
Tras 43 días de tensiones, incertidumbre económica e impacto nacional, el cierre del gobierno estadounidense más largo de la historia llegó a su fin esta semana. Sin embargo, las secuelas aún se sienten con fuerza en los aeropuertos del país. Durante más de un mes, miles de vuelos fueron cancelados debido a que los administradores de tráfico aéreo, sin recibir pago por la paralización, dejaron de presentarse a trabajar, desencadenando un efecto dominó en la red aérea justo antes de la temporada de Acción de Gracias.
ESTO DIJO SEAN DUFFY SOBRE EL TRÁFICO AÉREO EN LOS PRÓXIMOS DÍAS EN ESTADOS UNIDOS
El secretario de Transporte, Sean Duffy, había advertido que el número de estadounidenses que no podrían viajar para las festividades sería “significativo” si la crisis continuaba. Aunque el cierre ya terminó, muchos viajeros siguen enfrentando retrasos, reprogramaciones y un sistema que aún está recuperándose. Las autoridades señalan que, pese a la reapertura del Gobierno, el retorno completo a la normalidad podría tomar varios días.

Durante el cierre, la situación de los administradores de tráfico aéreo se volvió insostenible. La mayoría logró soportar la pérdida de un cheque de pago, pero no dos seguidos. Algunos incluso consideraron buscar trabajos adicionales para cubrir sus gastos básicos.
A medida que más trabajadores faltaban, la Administración Federal de Aviación (FAA) se vio obligada a ordenar la cancelación de miles de vuelos por razones de seguridad, lo que terminó afectando profundamente el flujo de viajeros en uno de los periodos más transitados del año.

LAS AEROLÍNEAS Y LOS ASISTENTES DE VUELO INTERVINIERON PARA AYUDAR
Las aerolíneas trataron de mitigar el impacto enviando comidas y apoyo a los centros de control aéreo, pero eso no fue suficiente para evitar el caos operativo. Según datos de Cirium, solo el 8 de noviembre, antes de que el cierre concluyera, más del 6,5% de los vuelos fueron cancelados y casi el 72% sufrieron retrasos. Ahora que el Gobierno está nuevamente en funcionamiento, la expectativa es que estas cifras comiencen a disminuir gradualmente.
A pesar del alivio nacional por el fin del cierre, los derechos de los pasajeros siguen siendo un punto clave. Las aerolíneas no están obligadas a compensar retrasos o cancelaciones causadas por factores fuera de su control —como la crisis del tráfico aéreo—, pero sí deben reembolsar en efectivo el vuelo cuando este es cancelado. Esta regla aplica incluso cuando la cancelación está vinculada a una orden de la FAA durante el cierre.

PRESTA ATENCIÓN SI QUIERES CONOCER LA SITUACIÓN EN TIEMPO REAL
Para que los viajeros puedan monitorear la situación en tiempo real, plataformas como Flight Aware continúan ofreciendo su “mapa de socorro”, activo desde el 30 de octubre, que registra retrasos y cancelaciones en 17 aeropuertos principales. Aunque el cierre ya terminó, esta herramienta sigue siendo útil mientras el sistema aéreo retoma su ritmo habitual.
Si su vuelo se vio afectado, la recomendación sigue siendo usar la app de su aerolínea para reprogramar lo antes posible, evitando largas filas en los aeropuertos. Algunas compañías siguen ofreciendo vales de comida u hotel cuando hay pernoctaciones o retrasos prolongados. Y no hay que olvidar que muchas tarjetas de crédito incluyen seguro de viaje, que puede cubrir gastos inesperados derivados de interrupciones durante esta transición a la normalidad.
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