en replantear elementos centrales de su política macro y en manejar responsablemente la información económica. De lo contrario, se viene una tempestad autoinfligida que nos va a arrastrar a todos.