Conga: entre el paisaje y el agua
Conga: entre el paisaje y el agua
Redacción EC

MARTHA MEIER M.Q.

Editora central

Los distritos de Sorochuco y Huasmín, en la provincia de , y La Encañada, en la de , son tierra de lagunas milenarias, restos arqueológicos, pinturas rupestres, aves, aguas medicinales, verdes campiñas cultivadas.

Una zona donde podrían desarrollarse proyectos turísticos, mejor dicho pudieron, porque hoy allí se extiende el , de Newmont-Yanacocha.

INVERSIÓN ESTRATÉGICA

Conga es una inversión necesaria para el Perú, un proyecto legal y formal, a diferencia de la minería ilegal, contaminante y lavadora de narcodólares, que prolifera sin que se la combata eficientemente. Es una inyección de varios millones de dólares, pero es un conflicto socioambiental activo que el Gobierno no sabe enfrentar sino con el uso de la fuerza, generando mayor desconfianza y rechazo.

DESINFORMACIÓN

En la zona del proyecto impera la desinformación, abonando el terreno para que los grupos antiinversión azucen a una población sinceramente preocupada por “su” agua, los ecosistemas de la jalca cajamarquina y sus paisajes.

Cada tanto los agitadores organizan marchas, y los comuneros salen a proteger sus lagunas (varias serán drenadas y una usada como vertedero de relaves).

La empresa ha garantizado el abastecimiento de un mayor caudal de agua, de buena calidad, construyendo reservorios. Pero ese no es el punto.

CON OTROS OJOS

Quienes lideran el proyecto deben renovar su mirada sobre el espacio geográfico que explotarán e interiorizar el significado del paisaje, en su sentido más amplio y espiritual.

A principios del siglo XXI surgió una corriente sobre el modo de entender el paisaje. Filósofos, arquitectos, políticos, artistas y geógrafos sostienen ahora que es cultura, gozo estético, identidad y base de demandas y conflictos sociales (como los que proliferan en nuestro país cuando el paisaje va a ser notoriamente “intervenido”).

El Convenio Europeo del Paisaje destaca el papel de este en la cultura, los ámbitos ecológicos, ambientales y sociales, y generador de empleos: en su protección, gestión, ordenamiento y recuperación.

MIS LAGUNAS

Para salir del atolladero, Conga requiere que el paisaje sea mínimamente perturbado, recrear los bofedales y pajonales, que son un sistema natural de captación y cosecha de agua. 

En la zona hay unos 800 manantiales, un centenar de puntos de captación de agua para consumo y 18 canales de riego que posibilitan la ganadería y la agricultura. Yanacocha-Newmont debe demostrar que es posible la convivencia de la minería con esas actividades, eso depende de reinventar el proyecto para recrear el entorno ecológico, garantizando, además, que al cierre de las operaciones la zona será lo más parecido a lo que se encontró (un buen ejemplo lo da Endesa, con su mina a tajo abierto de As Pontes, en Galicia, España).

En Conga la defensa del agua es la coartada de los antiinversión para agitar a las comunidades. De hecho, el proyecto usará el agua a su conveniencia, ¿no debería haber un pago especial a las poblaciones por el agua almacenada en las lagunas y la que discurre por las tierras concesionadas?

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