Durante una temporada, Connie Chaparro trabajó de la mano junto a la Miss Perú Olga Zumarán en la serie “Así es la vida”, cuando interpretaron a los personajes de Mechita y Jimenita en la comedia de vecinos. En una entrevista vía Instagram Live por la cuenta de Saltar Intro, la actriz recuerda cuando su madre de la ficción le insinuaba la posibilidad de participar en un concurso de belleza, aunque eso nunca pasó por su cabeza. Hoy es una mujer cada vez más trabajadora, madre de Nicola y esposa de Sergio Galliani, pero también una estrella en Radio Corazón (RPP) desde hace 9 años. Este año, conduce un segmento matutino donde habla del amor y se dirige directamente a la mujer para decirle lo valiosa y poderosa que puede ser.
Su pasado es permanente. La reconocen en la calle y las redes sociales por sus interpretaciones en las telenovelas “Así es la vida” y “Mil oficios” de América TV y Panamericana Televisión. Pero el tiempo pasó y hoy también es conocida como un rostro del teatro y el cine. Este mes, promociona la última película de estreno en cines donde participa, “Seductores irresistibles”, que filmó hace dos años. “Recuerdo que fuimos a grabar a una casa cerca de Cieneguilla y me reencontré con muchos compañeros, pero también nuevos talentos a quienes no conocía”, dijo quien tiene el rol de Charlotte, una mujer cleptómana e interesa por el dinero.
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Ha trabajado en más de seis obras de teatro, incluido un bipersonal, “Soy intensa y qué” (2019). Hizo voz de doblaje en la película “Los ilusionautas” (2012) y pronto iniciará un programa de entrevistas por redes sociales en el Diario Trome. Este espacio lo conduce junto a Patricia Portocarrero y forma parte de una iniciativa propia, mientras espera la llegada de papeles protagónicos en el cine y la televisión.
—Me gustó mucho la naturalidad que tenías en “El último bastión” (producción de TV Perú que hoy está disponible en Netflix). ¿Tú sentiste ese personaje natural o cómo sientes que proyectaste tu performance?
Cada papel lo disfruto mucho. Para mí, la actuación es algo orgánico y fluye. Si estoy en un ambiente donde me siento tranquila, entonces me entrego. Ese papel que hice en “El último bastión” fue increíble. Quizás, la participación no era gigante, pero me pareció interesante, porque era como llevar una clase de historia del Perú y del mundo. Se aprendió mucho, ya que eran textos alejados a mí al ser leídos como un castellano antiguo. Otra serie donde siento que hubo bastante esfuerzo fue “Clave 1″ (2009-2010), después de “Mil oficios” (2003) y “Así es la vida” (2004-2008). Era una doctora. Verás que, una cosa es hablar textos cotidianos donde te manejas como limeña, y otra es hablar de lo que no entiendes como términos médicos.
—Si un vietnamita pone en Google tu nombre, verá todas las series y películas en las que has participado, pero también mucha información sobre “Connie Chaparro y Sergio Galliani”. En algún momento dijiste: “Juntos somos más fuertes”. ¿Es el objetivo que el mundo los conozca unidos?
Las notas en Google son cosas espontáneas de mis redes sociales. No tenía intención de que salgan publicadas como noticias. La gente valora bastante el amor que tenemos (con Sergio) por el tiempo que llevamos juntos. Me dicen: “Connie, tú no la fregarías, porque, si no, yo dejo de creer en el amor”. Se asombran porque duramos y nos va bien, pues antes no daban mucho por nuestra relación. Pensaban en la diferencia de edad o que terminaríamos, por ser parte del medio público.
—¿Cómo crees que la gente te ve?
Las personas son buenas conmigo. Hay una generación que me recuerda por varias telenovelas. Hay quienes me mencionan el mismo personaje de hace años, aunque ya se dieron cuenta de que crecí, pero siento que me ven con cariño. Me repiten que les parece bonito que no haya estado involucrada en escándalos, y que mi familia esté unida.
—¿Crees que encajas en una imagen característica de mujer, madre u otro?
¿Cómo soy? Una mujer, como cualquiera, una ama de casa que puede ser mejor para algo. No soy buena para cocinar, aunque sí para limpiar, como cualquier madre. También soy cariñosa con mi hijo y estoy muy presente. No me gusta perderme nada de él. Pero soy moderna, práctica. Me gusta tener ese lado amiguero (sociable). La verdad, no sé cómo me verán.
—Claro, y todas son mujeres diferentes. Cada una tiene una imagen de la mujer. Por ejemplo, Katy Jara, decía que “una mujer debe ser sumisa y el varón es la cabeza del hogar”. Respecto del matrimonio es otra faceta femenina. ¿Qué valor debería tener una mujer frente a un hombre?
O sea, una mujer frente a un hombre, tanto como un hombre frente a una mujer en un matrimonio, deben tener respeto. No considero que los hombres seamos igual a las mujeres, porque no lo somos. Tenemos los mismos derechos y posibilidades por las que luchar, pero tenemos grandes diferencias. A mí siempre me han criado con mucha igualdad. Mi mamá ha trabajado en una fábrica y mi papá en un bar (Sargento Pimienta). No tengo la imagen de una mujer sumisa que sirva al marido. No considero mal poder servirle la comida a mi esposo. Qué lindo eso. Después, él puede lavar los platos. Si él está full chamba y yo no, también me puedo ocupar de mi casa sin ningún problema. Somos un bonito equipo.
—¿Qué características debería tener una mujer para proyectar cierto valor?
Creo que las mujeres hemos cambiado y avanzado en muchos aspectos. Hay muchas mujeres emprendedoras y llenas de sueños. Muchas divorciadas. Otras, lamentablemente, maltratadas. De todo. Debemos ayudarnos entre todas, porque no poseemos las mismas posibilidades. No nacimos en la misma casa, fuimos educadas igual o tenemos los mismos recursos. Es muy fácil decir ‘ah, qué tonta, se deja maltratar’, pero uno no está en la posición de esa persona. En la radio, siempre le digo a las mujeres que se valoren mucho, y encuentren su felicidad a pesar de las circunstancias. A veces, la felicidad es difícil de encontrar y ponemos primero a los hijos, olvidándonos de nosotras mismas.
—Uno pensaría que, al llamarse Radio Corazón, puede ser más ligado a lo femenino, pero no.
La idea es dar un buen mensaje para empoderar a la mujer. Eso definitivamente está en mi discurso y en mi forma de ser. Es un objetivo bonito y me hace trabajar sin aburrirme.
—Es muy complejo entender la figura de la mujer en el país. Incluso, viendo el Miss Perú de cerca, también se nota otro tipo de imagen respecto de las mujeres. ¿Tú qué opinas?
Quisiera entender mejor la crítica sobre el Miss Perú, pero la verdad es que no sigo este tipo de concursos. No tengo nada en contra, pero no son shows que me interesen. Cuando era más joven, compartí con Olga Zumarán, a la que quiero muchísimo. Me decía: “Connita, ¿por qué no participas?”. Yo dije: “¿ah?”. (Cara de extrañeza). ¿Para qué? Era la pregunta. No tengo nada en contra de esas mujeres, porque las adoro y tengo muchas amigas en ello, pero personalmente me sentiría mal de participar (en un concurso de belleza). No podría, me sentiría ‘lorna’. Por otro lado, entiendo que los concursos han mejorado bastante y hoy se valora la preparación y la inteligencia de la mujer. Sin embargo, en mi época, sentía que te hacían postular por ser bonita y punto. Jamás podría postular en algo así, porque no iba conmigo. Nunca quise que me vean por mi belleza, sino por mi talento, mi inteligencia, lo que transmito. No tengo idea por qué critican a la Miss Perú (actual, Alessia Rovergno). ¿Porque se equivocó?
—La crítica fue por su respuesta.
No la puedo defender, pues no conozco los parámetros del concurso, pero sí la defiendo como ser humano. ¡Por favor, quién no se equivoca o siente nervios! Dirán que debió ganar otra, pero esa persona iría al concurso y también se equivocaría, como todas las ‘Misses’ y los presentadores del mundo. Yo me he equivocado 100 veces y no me considero ninguna tonta.
—¿Crees que la belleza es considerada importante para este concurso en primer lugar?
Obviamente, pero no deberían existir esos concursos para empezar. Para mí, eso de la Miss Primavera, entre otras, son tonterías, porque son cosas que nos encasillan como mujeres. Si quisiera participar, debo bajar de peso para ganar; si soy baja de estatura, no puedo participar. Ya lo sabemos. Porque hay un estereotipo para la que gane. Tiene que ser regia, tener los dientes lindos, etc. No deberían existir esos concursos, hacen daño.
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