
Una ola de calor sin precedentes golpea el sur de Florida, y con ella salen a la luz alarmantes denuncias sobre las condiciones extremas que enfrentan los inmigrantes detenidos en el polémico centro conocido como Alligator Alcatraz, construido por el estado en apenas ocho días y operado bajo un presupuesto de 450 millones de dólares.
Mientras el termómetro marca temperaturas superiores a los 110 °F (43 ºC), hombres detenidos en carpas improvisadas, sin ventilación adecuada y rodeados de insectos, luchan por sobrevivir. A esto se suma una situación sanitaria crítica: comida infestada de gusanos, aguas residuales que se filtran al terreno y un enjambre de mosquitos transmisores del virus del Nilo Occidental.
El relato de quienes han logrado comunicarse con el exterior es devastador. Un joven nicaragüense, citado por el portal Climate Connections, asegura que debe dormir completamente cubierto bajo el calor sofocante para protegerse de las picaduras. “Nos estamos cocinando vivos”, declaró. “Esto no es un centro de detención, es un infierno”.
Trump lo elogió, pero hoy enfrenta duras críticas
El centro, ubicado en los Everglades de Florida, ha sido elogiado por Donald Trump como un ejemplo de “mano dura” contra la inmigración irregular. Sin embargo, legisladores demócratas como Maxwell Frost y Anna Eskamani han calificado el lugar como una “vergüenza nacional”, denunciando condiciones “horribles”, “crueles” e “inhumanas”.
Desde su apertura, Alligator Alcatraz ha estado rodeado de polémica. La ubicación en una zona propensa a inundaciones y tormentas ha sido cuestionada por expertos ambientales, quienes advierten sobre riesgos extremos ante huracanes, falta de rutas de evacuación y proliferación de enfermedades debido al entorno húmedo y contaminado.

Condiciones inhumanas y violaciones a los derechos humanos
La Coalición de Inmigrantes de Florida ha exigido el cierre inmediato del centro. Denuncian que la combinación de calor extremo, humedad intensa y falta de infraestructura adecuada pone en peligro la vida de miles de personas que han sido enviadas allí sin garantías mínimas.
Los detenidos, según los reportes, no tienen acceso estable a aire acondicionado ni a ventiladores, duermen en el suelo o sobre colchonetas mojadas por las lluvias, y se ven obligados a convivir con heces, basura acumulada y comida en mal estado.
A pesar de ello, las autoridades estatales insisten en que el campamento cuenta con “duchas, agua potable y espacios higiénicos”. Una versión que contrasta con múltiples testimonios e imágenes filtradas que muestran lo contrario.
Un campo vulnerable y sin plan de emergencia
Uno de los aspectos más preocupantes es la ausencia de protocolos de emergencia en caso de tormentas, huracanes o incendios. Alligator Alcatraz está ubicado en una zona remota, con solo una vía de acceso, lo que complica enormemente cualquier operación de rescate o evacuación.
Expertos climáticos aseguran que este tipo de instalaciones no deberían existir en un entorno como los Everglades, donde el nivel del mar está subiendo, las lluvias son cada vez más intensas y los desastres naturales son más frecuentes.
¿Qué pasará ahora?
Por el momento, el gobierno estatal no ha emitido declaraciones sobre posibles cambios en la administración del centro ni sobre una eventual clausura. Sin embargo, la presión de activistas, medios y organizaciones defensoras de derechos humanos va en aumento.
Desde Washington, varios representantes han solicitado una investigación federal sobre las condiciones de Alligator Alcatraz, mientras continúan saliendo a la luz videos y testimonios desgarradores que evidencian el sufrimiento de quienes están atrapados allí.











