
Si cada semana ves a más amigos corriendo, asistiendo al gimnasio o realizando clases de baile con el fin de estar saludables, bajar de peso o reducir el estrés y sientes que esa esa una tarea muy difícil para ti porque no cuentas con tiempo suficiente o no encuentras la disciplina que en verdad te guste, esta información te interesará. Hoy te explico, de la mano de un experto, cómo incorporar el ejercicio en tu rutina diaria para potenciar el bienestar físico y mental.
Las personas que se ejercitan de manera regular y planificada no solo reducen el riesgo de enfermedades potencialmente mortales, como cardiopatías o diabetes, sino que también previenen enfermedades crónicas que afectan su calidad de vida, como la obesidad o problemas articulares. Además, mejora su energía, productividad y bienestar mental, promoviendo una vida más plena y activa.
“No solo mejora la salud física, sino que también regula las emociones y aumenta la energía diaria. La liberación de endorfinas y serotonina durante la actividad física ayuda a reducir la ansiedad y la depresión, mientras que la disminución del cortisol contribuye a un mejor manejo del estrés”, explica Giancarlo Becerra, director de la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

Cómo fortalecer tu mente y cuerpo con el ejercicio
Quiénes tienen brechas de tiempo libre reducidas, pueden beneficiarse con la actividad física, basta con realizar de 15 a 20 minutos de ejercicios HIIT o funcionales para percibir una mejora en el bienestar. Aquí te comparto cinco recomendaciones clave para incorporar el ejercicio en tu rutina diaria:
- Priorizar el movimiento en la rutina diaria: caminar más, usar las escaleras y realizar pausas activas de entre 5 a 10 minutos cada dos horas beneficiará a la circulación del cuerpo y evitará los días sedentarios. Estas acciones ayudan a mantener un estilo de vida activo sin necesidad de grandes cambios.
- Optar por entrenamientos cortos y efectivos: realizar sesiones de 15 a 20 minutos de alta intensidad (HIIT) o ejercicios funcionales. Estas rutinas pueden generar un impacto significativo en la salud sin requerir demasiado tiempo. En caso de tener una agenda excesivamente ocupada, es recomendable agendar estos espacios cortos de entrenamiento, para buscar su cumplimiento y correcta ejecución.
- Practicar ejercicios de fortalecimiento muscular: incorporar dos sesiones semanales de fuerza pueden mejorar la densidad ósea, la postura y la independencia funcional a largo plazo. Pero también, estas actividades ayudan a retrasar el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o Parkinson. Los ejercicios pueden ser levantamiento de peso muerto, calistenia, planchas, etc.
- Generar disfrute con la actividad física: resulta indispensable que cada persona encuentre su rutina de ejercicio, deporte o movimiento que le genere los beneficios que busca y, a la par, se entretenga. Por ejemplo, muchas personas optan por ejercicios de fuerza, otros por deportes como natación o ciclismo. Estas actividades no solo mejoran la condición física, sino que también incrementan la motivación y el compromiso con el ejercicio.
- Buscar acompañamiento profesional: contar con la guía de un especialista en actividad física para establecer objetivos realistas y adecuados a cada necesidad. Esto permite evitar lesiones y asegurar progresos sostenibles en el tiempo, asegurando la percepción de los beneficios del ejercicio en menos de tiempo.

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