Fernando Vivas

Los ministros, conscientes de su mortalidad, han encontrado una señal para que la prensa sepa al menos con una hora de anticipación (es algo en estos tiempos veloces) que sobrevivirán a un cambiazo: portar, al entrar a Palacio de Gobierno a la ceremonia de juramentación, la caja azul en la que se guarda el fajín que usarán en la foto de los que quedan. César Vásquez, ministro de Salud, muy sonriente, blandió la caja ante las cámaras. En cambio, Elizabeth Galdo, ex de Comercio Exterior y Turismo, no la portaba. Mala señal. Javier González Olaechea entró con un maletín en el que podía caber la caja, de modo que tuvimos que esperar para enterarnos que protagonizaría el más llamativo cambiazo. Las salientes Hania Pérez de Cuellar, ex de Vivienda y Leslie Urteaga, ex de Cultura, no llevaron ni a sus personas, menos a las cajitas; pues no fue muy cortés la forma en que fueron apartadas. Los demás, ajenos al ajuste, portaban el emblemático punto de azul.