Para Caroline Cray Quinn, una joven de Boston, Massachusetts, un simple beso en los labios puede convertirse en una experiencia potencialmente mortal. ¿La razón? Ser diagnosticada con el síndrome de activación mastocitaria (SAM), una rara enfermedad que le provoca reacciones alérgicas extremas a una gran variedad de estímulos que incluyen alimentos, fragancias y otro tipo de desencadenantes ambientales.
Debido a esta condición, Quinn, de 25 años, solamente puede consumir dos alimentos: avena y una fórmula nutricional preparada especialmente para ella. Cualquier otro comestible podría causarle una reacción alérgica mortal.
De hecho, un acto tan simple como dar un beso también la pone en peligro. Tener contacto con alguien que ha comido alimentos a los que ella es alérgica complica aún más su situación.
Por ello, y para no permitir que su condición controle su vida amorosa, se ha visto en la obligación de elaborar una serie de reglas estrictas que cualquier pretendiente debe seguir.
Estas reglas, que incluyen un ayuno previo de tres horas y la prohibición de ciertos alimentos durante 24 horas antes de un beso, pueden parecer extremas para algunos, pero para Caroline son una cuestión de supervivencia.
“Para que alguien me bese, no puede haber comido nada tres horas antes”, explicó la joven, según consignó el medio Daily Mail. “Tampoco pueden comer ninguno de mis seis alérgenos anafilácticos principales (maní, nueces, sésamo, mostaza, mariscos o kiwi) 24 horas antes de besarme”.
Pese a seguir estas normas de manera estricta, la estadounidense ha tenido varias reacciones tras dar un beso. Afortunadamente, ninguna de gravedad.
“Todo ha sido bastante sencillo con esas reglas, pero he tenido algunas reacciones menores al besar a alguien o después de besar a alguien”, dijo. “Me pica la boca, me pican los labios y la lengua, y tan pronto como siento eso, me detengo inmediatamente y les hago saber que me siento reactiva”.
De hecho, la joven asegura que en la actualidad tiene pareja, y que este respeta todas las reglas impuestas por ella. De hecho, comparten la misma comida cada vez que encuentran.
Caroline fue diagnosticada con SAM en 2017, después de años de lidiar con alergias alimentarias severas.
Mediante sus redes sociales, se dedica a compartir su día a día, mostrando todo lo que come, su rutina e incluso lo que hace durante una cita con su novio.
Aunque la enfermedad ha limitado su vida de muchas maneras, Caroline se niega a dejar que esta la defina. “Soy muy alérgica a los perros y a los gatos, y técnicamente supone un riesgo para mí simplemente salir de casa o ir a la playa”, aseguró.
“Podría estar tumbada en la playa tomando el sol y de repente aparecer un perro y lamerme la cara”, agregó. “Pero no voy a dejar de ir a la playa solo porque tenga miedo del peor escenario”.
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Datos clave del síndrome de activación mastocitaria
El síndrome de activación mastocitaria (SAM) es una enfermedad poco común que ocurre cuando las células del sistema inmunológico llamadas mastocitos se activan de forma inadecuada y liberan sustancias químicas que provocan una amplia gama de síntomas alérgicos severos. Estos síntomas pueden afectar la piel, el estómago, los pulmones, el corazón y el sistema nervioso.
Las causas exactas del SAM no siempre son claras, pero se cree que están relacionadas con un mal funcionamiento de los mastocitos. El diagnóstico puede ser complicado y suele requerir pruebas de sangre y, en algunos casos, biopsias.
Aunque no existe una cura, el SAM se puede controlar con medicamentos y evitando los desencadenantes de los síntomas. Con el tratamiento adecuado, muchas personas con SAM pueden llevar una vida normal.