
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a sacudir el panorama económico global al anunciar una nueva ronda de aranceles recíprocos. Con esta medida, busca nivelar el terreno de juego con países que, según él, han estado imponiendo impuestos injustos a los productos estadounidenses. Aunque estos aranceles podrían aumentar los ingresos del país, también existe el riesgo de agravar la inflación e incluso desatar una guerra comercial.
¿QUÉ SON LOS ARANCELES RECÍPROCOS?
El mandatario ha sido claro respecto a su enfoque: “Nos cobran un impuesto o arancel y les cobramos exactamente lo mismo”. Esa es la esencia de los aranceles recíprocos, un concepto que formó parte de sus promesas de campaña. La idea es simple pero poderosa: si un país impone un arancel elevado a un producto estadounidense, EE.UU. responderá con un arancel igual de alto al producto equivalente de ese país.
A diferencia de otras políticas comerciales que entran en vigor de inmediato, estos nuevos aranceles recíprocos pasarán primero por un proceso de investigación para determinar la tasa arancelaria en cada caso. Se espera que dicha investigación concluya el 1 de abril, momento en el cual Trump decidirá si implementa o no los aranceles recomendados. Esto añade un componente de incertidumbre que mantiene a los mercados internacionales en vilo.
Bajo el título de “Plan Justo y Recíproco”, Trump firmó el memorando que podría cambiar las reglas del comercio internacional. Para él, este enfoque no solo es justo, sino también necesario para abordar el déficit comercial de EE.UU., que considera insostenible.

¿A QUÉ PAÍSES SE APLICARÁN LOS ARANCELES RECÍPROCOS?
Entre los países que podrían verse más afectados se encuentran India, Brasil, Vietnam y otras naciones del sudeste asiático y África. Trump citó específicamente a India, señalando que cobra un arancel del 100% a las motocicletas estadounidenses, mientras que EE.UU. solo cobra un 2,4% a las motocicletas indias.
Esta desproporción, según Trump, es una clara muestra de la falta de reciprocidad que busca corregir. El año pasado, por ejemplo, India exportó bienes a EE.UU. por un valor de 87,000 millones de dólares, mientras que EE.UU. solo exportó 42,000 millones de dólares a India.
Si bien la intención de Trump es equilibrar la balanza comercial, los críticos advierten que esta medida podría desencadenar una guerra comercial global. Al imponer aranceles elevados, es probable que los países afectados respondan con aranceles similares, creando un ciclo de represalias que podría perjudicar a empresas y consumidores de ambos lados.
Trump ha dejado la puerta abierta para que India y otros países eviten estos aranceles. La clave está en trasladar más producción a suelo estadounidense. Esto no solo ayudaría a equilibrar la balanza comercial, sino que también crearía empleos en EE.UU., un objetivo clave para el presidente. Sin embargo, no está claro si las empresas extranjeras estarán dispuestas a dar ese paso.












