Las protestas contra el gobierno del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso no se detienen y el líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Leonidas Iza, no descarta un escenario aún más complejo.
En diálogo con BBC Mundo desde Quito, Iza negó las acusaciones del gobierno de que la dirigencia indígena quiera sacar al presidente del Palacio de Carondelet y que las protestas tengan algo que ver con la lucha de las autoridades contra el narcotráfico.
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Iza aseguró que la movilización busca respuestas a los 10 puntos planteados por la CONAIE, entre los que se encuentran congelar los precios de los combustibles, una moratoria de deudas en el sistema financiero y no explotar minería en territorios indígenas.
Pero el líder más visible del paro nacional anticipó que la ausencia de respuestas por parte del gobierno puede hacer que la situación -de por sí difícil por la violencia en las calles y un creciente desabastecimiento- se salga definitivamente de control.
¿Qué resumen hace de estas once jornadas de protestas que comenzaron el 13 de junio?
Por lo menos el gobierno nacional ha tenido que escucharnos, lo que no ha pasado en todo el año que hemos venido dialogando.
Pero hace unos días el presidente Lasso dijo que el objetivo de la protesta era sacarlo del poder. ¿Existe esa intención detrás de la protesta?
Queremos decirle al mundo que jamás nos propusimos aquello. Eso es una construcción propia del gobierno nacional para no dar respuestas a las demandas.
Nos hemos mantenido en el territorio ocho días y estos últimos tres hemos venido a Quito, y desde el primer día se dijo que nuestras demandas son los 10 puntos y esos 10 puntos no se tienen que confundir con un acto político de desestabilización.
Ni que pretendan posicionar que queremos botar al gobierno nacional.
Por lo tanto, si eso no sucede (el cumplimiento de las demandas), será el propio peso del gobierno nacional el que conduzca a cualquier otro momento político. Pero en este momento el movimiento indígena y los sectores populares nos hemos mantenido que debemos sacar una respuesta de los 10 puntos.
¿Entonces usted no descarta que si el gobierno no escucha sus demandas esto pueda dar pie a un escenario político aún más complejo?
Puede dar pie a un escenario político más complejo que prácticamente no se controle.
En este momento se tiene control sobre nuestras estructuras organizativas, pero también hay una reacción de la población, de la sociedad.
En ese sentido, nosotros hemos dicho siempre -cuidando a lo que venimos a la ciudad- que necesitamos la respuesta a los 10 puntos y esa es nuestra agenda.
El gobierno nacional, mientras, está haciendo valoraciones externas o poniendo escenarios que no existen y que no hemos planteado; pues, prácticamente, pretende imponer la violencia para defender supuestamente la democracia.
Pero en estos días ha habido hechos de violencia de ambos lados y aunque ustedes han llamado a la no violencia, esto no ha evitado los incidentes. Un analista ecuatoriano, Pedro Donoso, decía hace algunas horas que ni el presidente controla al Estado, ni la Conaie controla las protestas. ¿Se les han ido de las manos las protestas?
No se han ido de las manos. Ayer se demostró, con la marcha pacífica de manera multitudinaria.
Y en ese momento, un grupo de ciudadanos, de no sabemos qué identidad, fueron y propiciaron acciones en contra de la Fiscalía. De eso no podemos hacernos cargo, no ha sido en el transcurso de la marcha sino después.
Pareciera que hay una planificación del mismo gobierno y no podemos hacernos cargo de algo que el gobierno nacional ha podido controlar.
Mientras ustedes han hablado de infiltrados en las marchas, el ministro de Defensa dijo que el otro día que la protesta social se da en el marco de un combate contra el narcotráfico y una ola de inseguridad en el país, y dejó entrever que hay una relación entre ambos hechos.
Son palabras groseras, palabras irresponsables y lo que ha provocado en nosotros es más indignación.
Mientras sigan pensando así el presidente o las autoridades del Estado jamás resolverán esta movilización.
Nosotros jamás aceptaríamos un solo centavo del narcotráfico o de las mafias que están ahí operando.
Yo les pregunto a las autoridades, ¿cuántos de los que están articulados a la gestión administrativa del Estado están vinculados al narcotráfico?
Nosotros decimos que jamás aceptaríamos un centavo de ningún actor político, peor del narcotráfico; esta lucha es sostenida con la solidaridad del pueblo, del campo, de todos los que estamos sintiendo la pobreza y la desigualdad en este país.
Ellos son los que necesitan visibilizar el control de las mafias en el mismo Estado, dentro de las instituciones, y el gobierno no ha tenido la capacidad de controlar por lo menos eso.
Nosotros rechazamos rotundamente tales pretensiones para deslegitimar nuestra lucha.
El otro día Nina Walinga, una militante muy conocida a nivel internacional dentro del movimiento indígena ecuatoriano, los llamaba a usted y al presidente a comportarse como adultos y resolver esta situación.Le pregunto si existe un conflicto -hasta personal- entre el presidente de la nación y el presidente de la CONAIE que tiene secuestrado en el medio a gran parte de la sociedad ecuatoriana.
En absoluto, no tengo ninguna cuestión personal en contra del presidente de la República.
Lo que sí he tenido es insultos, vejaciones, criminalización, persecución, detención ilegal por parte del presidente de la República.
Jamás hemos pretendido posicionar la actitud -en este caso- de mi persona, no. Aquí hay un problema instalado.
Que haya compañeros que de pronto no están de acuerdo con decisiones colectivas es respetable, pero aquí hay una decisión de todas las estructuras organizativas del movimiento indígena sobre las 10 demandas.
Eso es lo que es lo que nosotros sostenemos y eso es lo que vamos a seguir sosteniendo.
Por lo tanto, para los que digan que hemos tenido una actitud infantil o de niños, a pesar de los insultos y todo lo que me ha dicho el presidente de la República, que sepan nosotros hemos entregado la primera propuesta el 11 de junio del año pasado, el 4 de octubre hemos ido a la mesa del diálogo sobre la misma propuesta, y el 10 de noviembre también. ¿Respuestas?
Entonces no es una actitud infantil de nuestra parte. Es peor que el presidente de la República haya utilizado estos espacios de diálogo única y exclusivamente para beneficio de sí mismo.
De nuestra parte ha habido madurez.
El presidente Lasso ha mostrado respuestas a estos diez puntos que ha planteado la CONAIE. Habló, por ejemplo, de la declaratoria de emergencia en el sector de la salud, del control de precios o de no subir la cotización de los combustibles. ¿Cómo analizan ustedes estas respuestas del presidente a sus demandas?
Nosotros hemos saludado estos decretos, decretos que no resuelven mayor cosa, pero sí van a traer beneficios a temas muy particulares.
Lo que hemos dicho es que necesitamos avanzar en los temas más urgentes: el tema de los combustibles, el tema del sistema financiero, el tema minero. Son los temas que más nos han escalado la pobreza en este país.
Nosotros incluso hemos dicho con absoluta claridad que los aumentos de los combustibles no pueden volver a cero, que nosotros asumimos el 60% del incremento, pero que el Estado ecuatoriano asuma el 40%.
Nosotros no estamos yendo a los extremos, sino asumiendo también una parte, pero no pueden cargar todo el peso a los más pobres, ese es el punto.
Por lo tanto, una vez garantizado el congelamiento del precio de los combustibles en este precio, inmediatamente convoquemos a otros sectores para planificar una política de focalización de subsidios.
De nuestra parte ha habido absoluta apertura en los temas que hemos dicho, en este momento, que son urgentes.
Más allá del pulso entre la CONAIE y el gobierno, hay un gran sector de la sociedad ecuatoriana preocupada ante la violencia, ante los primeros signos de desabastecimiento, ¿qué le dice usted a esa sociedad ecuatoriana que no necesariamente está marchando en las protestas?
Lo entendemos y nuestras familias igual están sufriendo.
Las luchas siempre traen dolor, traen tragedias: tenemos compañeros asesinados, directamente disparados a la cabeza,
A los ciudadanos y ciudadanas, que están en la ciudad, entendemos que se va terminando la alimentación, por eso mismo hemos pedido al presidente de la República que debe haber procesos mucho más rápidos, y con eso ningún ecuatoriano quedase afectado.
Siempre hemos dicho que se deben garantizar las provisiones, el gas, pero también ya se sale del control, porque muchas veces las bases que están allí protestando no tienen organización; por lo tanto necesitamos que los compañeros y compañeras en los territorios sepan qué condiciones mínimas se debe garantizar.
De verdad, con todo lo que ha significado sostener (la lucha) con muertos, heridos, compañeros que han perdido la vista, en este momento ya está en las manos del presidente de la República.
Por lo tanto, quiero pedir a los ciudadanos que podamos hacer espíritu de cuerpo. Esta no es una lucha de (seres) mecánicos, ni de robots, es una lucha de seres humanos.
Esta lucha es para poder garantizar condiciones mínimas como seres humanos.