El gobierno de Donald Trump está firme en su política migratoria muy estricta (Foto: Freepik)
El gobierno de Donald Trump está firme en su política migratoria muy estricta (Foto: Freepik)

La decisión del gobierno de Estados Unidos de cerrar los programas de reunificación familiar para siete países latinoamericanos y caribeños deja en el aire a miles de familias que viven entre Miami, Houston, Los Ángeles, Nueva York, Chicago y otras ciudades donde la comunidad hispana mantiene lazos activos con sus países de origen. El cambio no solo impacta trámites migratorios; también altera proyectos de vida completos y en barrios de alta concentración latina, desde Jackson Heights en Queens hasta Little Havana en Florida o el área de Gulfton en Houston, por mencionar algunos ejemplos.

CONTEXTO DE LA MEDIDA

Cuando se observan los vaivenes de la política migratoria en Estados Unidos, queda claro que cada ajuste regula mucho más que papeleo: repercute en familias separadas, procesos de petición familiar en curso y decisiones que se toman desde consulados, oficinas de abogados de inmigración y organizaciones comunitarias en todo el país. Para quienes dependen de los Permisos de Reunificación Familiar, conocidos como FRP por sus siglas en inglés, el cierre de estos mecanismos implica reconfigurar planes que, en muchos casos, llevan años en marcha.

La medida fue confirmada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), la agencia encargada de gestionar beneficios migratorios, y marca un giro significativo en la estrategia federal hacia las vías legales de ingreso. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) detalló que avanzará con la eliminación de estos programas amparándose en preocupaciones de seguridad nacional y en lo que describe como un uso desviado de la figura de libertad condicional humanitaria, conocida en el lenguaje técnico como “parole”.

EL ANUNCIO DEL DHS Y EL CAMBIO DE ENFOQUE

De acuerdo con el DHS, el objetivo oficial es frenar lo que la administración del presidente Donald Trump considera un uso indebido de la libertad condicional como vía de entrada a gran escala. Desde la Casa Blanca se insiste en que el “parole” fue concebido por el Congreso como un recurso extraordinario, evaluado caso por caso, pensado para situaciones muy específicas y no como un canal paralelo para la migración masiva.

Este cambio de enfoque llega en un momento en el que la política migratoria ya es tema central en la conversación pública, especialmente en estados como Texas, Florida, California y Nueva York, donde la comunidad hispana tiene un peso demográfico y electoral clave. La decisión supone un nuevo escenario de riesgo para familias que apostaron por vías legales

PAÍSES LATINOAMERICANOS AFECTADOS

La disposición afecta directamente a ciudadanos de Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití y Honduras, además de a sus familiares inmediatos que esperan reunificación a través de peticiones aprobadas. Se trata de países con flujos migratorios históricos hacia Estados Unidos, con comunidades consolidadas en enclaves latinos donde la remesa, la reunificación familiar y la regularización migratoria forman parte del día a día.

En ciudades como Miami, donde la diáspora cubana y haitiana es especialmente visible, o en corredores migratorios como el de Houston y el área de Dallas–Fort Worth, el alcance de esta decisión se sentirá tanto en las iglesias que acompañan procesos migratorios como en las oficinas de “notarios” y despachos legales que orientan a las familias. Lo mismo ocurre en zonas centroamericanas de Los Ángeles, como el área de Pico-Union, o en comunidades guatemaltecas y salvadoreñas asentadas en Maryland y el norte de Virginia.

ARGUMENTOS OFICIALES SOBRE LOS FRP

Según el DHS, los programas de Permisos de Reunificación Familiar (FRP) presentaban debilidades en los controles de seguridad y verificación de antecedentes. La versión oficial sostiene que estos esquemas podían ser aprovechados por actores maliciosos y que, en algunos casos, permitieron el ingreso de personas con evaluaciones de riesgo consideradas insuficientes por las autoridades federales.

En la práctica, esto significa que un mecanismo creado para agilizar la llegada de familiares con peticiones aprobadas se convierte ahora en un punto de tensión entre la promesa de vías legales y el endurecimiento de la política migratoria. Organizaciones comunitarias y clínicas legales que trabajan con hispanos ya advierten de un posible aumento en la vulnerabilidad de quienes podrían recurrir a rutas más peligrosas o a intermediarios inescrupulosos para intentar llegar al país.

¿CÓMO SERÁ EL CIERRE DE LOS PROGRAMAS?

De acuerdo con el aviso publicado en el Registro Federal, el cronograma de cierre establece reglas claras para quienes ya tienen un beneficio aprobado. En los casos de extranjeros que hayan recibido libertad condicional bajo el esquema FRP y cuyo permiso siga vigente al 14 de enero de 2026, ese “parole” expirará automáticamente en esa fecha, salvo que exista una solicitud de Ajuste de Estatus o Residencia Permanente en trámite.

Esto coloca en situación de urgencia a muchas familias que viven en ciudades con alta presencia hispana, donde el acompañamiento suele pasar por clínicas legales de universidades, organizaciones sin fines de lucro y consultorios comunitarios. En lugares como el Valle del Río Grande en Texas o el corredor I‑95 que atraviesa comunidades latinas en la Costa Este, la recomendación recurrente de los expertos será revisar de inmediato cada caso para confirmar fechas, estatus del expediente y opciones legales alternativas.

El Gobierno de Trump sigue firme con sus duras políticas migratorias (Foto: Evgenia Parajanian / iStock)
El Gobierno de Trump sigue firme con sus duras políticas migratorias (Foto: Evgenia Parajanian / iStock)
/ Evgenia Parajanian

LAS EXCEPCIONES QUE TODAVÍA APLICAN

El propio aviso federal establece una ventana específica para quienes ya están en camino de regularizar su estatus. Para mantener la validez del permiso, la solicitud de Registro de Residencia Permanente o Ajuste de Estatus (Formulario I‑485) debe haberse presentado o tener matasellos del 15 de diciembre de 2025 o antes. En esos supuestos, la libertad condicional se mantendrá vigente hasta su fecha de vencimiento original o hasta que USCIS emita una decisión final sobre el caso, lo que ocurra primero.

Este detalle técnico puede marcar la diferencia entre conservar un permiso válido y perderlo de manera automática, por lo que abogados migratorios y defensores recomiendan guardar copias de recibos, notificaciones y matasellos oficiales. En la práctica, en comunidades hispanas donde no todas las personas dominan el inglés jurídico, será clave que medios locales, radios comunitarias y portales informativos en español expliquen con claridad estas fechas y requisitos.

¿QUÉ OCURRE SI EL AJUSTE ES DENEGADO?

El escenario se vuelve especialmente crítico cuando la solicitud de ajuste de estatus es rechazada. Si USCIS niega el ajuste, la libertad condicional termina de inmediato y la persona queda sin estatus migratorio regular, obligada a salir del país. A diferencia de otras situaciones en las que existe un período de gracia o margen para reaccionar, aquí no se contempla un plazo adicional, lo que puede tomar por sorpresa a familias que no estén bien asesoradas.

En contextos como Nueva York, Houston o Los Ángeles, donde muchas personas dependen de redes informales de asesoría, este tipo de cambios puede derivar en errores costosos, desde la pérdida del estatus hasta la exposición a procesos de deportación. Por eso, expertos en inmigración recomiendan no asumir nada y siempre verificar directamente con un profesional o con fuentes oficiales antes de tomar decisiones como viajar, cambiar de empleo o mudarse de estado.

EL IMPACTO DIRECTO EN EL PERMISO DE TRABAJO

El DHS también enfatizó que la finalización del período de libertad condicional tendrá consecuencias inmediatas sobre el permiso de trabajo. Una vez que termine el “parole” otorgado bajo los programas FRP, se revocará automáticamente la Autorización de Empleo emitida a cada beneficiario, lo que afectará su capacidad de trabajar legalmente y de sostener a sus familias en ciudades con alto costo de vida.

Las autoridades indicaron que cada persona recibirá una notificación individual informando tanto la terminación de su estatus migratorio como la de su permiso laboral. Para quienes trabajan en construcción, servicios, limpieza, cuidado de personas mayores, restauración o delivery —sectores donde la fuerza laboral latina es mayoritaria— esta revocación puede implicar la pérdida abrupta de ingresos, con impacto directo en el pago de rentas, hipotecas, envíos de remesas y gastos básicos.

INCENTIVOS PARA QUIENES CUMPLAN CON LA MEDIDA

Junto con el endurecimiento de los requisitos, el DHS anunció una serie de incentivos para quienes cumplan con las nuevas reglas y abandonen el país dentro de los plazos establecidos. Entre ellos se mencionan asistencia económica para el retorno, apoyo para la obtención de documentos de viaje, una bonificación de salida y la posible condonación de ciertas multas civiles asociadas a infracciones administrativas.

Aunque estos incentivos buscan presentarse como una vía “ordenada” de salida, organizaciones de defensa de migrantes advierten que, para muchas familias latinas con años en Estados Unidos, hijos nacidos en el país y raíces en barrios específicos, el retorno no es una opción sencilla. En comunidades donde el día comienza con café con pan dulce, arepas o tacos en la esquina, y donde la vida gira alrededor de escuelas, iglesias y ligas deportivas infantiles, la disyuntiva entre quedarse sin papeles o regresar al país de origen se vive como una ruptura profunda.

El gobierno de Estados Unidos está implementando nuevas restricciones a los inmigrantes (Foto: AFP)
El gobierno de Estados Unidos está implementando nuevas restricciones a los inmigrantes (Foto: AFP)

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