La entrega de los bonos ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con información actualizada sobre la situación socioeconómica de la población peruana. Además, como señala Patricia Donayre, titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), es clave poner énfasis en la estrategia comunicacional para alcanzar, según lo esperado, a todos los beneficiarios. Ello, en vista de lograr mejores resultados en la entrega del Segundo Bono Familiar Universal, cuyo avance es de 11,1%, según se conoció ayer.
—¿Cuál fue el alcance final del primer Bono Familiar Universal?
En cuanto al segundo tramo del primer bono universal, tenemos un avance de 76%. Como nos corresponde la zona rural, hay un poquito más de dificultad para llegar a las personas que tienen que cobrar el bono. Por ejemplo, nuestras PIAS [Plataformas Itinerantes de Acción Social] que se van a la zona amazónica han zarpado ayer y son las que llevan [a las personas] al Banco de la Nación y al cajero automático para que puedan cobrar su bono, además de su pensión como usuarios del programa.
MIRA: Bono Familiar Universal: ¿Cómo saber si estás en el padrón oficial de beneficiarios?
Los carritos pagadores empezaron a salir un poquito más tarde, porque es un procedimiento distinto con las empresas transportadoras de valores. [...] También, hay personas que todavía no han cobrado [el bono] porque no estaban debidamente informadas o simplemente no han acudido a cobrarlo. Se espera que esto sea progresivo porque, por ejemplo, en el Bono Universal Familiar tramo uno, ya tenemos un avance de 98,2%. En definitiva, las personas no van a dejar de cobrar y tampoco se va a perder el dinero, porque en aquellos casos en los que ha vencido el cronograma, tienen su dinero en el Banco de la Nación de todas maneras.
—¿Cuándo se estima finalizar la entrega de los bonos?
Es bien difícil predecir eso, porque no depende solo del trabajo que pueda hacer el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, sino también de quienes van a cobrar su bono porque se considera pagado en la medida en que lo cobren. No se puede dar fecha, pero hay que tener la seguridad de que sí las personas van a poder cobrarlo.
—En vista de ello, ¿a qué debilidades se enfrentaron para que la distribución se realice de forma más rápida?
En los primeros bonos que se pagaron, hay que tener en cuenta que no estaban todavía operativas las plataformas fluviales, que son los PIAS. Ahí, hubo un poco más de dificultad. Por la pandemia, no salían porque son embarcaciones con espacios reducidos. Empezaron a salir el 29 de agosto y esta es la segunda salida. Estamos viendo que, efectivamente, hay mayores avances. Lo otro es que ha habido mucha movilidad de las personas, [ya que] no necesariamente la dirección que figura en su DNI es el lugar en donde se encuentran. También, es parte de lo que ha sucedido en la pandemia, que las personas no se encontraban en sus casas.
Yo creo que, esta vez, con la apertura que se ha dado para el transporte, vamos a tener una mayor efectividad en cuanto al pago porque las personas ya van a ser ubicadas. Además, estamos haciendo el pago a través de billetera electrónica y banca celular a quienes no pueden moverse de su casa porque son mayores de 80 años; o si tiene algún problema de discapacidad, se está haciendo el pago a domicilio. Creo que esos mecanismos van a ayudar y las empresas transportadoras de valores están saliendo ya el 30 [de octubre] para hacer los pagos correspondientes.
—Otro de los problemas identificados fue la desactualización del Padrón General de Hogares. ¿Se realizará un trabajo al respecto para lograr tener cifras que reflejen la realidad?
Sí, se va a hacer un trabajo. El padrón se cerró en abril por efectos de la pandemia y tenemos que abrirlo nuevamente para que los alcaldes también realicen su función, de poder identificar a las personas que están en una condición de pobreza, pobreza extrema y vulnerable. Son ellos quienes alimentan de información al ministerio para poder tener actualizado el padrón. Se necesita que esté actualizado porque si no estamos trabajando de espaldas a la realidad. Lo importante es que los alcaldes realicen una labor de comunicación, porque ellos no empadronan de oficio, sino son las personas que se consideran en una situación de pobreza las que acuden a la municipalidad para obtener su clasificación socioeconómica. Entonces, hay que hacer una labor de difusión importante para poder hacer que estas personas sean incorporadas en los padrones.
—¿Qué estrategias pondrán en marcha para corregir estos inconvenientes?
En un principio, hubo dificultades en la comunicación. En este último bono esperamos que estas dificultades sean superadas porque se ha lanzado una campaña mucho más agresiva y sobre todo se han abierto mecanismos de información, como las plataformas digitales y la línea unificada que es la 1811 y permite recibir hasta 1.300 llamadas. Esto nos puede ayudar a que las personas se informen, porque también los corresponsales que están en las bodegas de las zonas rurales han puesto letreros informando que son los lugares de pago del bono. [...] Esperemos que todos estos mecanismos de comunicación den mejores resultados que en el pago de los anteriores bonos.
—¿En qué región tienen más dificultades de acceso?
En la selva, la vía fluvial es la más usada para acceder a las comunidades más lejanas. La dificultad que teníamos era [en relación a] los PIAS, pero ahora ya han empezado a movilizar [a a las personas] hacia el Banco de la Nación. […] Creo que la actuación de la PIA es importante. En el caso del tramo dos, en Ucayali tenemos 64,4% ya de avance [con respecto al bono rural] y en Madre de Dios, 63,5%, [estos] serían los dos lugares en donde tenemos un porcentaje menor.
—Entiendo que necesitamos una estrategia a corto plazo para enfrentar esta situación.
En definitiva, lo primero que hemos hecho es reforzar la situación de las empresas transportadoras de valores y reforzar el alcance de nuestras plataformas itinerantes de acción fluvial. También, estamos llegando con las plataformas aéreas a los lugares donde no pueden llegar las embarcaciones. [...] Esos son los mecanismos que estamos empleando ahora mismo; después hay que pensar en un crecimiento mayor de la inclusión financiera para que todas las personas puedan tener una cuenta de banco o una tarjeta de débito en las cuales se pueda abonar sus bonos o programas sociales.
En el caso del programa Juntos, que es un ejemplo de avance, todos los usuarios del programa tienen una tarjeta de débito. Igual aspiramos con los demás usuarios. En el caso de los bonos, la idea es tratar de incluir más a las personas dentro de lo que es la plataforma financiera para que puedan estar bancarizadas. Por eso es que también se han optado por otros mecanismos [...] como la billetera digital.
—Al respecto, ¿cómo abordarán este tema de la inclusión financiera?
En la medida que las personas tengan un celular, la billetera digital funciona. Ese es un mecanismo importante, porque no se necesita tener un celular de último modelo a través del cual se pueda hacer una transferencia.
—Con respecto al segundo bono, la entrega mediante carritos pagadores empieza a fines de mes. ¿Ello podría causar aglomeración?
No, porque aparte de existir todo un cronograma de pagos, con los carritos pagadores se establece un orden de las personas. Además, se ha tratado de diversificar el pago justamente para evitar las aglomeraciones. Por eso es que los depósitos en cuenta configuran un porcentaje importante de los abonos que se han hecho. Yo no creo que se formen las aglomeraciones, porque también se está acudiendo al mecanismo de la calendarización e invitando a respetar el orden. Nos van a ayudar en eso las Fuerzas Armadas.
—Para la entrega, también conocemos que se trabaja de la mano de líderes de las comunidades.
Se trabaja con los gobiernos locales y los líderes de las comunidades porque son ellos los que transmiten la información. Eso nos permite que las personas no solo estén informadas, sino que también sepan cuáles son los mecanismos o instrucciones que tienen que cumplir para poder realizar un cobro del bono de manera ordenada. La labor de comunicación es permanente y la articulación con las municipalidades de la zona rural ha sido importante en esta fase.
—Otro punto, en vista de evitar las aglomeraciones, es la implementación de un canal de atención telefónico, el cual ya lo tienen. ¿Han contratado a más personal para que los procesos sean más eficientes?
Definitivamente, sí. Se ha contratado personal para tener un mayor número de operadores que puedan contestar las llamadas, así que creo que por ese lado estamos yendo bien. Tenemos una central única entre los dos ministerios [MTPE y Midis] que es la que deriva las llamadas según sea zona rural o zona urbana. Y entiendo que, hasta el momento, está funcionando adecuadamente. [...] Lo importante es no desesperarse. Hay personas que creen que, si no van el día que les toca cobrar, van a perder su dinero; y no es así. [El dinero] está depositado en la cuenta y van a tener la posibilidad de cobrar inclusive treinta días después de que termine el estado de emergencia.
—Tras los treinta días, ¿qué opciones podrían tener?
No hemos previsto esa situación porque todavía entendemos que el estado de emergencia se ha venido prorrogando y prorrogando; no sabemos si seguirá siendo hasta el próximo año. En la medida que eso no suceda, vamos a tener que ver cuál sería la situación de aquellas personas que no han tenido la posibilidad de cobrar.
—A modo de balance, y entendiendo la preocupación del sector por atender la zona rural, ¿qué debilidades continúa presenciando en estas áreas a diferencia de la zona urbana?
En general, la pobreza ha crecido más en la zona urbana que en la zona rural, y es un crecimiento que viene desde el año 2013. Con la pandemia, esto se visibiliza. Es por eso que han surgido las denominadas ollas comunes en toda la capital. En este momento, el Midis [las] está atendiendo a través de los programas Qali Warma y Juntos.
—Sobre este tema, comentó que la pobreza había subido en hasta 10 puntos porcentuales.
Se estima que va a subir 10 puntos porcentuales. No hay una medición exacta aún porque estamos esperando las cifras que pueda determinar el INEI, pero se estima –por análisis que se están haciendo– que va a llegar a unos 10 puntos. Justamente, para evitar esto es que el Midis está empleando estrategias de intervenciones temporales para lograr contener ese crecimiento. Dentro del plan de contención, está la intervención de los programas sociales como Juntos y Cuna más, llegando a un mayor número de hogares en la zona urbana, y también con el programa Foncodes en la zona rural.
—De continuar la emergencia sanitaria, ¿se consideraría la entrega de otro bono?
No se ha conversado sobre ello. Esperemos que la reactivación económica dé resultados positivos y no se necesite.
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