Celeste Pérez

Una vida puede transformarse a través de la música y lo ha vivido en primera persona: desde el momento en que se enamoró de ella en el coro de su colegio, pasando por los años en que soñaba con convertirse en un cantante de música pop hasta consolidarse como el que maravilla al mundo entero al ritmo de una “Valicha” o interpretando “La flor de la canela”.

“Todos, sin importar su condición, deberían poder disfrutar de la música”, comenta a Somos durante su paso por la capital, adonde ha llegado para vigilar el camino de uno de sus proyectos más ambiciosos: el programa Sinfonía por el Perú. “Cuando se dan cuenta de que ella puede cambiarles la vida, se aferran a su voz, a sus instrumentos, a su orquesta... Se esfuerzan mucho por esa oportunidad”, agrega.

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Con 13 años de existencia y miles de vidas transformadas en todo el país gracias a la música, el sueño de Juan Diego Flórez no decae y se potencia para cumplir nuevos retos: abrir sus puertas en más regiones, replicar su modelo en el mundo y reanudar giras por Europa encantando con su orquesta y coro. De ello, y más, conversamos en exclusiva.

Sinfonía por el Perú ha cumplido 13 años. ¿Qué recuerdas de ese 2011 en que decidiste fundar el programa?

Fundé Sinfonía por el Perú porque me di cuenta de que la música realmente puede cambiar vidas. Y lo sigo pensando. A través de ella, se puede mejorar la calidad del futuro de la niñez en el Perú. Hace más de una década, se inició como un sueño que esperaba cambiar las realidades de muchos niños. Algo que, sin duda, estamos logrando.

En ese momento, las problemáticas que se presentaban en niños y adolescentes vulnerables no eran las mismas a las que se enfrentan hoy. ¿Con qué tipo de realidades se ha topado el programa y cómo se consigue un impacto positivo?

La tecnología es un punto muy importante. Así como ha traído cosas positivas, el acceso a ella también se está llevando la atención del mundo hacia las pantallas. Los niños se exponen a más peligros que hace diez años. En ese caso, la respuesta de la música es que los rescata de ese plano y potencia sus habilidades, no solo las cognitivas, sino también las sociales, pues aprenden a desarrollarse en grupo, a crear belleza en equipo. Así funciona. Otras de las problemáticas en las que hemos tenido un impacto positivo son la reducción de deserción escolar, menores índices de violencia e incluso un descenso en embarazos adolescentes.

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El impacto no queda solo en el niño o joven. ¿El programa trabaja también con los padres y la comunidad?

La música termina siendo una práctica colectiva y la inspiración es contagiosa y poderosa. Las comunidades y padres de familia tienen la oportunidad de asistir a los conciertos y sentirse orgullosos de lo que son, de lo que están construyendo, gracias a sus hijos. Y no se detiene solamente en un motivo de orgullo, sino también es un ejemplo de superación. Además, el programa incluye estrategias articuladas con los adultos, como acompañamiento psicológico y escuela para padres.

Además de los cientos de vidas impactadas con la música, ¿qué otros logros te dicen que Sinfonía por el Perú va por buen camino?

En 2023, se cumplió algo importante para el proyecto. Llegamos a México gracias a nuestro aliado Grupo México, para asesorar a orquestas y coros que tienen allí. Eso es una señal de que nos estamos superando y de que Sinfonía por el Perú no es un programa musical como los demás, es algo que sí funciona, sí tiene impactos a largo plazo y elementos necesarios para impulsar el cambio en la sociedad a través del arte. Ya nos han pedido que lo llevemos también a otros países, así que es nuestra siguiente meta: exportar Sinfonía.

Durante su viaje, el tenor visitó uno de los núcleos beneficiarios de Sinfonía por el Perú: el colegio fe y alegría en San Juan de Lurigancho. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
Durante su viaje, el tenor visitó uno de los núcleos beneficiarios de Sinfonía por el Perú: el colegio fe y alegría en San Juan de Lurigancho. (Foto: Anthony Niño de Guzmán)
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > ANTHONY NINO DE GUZMAN

El programa también permite a los jóvenes más talentosos abrirse al mundo mediante giras. En sus primeras presentaciones internacionales, ¿has podido reconocerte en su inocencia y emoción?

Claro. Yo no sé si es porque encontré a la música muy temprano en mi vida, pero desde siempre supe que era mi pasión. Cuando ellos se presentan en ciudades como Viena, Madrid, y más, su emoción es insuperable, y eso los marca tanto que se dan cuenta de que sí pueden soñar con la música. También me identifico con esa ilusión que tienen de conocer el mundo, porque yo también tuve esas ganas cuando era chico. Por eso me entusiasma tanto que retomemos las giras con la orquesta y el coro, luego de dos años de pausa. Vamos a estar en Madrid, Ginebra, París, Viena... en los mejores auditorios y teatros.

Eres un personaje de mundo. ¿Cómo ven desde afuera al Perú hoy en día?

La impresión del Perú es siempre positiva gracias a nuestra cultura, nuestra comida, nuestros talentos y atractivos turísticos. Sin embargo, al final hay una percepción compleja del porqué siempre está políticamente inestable, algo que sin duda impacta en la sociedad fuertemente. Creo que eso nos lleva a meditar que todo debe trabajarse de manera equilibrada, por ejemplo el arte como vía para el desarrollo social.

Flórez continúa triunfando en Asia. Sus presentaciones en ciudades chinas como Shenzhen y Shangái siempre agotan hasta la última localidad. (Foto: IG)
Flórez continúa triunfando en Asia. Sus presentaciones en ciudades chinas como Shenzhen y Shangái siempre agotan hasta la última localidad. (Foto: IG)

Contradictoriamente, el arte muchas veces es relegado en su desarrollo por parte del Estado y las organizaciones.

La música inculca valores para la vida. No todos los chicos que están en Sinfonía terminan en orquestas o coros; sin embargo, aspiran a estudiar una carrera, un posgrado, a viajar. Eso porque la música les inculca responsabilidad, les abre las puertas al mundo, reduce los índices de violencia, deserción y pobreza. Por eso, es tan importante tener aliados. Aunque toma tiempo en ser notado, en el Perú aún más.

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Aún en el siglo XXI existe el cliché de que la música clásica es solo para algunos grupos reducidos. ¿Qué opinas al respecto?

Creo que es un cliché con el que muchos han crecido. Pero la música es música, y es para disfrute de todos. De hecho, Sinfonía por el Perú lo demuestra. Además, en el programa las orquestas no solo trabajan con música clásica, sino también con peruana [en un proyecto que se llama Puro Perú], e incluso contamos con un taller de lutería.

La apretada agenda del tenor en la capital se complementó también con una presentación en el Gran Teatro Nacional, acompañado por supuesto por la Orquesta Juvenil de su semillero, Sinfonía por el Perú. (Foto: Victor Idrogo)
La apretada agenda del tenor en la capital se complementó también con una presentación en el Gran Teatro Nacional, acompañado por supuesto por la Orquesta Juvenil de su semillero, Sinfonía por el Perú. (Foto: Victor Idrogo)
/ © Victor Idrogo / Icónica

¿Qué hace de Sinfonía por el Perú un verdadero motivo de orgullo para ti?

Lo es porque apuesta por las nuevas generaciones a través de la música. Porque desde hoy está haciendo camino para que más niños y jóvenes no renuncien a sus sueños. Como Perú, tenemos tantas riquezas que a veces me impacta el hecho de que no nos demos cuenta. Hay que despertar, creer que lo nuestro es lindo, que vale la pena, que es digno de ser difundido. Ya es momento de dejar de mirar lo que hay en el patio del otro y darnos cuenta de que lo tenemos todo para trabajar y salir adelante. //


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