Fernando Vivas

Cuando el difunto Nano Guerra García batalló a fines de enero, en nombre de su bancada de Fuerza Popular, para reconsiderar que el adelanto de elecciones aprobado en primera votación para el 2024, sea para el 2023; todo se fue al traste. Adelantar el adelanto mató al adelanto. La primera votación reunió más de 87 votos que, si se repetían, ya estaríamos en plena campaña. Pero la reconsideración volvió todo a fojas cero. La derecha no fujimorista se fastidió con el apuro y mandó todo al demonio; y la izquierda se puso en plan de asamblea constituyente o nada. Perdimos soga, adelanto y cabra.

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