En esta foto del 2018, el entonces presidente Evo Morales en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Donald Trump lo escucha atentamente. [AFP]
En esta foto del 2018, el entonces presidente Evo Morales en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Donald Trump lo escucha atentamente. [AFP]
/ DON EMMERT
Redacción EC

La llegada del gobierno interino de liderado por Jeanine Áñez está cambiando el rumbo de la política exterior del país, que durante los 14 años de mandato de estuvo enfocado en fortalecer sus vínculos con Cuba, Venezuela, Irán, Rusia y China, y otros gobiernos afines a la izquierda.

Con Estados Unidos la relación estaba en la congeladora, pues ambos países habían retirado en su momento a sus embajadores. Sin embargo, ya se escribió un nuevo capítulo con la reciente designación de Walter Óscar Serrate Cuéllar como nuevo embajador de Bolivia en Washington.

¿Por qué Bolivia y Estados Unidos mantuvieron tensos intercambios en estos 14 años? Evo Morales llegó al poder en el 2006 criticando el “imperialismo estadounidense”, discurso que mantuvo durante sus presidencias, pese a que seguía haciendo negocios con Washington.

Sin embargo, dos años después, en setiembre del 2008, Morales expulsó del país al entonces embajador estadounidense Philip Goldberg, y lo declaró persona no grata, acusándolo de querer “desestabilizar y dividir el país” y por “conspirar contra su gobierno” al alentar las autonomías departamentales, protestas que fueron enarboladas desde Santa Cruz.

Philip Goldberg fue embajador de Estados Unidos en Bolivia del 2006 al 2008. Morales lo expulsó acusándolo de conspirar contra el país. [AFP]
Philip Goldberg fue embajador de Estados Unidos en Bolivia del 2006 al 2008. Morales lo expulsó acusándolo de conspirar contra el país. [AFP]

“No queremos gente separatista ni divisionista ni que conspire contra la unidad. No queremos personas que atenten contra la democracia”, afirmó Morales al decidir la salida de Goldberg de La Paz.

En reciprocidad, el gobierno de George W. Bush expulsó de Estados Unidos al embajador boliviano, Gustavo Guzmán. Desde entonces, las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia quedaron a nivel de encargados de negocios.

Pero la relación no solo se deterioró con los embajadores. Morales también sacó de Bolivia a la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, a la que acusó de espionaje. Y en el 2013 ordenó la salida de la agencia de cooperación estadounidense USAID, a la que acusó de injerencia en asuntos internos.

Durante la administración de Barack Obama, Estados Unidos y Bolivia negociaron las bases de un “acuerdo marco de respeto mutuo”, que nunca llegaron a firmar, en el que se fijaban algunos pasos para la restitución de relaciones que debían finalizar con una reposición de embajadores.

Cambio de rumbo

Tras la salida de Evo Morales, el gobierno de Jeanine Añez está rediseñando la política exterior de Bolivia. Una de sus primeras decisiones fue reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, rompiendo los fuertes lazos que había entre Bolivia y el chavismo.

Morales mantuvo una estrecha relación con el venezolano Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro. [AP]
Morales mantuvo una estrecha relación con el venezolano Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro. [AP]
/ Fernando Llano

El nuevo gobierno también despidió a casi todos los embajadores que habían sido nombrados en el gobierno de Morales y expulsó a cientos de médicos cubanos que trabajaban en Bolivia, enviándolos en varios vuelos de regreso a La Habana.

La cancillería que ahora dirige Karen Longaric ha emitido duras críticas hacia el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al que presentó una protesta formal por permitir que Evo Morales, asilado en México, realice continuamente declaraciones políticas sobre la situación en Bolivia.

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