1 / 12 1. MAMMA MIA. El rincón italiano del Mercado, Massamabile, aumenta su oferta este 2019 con una selección de pizzas. Pastas rellenas artesanales, focaccias, sánguches y vinos componen el resto. Talleres para niños se ofrecen con regularidad.
2 / 12 2. BUEN MUCHACHO. Provinciano trae sazón regional a cargo de Jimmy Rosales y Mariano Escobal, que reúne influencias de costa (como el arroz con pato de la foto), sierra y selva, en un formato moderno pero no por eso menos contundente. No conviene perderse a su primo hermano, el local de la cebichería Agallas.
3 / 12 3. DE TARAPOTO SU PEDAZO. La Patarashkita (la versión más pequeña del célebre La Patarashca) ha conquistado un buen número de paladares con su menú amazónico pensado para compartir. Encontramos, por ejemplo, costillas de cerdo con miel y patacones, o canastitas de plátano con dados de cecina y chalaquita.
4 / 12 4. CALLE PERO ELEGANTE. Desde hamburguesas (queso mantecoso cajamarquino, cebollas caramelizadas y chimichurri ahumado son algunos de los toppings) hasta alitas bañadas en salsa BBQ oriental, onion rings, pollos a la brasa y salchipapas: es algo imposible resistirse a la propuesta de Street Beef and Chicken.
5 / 12 5. COMO EN CASA. Una barra criollísima y generosa: Las Reyes es el nuevo formato del premiado cocinero José del Castillo. Guisos tradicionales e inspiración de taberna se reúnen en una parada que se hace obligatoria.
6 / 12 6. OH LÀ LÀ. Macarons, canelés, bizcochos, tartaletas: todo eso –y bastante más– se encuentra en La Verité Patisserie, el único puesto de pastelería del Mercado, donde se combinan técnicas francesas con productos peruanos. Aquí se puede probar también el café de Harry Neira.
7 / 12 7. DONDE COME UNO. Las tablas de makis de Suhi Pop by Mitsuharu (Tsumura, le debe sonar por un pequeño restaurante llamado Maido) se venden aquí como pan caliente, pero no son lo único en la pizarra de este puesto. Esta es una cocina nikkéi casual y divertida.
8 / 12 8. COLOR Y SABOR. Aima nació como una propuesta de tapeo peruano, pero para el 2019 ha ampliado su oferta con algunos platos de fondo. La sazón local al estilo de Claudia Fossa marca el compás por aquí.
9 / 12 9. LA MODA NO INCOMODA. Los poke bowls son uno de los platos más pedidos del Mercado, y no son los únicos: la preparación de origen hawaiano se ha convertido en una tendencia mundial. Aquí los encuentra –entre otras cosas– en Oli Oli.
10 / 12 10. LINDO Y QUERIDO. Otra de las novedades para esta temporada: el puesto de Chinga tu Taco, cadena creada por el cocinero peruano Moma Adrianzén. Comida mexicana al paso, fiel a los sabores e ingredientes tradicionales.
11 / 12 11. LA DIRECCIÓN CORRECTA. Norte Seafood Bar es una barra marina con toques gourmet y mucho espacio para la creatividad. La propuesta a cargo de Paola Cubas tiene platos a la brasa, pastas, tapas y cocteles.
12 / 12 12. ¡HELADEROS! Hace cuatro años, Nicolás Palma y Laura Lucangeli abrieron Blu: il gelato del barrio, en Barranco. El de Mercado 28 es su segundo local. Desde allí ponen en práctica técnicas de gelatería italiana que combinan con productos peruanos.
Se llama Mercado 28 en honor a la miraflorina avenida 28 de Julio, pero técnicamente está en otra calle. Eso poco o nada importa cuando se tiene un formato novedoso, popular y exitoso, quizás el de mayor acogida de los últimos años en Lima (junto al invencible Siete Sopas, sin duda).
Mercado 28 no inventó el concepto de plaza culinaria: sí lo consolidó. Lo puso de moda y, en el camino, abrió un interesante nicho para decenas, centenares de empresarios en el rubro. “No sentimos que los mercados gastronómicos sean una moda”, explica Michael Moldauer, socio del proyecto. “Por el contrario, son espacios que permiten dar a conocer propuestas diversas y, por su flexibilidad, se mantienen vigentes en cuanto a tendencias”, sostiene.
La clave, como en todo, está en los detalles.
El cocinero José del Castillo –La Red; Isolina– eligió este espacio para el segundo local de su propuesta más reciente: Las Reyes. “El formato brinda la posibilidad de tener muchas opciones en un solo lugar. La diferencia con los patios de comida es que aquí hay un proceso artesanal detrás: platos que se hacen al momento, cocinas abiertas”, indica Del Castillo.
Variedad, buen precio y calidad. Del ají de gallina de la abuela al gelato italiano solo hay unos cuantos pasos de distancia. //