Natalia Grace necesitaba de su andador para poder movilizarse, pero cuando la llevaron a vivir sola se lo quedaron (Foto: Good American Family / Hulu)
Natalia Grace necesitaba de su andador para poder movilizarse, pero cuando la llevaron a vivir sola se lo quedaron (Foto: Good American Family / Hulu)

es de aquellas series que te dejan con un nudo en la garganta en todo momento; no sólo porque nos presenta la historia de Natalia Grace, una niña con enanismo, sino porque se basó en un caso real, que nos hace sentir de por sí la pesadilla que vivió cuando su familia adoptiva decidió alejarla de su lado a los 8 años de edad para que se vaya a vivir completamente sola a un departamento, pues aseguraban que en realidad tenía 22 años. En las siguientes líneas, la triste vida de la menor cuando le exigieron que se independice.

Mira también:
Natalia tiene un comportamiento agresivo que despertó la preocupación de la familia Barnett (Foto: Good American Family / Hulu)
Natalia tiene un comportamiento agresivo que despertó la preocupación de la familia Barnett (Foto: Good American Family / Hulu)

ASÍ FUE LA TRISTE VIDA DE NATALIA GRACE UNA VEZ QUE SE QUEDÓ COMPLETAMENTE SOLA

Después de que en 2012, tanto en la vida real como en la serie, un tribunal de Indiana logró cambiar el año de nacimiento de Natalia Grace de 2003 a 1989, ella pasó a tener legalmente de 8 a 22 años; motivo por el que se le exigió que viviera sola. Si bien, ella siguió teniendo como tutores legales a Kristine y Michael Barnett, tuvo que abandonar el hogar donde creía haber encontrado a su nueva familia, pero todo fue muy complicado. Y cómo no serlo, si el momento que la independizan, sus padres adoptivos la dejan deliberadamente sin su andador, con el que podía movilizarse fácilmente.

Tal como lo muestra “Good American Family” en su quinto episodio, ella vivió una desgarradora historia cuando ya no tuvo a nadie a su lado, pues a sus 8 años pasó a hacerse responsable de su propio hogar, cuya infraestructura no era la adecuada para su condición. Desde ese momento, todos los espectadores quedamos con una impotencia por lo que empezaba a experimentar la pequeña Natalia, a quien dejaron a su suerte.

A pesar de que su refrigeradora está abastecida, no puede cocinar, pues las hornillas para alguien de su edad y condición son peligrosas. Comer le resulta complicado, toda vez que los armarios que contienen alimentos y bocadillos están arriba; por lo tanto, no puede alcanzarlos. Es en este momento que una escena nos deja con la piel de gallina cuando al no tener su andador, va por una silla y la arrastra lentamente para poder apoyarse en la encimera. Una vez que lo logra, gatea sobre los fogones y misión cumplida: coge una lata de melocotones que tiene como figura una fruta con gafas de sol, a la que conversa, tal como un niño de su edad lo haría; después de eso, no sabe cómo abrirla. En pocas palabras, su cocina se convierte en una tremenda torre. Respecto al grifo de su bañera, apenas puede abrirlo.

En "Good American Family", cuando Natalia por fin alcanza abrir un armario y encuentra una lata de melocotones, pero no sabe cómo abrirlo (Foto: Hulu)
En "Good American Family", cuando Natalia por fin alcanza abrir un armario y encuentra una lata de melocotones, pero no sabe cómo abrirlo (Foto: Hulu)

Por estos y otro motivos más, el dolor y el miedo que siente Natalia se transmite a través de las pantallas, que es imposible no indignarse con todo lo que está viviendo. Pero ese era solamente el inicio de cómo se había convertido su nueva vida, luego de que creyeran que era una estafadora maniática que había engañado con su edad, pero todos estaban equivocados.

Aunque tenía la esperanza de que algún día su familia adoptiva volvería por ella, cuando encontró el álbum de Kristine en la biblioteca se dio con la amarga sorpresa de que su existencia había sido borrada por completo; es decir, las fotos donde salía ya no estaban, y las que se tomó con sus papás y hermano fueron recortadas.

De esta manera, poco a poco se dio cuenta que todo lo que soñaba y anhelaba nunca iba a regresar, y comienza a cambiar, a la par que iba creciendo, pero seguí siendo menor de edad.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Más de diez años de experiencia en periodismo. Actualmente se desempeña como redactora del Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

Contenido sugerido

Contenido GEC