
Los mercados de agricultores suelen ser el lugar ideal para encontrar frutas y verduras frescas; sin embargo, no todo lo que se ve apilado en los puestos es necesariamente fresco, local o cultivado con cuidado.
Recientemente, el medio HuffPost conversó con agricultores, vendedores y expertos en alimentos para identificar las señales de alerta que ellos mismos consideran al comprar en estos mercados. Entre las pistas más comunes están las frutas impecables, las respuestas vagas de los vendedores y los productos fuera de temporada. Saber detectar estos detalles puede ayudarte a elegir mejor.
Gracias a las importaciones y la cadena global de alimentos, hoy estamos acostumbrados a ver tomates en febrero o plátanos durante todo el año, pero en un mercado de agricultores, la estacionalidad es clave. “¿Fresas en diciembre o tomates en febrero? Eso es una señal de alerta si estás visitando un mercado solo de productores”, dijo Kim Hutchinson, directora ejecutiva de la Asociación de Mercados de Agricultores de Virginia.
“Probablemente significa que el vendedor no cultiva el producto y no está siendo transparente”, agregó.

Aun así, no todo es blanco o negro. “El cambio climático y las nuevas técnicas de cultivo han modificado las reglas”, explicó Catt Fields White, gestora y defensora de estos mercados. Por eso, lo mejor siempre es preguntar directamente al vendedor.
Otro aspecto a observar es la apariencia del producto. En los supermercados nos hemos acostumbrado a que todo luzca brillante y perfecto, pero eso no es lo normal en un cultivo natural. “¿Se ve muy encerado? Si parece tener una capa artificial, podría ser comprado al por mayor para reventa”, dijo Erin Mann, dueña de Erin’s Elderberries en Virginia.
Esto es especialmente común en las bayas. “¿Son demasiado perfectas? ¿Todas del mismo tamaño y sin un grano de tierra? En las pequeñas granjas, los productos suelen variar en tamaño y color”, añadió Mann.
La transparencia es otro factor importante. Si un vendedor no puede explicar de dónde vienen sus productos o cómo los cultiva, eso debería hacerte dudar. “Si no puedes encontrar información clara sobre el negocio, es algo que vale la pena cuestionar”, señaló Hutchinson.

“Los agricultores que cultivan sus propios productos y usan prácticas responsables están orgullosos de ello y lo explican con claridad, porque quieren generar confianza con sus clientes”, añadió.
Un punto delicado es el uso de la palabra “orgánico”. Aunque muchos productos llevan etiquetas llamativas, no todo lo que dice ser “orgánico” lo es. “Una gran señal de alerta para mí es el uso de esa palabra”, advirtió Mann.
“Es un término protegido legalmente que exige tarifas, inspecciones y regulaciones. No puedes decir ‘este pepino es orgánico’ sin cumplir con todo eso”, señaló.
Si te interesa ese tipo de cultivo, lo mejor es preguntarle directamente al productor cómo controla las plagas o fertiliza sus cultivos.

Por último, observa la cantidad y variedad de productos que ofrece un puesto. Si parece más un supermercado que una pequeña granja, vale la pena investigar.
“Cuando un vendedor tiene una enorme cantidad de productos y todos en grandes cantidades”, dijo Mann, “es posible que los haya comprado en subastas de vegetales para complementar su oferta. Por eso es tan importante conocer a tu agricultor”.
La mayoría de las granjas pequeñas no pueden cultivar al mismo tiempo decenas de frutas y verduras distintas. Si ves desde espárragos hasta paltas en un solo puesto, probablemente no todo venga del campo del vendedor.
¿Qué diferencias hay entre los productos orgánicos y los convencionales?
Los productos orgánicos se cultivan sin el uso de pesticidas sintéticos, fertilizantes químicos ni organismos genéticamente modificados (OGM). En su lugar, los agricultores orgánicos emplean métodos naturales para controlar plagas y mejorar la fertilidad del suelo, como el compost, la rotación de cultivos y los fertilizantes orgánicos.
Los productos convencionales suelen utilizar insumos químicos para aumentar la producción y proteger los cultivos de enfermedades y plagas. Estos métodos permiten una mayor disponibilidad durante todo el año y, muchas veces, precios más bajos en el mercado.
Es importante destacar que para que un alimento sea considerado orgánico, debe cumplir con normas estrictas y pasar inspecciones regulares. Aunque ambos tipos de productos pueden ser seguros, muchas personas eligen los orgánicos por razones de salud, sostenibilidad o preocupación por el medio ambiente.
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