La educación primaria es mucho más que una fase académica inicial; representa un momento crucial en la formación integral de los niños, donde adquieren las bases de su futuro no solo en conocimientos, sino también en valores y habilidades sociales que los acompañarán toda su vida.
Según Ximena Pastor, asesora pedagógica del Colegio de la Inmaculada, en esta etapa los pequeños no solo aprenden a leer, escribir y realizar cálculos, sino que desarrollan las habilidades y principios que formarán su carácter y su capacidad para enfrentar retos. “Durante estos primeros años, los estudiantes construyen una base de confianza en sí mismos y en su entorno, un pilar fundamental para el aprendizaje que vendrá más adelante,” explica Pastor.
Para los padres, esta es una oportunidad invaluable de acompañar y enriquecer el proceso de aprendizaje desde casa, y no solo desde un rol de supervisión, sino como verdaderos aliados en el desarrollo de sus hijos. “Al igual que los maestros en el aula, los padres tienen el poder de ser agentes transformadores, apoyando a sus hijos en convertirse en ciudadanos críticos y responsables,” comenta Pastor. Así, el hogar puede convertirse en un espacio de aprendizaje y crecimiento que complemente lo que los niños absorben en el colegio, permitiéndoles explorar, cuestionar y consolidar sus conocimientos de manera integral.
Los padres tienen la oportunidad de ser aliados en esta etapa, complementando el trabajo del colegio y fortaleciendo el aprendizaje desde casa. Aquí te ofrecemos seis recomendaciones prácticas:
- Crea un espacio de estudio ideal: Contar con un lugar fijo para el estudio, aunque sea un rincón sencillo, ayuda a los niños a concentrarse y a establecer una rutina. No necesitas un espacio lujoso, basta con que sea tranquilo, con buena iluminación y libre de distracciones. Al crear un ambiente propicio, el niño asocia este lugar con la concentración y el esfuerzo, lo cual contribuye a mejorar su rendimiento académico.
- Establece una rutina de aprendizaje: Las rutinas dan estructura y ayudan a los niños a organizar su tiempo, permitiéndoles ser responsables con sus deberes. Según Pastor, es importante incluir pausas, tiempo de juego y momentos de lectura en el horario, para que el aprendizaje no sea algo tedioso, sino una experiencia equilibrada y divertida. Una rutina de estudio de 20-30 minutos diarios puede marcar una gran diferencia.
- Acompaña, no solo supervises: Acompañar a los niños en sus tareas implica mucho más que supervisar; se trata de motivarlos a pensar y resolver problemas de manera autónoma. Hazles preguntas sobre lo que aprendieron, ayúdales a plantearse interrogantes y anímalos a explicar temas en sus propias palabras. Este acompañamiento no solo refuerza el aprendizaje, sino que también fortalece la relación entre padres e hijos.
- Aprovecha los recursos digitales: Las aplicaciones y plataformas educativas pueden ser grandes aliadas en el proceso de aprendizaje. Existen numerosas herramientas de lectura, aprendizaje de idiomas y juegos matemáticos que complementan el trabajo de los docentes. Estos recursos, además de ayudar a consolidar los conocimientos, fomentan la curiosidad y la exploración, haciendo que el aprendizaje sea accesible y entretenido.
- Fomenta la lectura: La lectura es una herramienta poderosa en el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. En casa, se puede incentivar creando un hábito de lectura conjunto o permitiéndoles elegir los libros o revistas que más les atraigan. La motivación para leer es clave, y permitir que los niños escojan sus lecturas genera un vínculo positivo con esta actividad.
- Mantén comunicación constante con sus profesores: La colaboración entre padres y docentes es fundamental para reconocer necesidades, reforzar temas y ofrecer apoyo constante. Pastor señala que una comunicación fluida con los profesores permite a los padres estar al tanto del progreso de sus hijos en el aula y atender áreas de mejora. Es un trabajo en equipo que fortalece el aprendizaje y ayuda a los niños a sentirse respaldados tanto en casa como en el colegio.
En palabras de Pastor, “el enfoque educativo debe ser integral, priorizando tanto el rendimiento académico como el desarrollo emocional y social de los estudiantes.” Al seguir estos consejos, los padres pueden jugar un papel fundamental en la construcción de una base sólida que prepare a sus hijos para los retos futuros, haciendo del aprendizaje una experiencia positiva y enriquecedora, tanto en el hogar como en el aula.