La camioneta de Thomas Rice fue robada con las cenizas de su padre en su interior, el sábado 21 de octubre de 2024. (Thomas Rice)
La camioneta de Thomas Rice fue robada con las cenizas de su padre en su interior, el sábado 21 de octubre de 2024. (Thomas Rice)
Oscar Guerrero Tello

La vida está repleta de instantes imprevistos, y en ocasiones, esos instantes pueden transformarse en pesadillas. Tom Rice, un habitante de Carolina del Norte, experimentó esto cuando su vehículo fue sustraído en Syracuse durante un fin de semana que había iniciado como un festejo familiar. Esta es una narración emotiva que nos hace conscientes de la vulnerabilidad de lo que creemos seguro y la relevancia de los vínculos familiares.

Mira también:

Una celebración que se tornó en tragedia

Tom había viajado a Syracuse para asistir a la boda de su sobrino, un evento que prometía ser una celebración llena de alegría y amor. La noche del sábado, 19 de octubre, después de disfrutar de la ceremonia en el Sky Armory, Tom decidió regresar a su hotel para sacar a su perro, Marshall, un retriever dorado. Con la brisa suave y un cielo despejado, el camino parecía ser la manera perfecta de culminar la velada. Sin embargo, lo que estaba por descubrir cambiaría por completo su fin de semana.

Al salir del hotel Courtyard Syracuse Downtown, ubicado en Armory Square, Tom se dirigió al garaje donde había estacionado su camioneta Ford F-150 azul del 2016. Pero al regresar, se encontró con un vacío que le heló la sangre: su camioneta ya no estaba. “Todo se desvaneció de un golpe”, expresó Tom con una mezcla de angustia y incredulidad. La camioneta no solo era un vehículo, sino que contenía algo invaluable.

El Departamento de Policía de Syracuse dijo que se encontró el camión con las cenizas adentro. (Foto referencial: Pexels)
El Departamento de Policía de Syracuse dijo que se encontró el camión con las cenizas adentro. (Foto referencial: Pexels)

Un objeto sagrado perdido

Dentro de su camioneta no había solo pertenencias materiales; lo que había allí era el legado de su padre, quien había fallecido recientemente. Tom había recogido las cenizas de su padre, un proceso que había implicado dolor y tristeza, pero también un sentido de cierre. Su padre había vivido hasta los 92 años y Tom había planeado llevar sus cenizas de vuelta a Carolina del Norte, donde su madre también está interredada.

El objeto que Tom había colocado cuidadosamente en la parte trasera de su camioneta era un símbolo de su amor y respeto por su padre, y su desaparición era más que un simple robo. “Ese fue el golpe más duro, saber que su esencia, su legado, estaba perdido”, compartió.

Tom no solo había perdido las cenizas, sino también regalos de Navidad y otros objetos que contenían recuerdos de su padre. Aunque muchos de esos artículos eran materiales, para Tom, el verdadero dolor residía en la pérdida de lo que representaban: la conexión con su familia y la memoria de su padre.

Un clamor por ayuda

Desesperado, Tom decidió apelar a la comunidad. Su angustioso llamado resonó en redes sociales, donde muchas personas se unieron para ayudar en su búsqueda. La situación era crítica, y cada minuto que pasaba sin noticias se sentía como una eternidad. La policía de Syracuse se involucró, pero los esfuerzos iniciales no parecían fructíferos. A pesar de que las cámaras de seguridad del garaje donde se había estacionado la camioneta no estaban funcionando, la comunidad no se desanimó.

A medida que el tiempo avanzaba, el sentimiento de pérdida se hacía más palpable. Para Tom, recuperar las cenizas de su padre se convirtió en una misión casi sagrada, un acto de amor y deber familiar que debía cumplirse.

La esperanza se renueva

Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, el 22 de octubre, la policía de Syracuse dio la buena noticia: la camioneta había sido recuperada. Fue encontrada alrededor de las 7:35 p.m. en la 100 block de Onondaga Avenue. Lo más conmovedor de esta recuperación fue que las cenizas de su padre estaban intactas dentro del vehículo. La mezcla de alivio y alegría que sintió Tom en ese momento fue indescriptible.

“Estamos agradecidos de que las cenizas estén de vuelta. Aunque las cosas materiales se pueden reemplazar, lo que realmente importa es la memoria y el legado de quienes amamos”, expresó Tom tras la recuperación.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.