Equipos de todo el mundo ya trabajan en una vacuna contra el COVID-19. (Foto: NICOLAS ASFOURI / AFP)
Equipos de todo el mundo ya trabajan en una vacuna contra el COVID-19. (Foto: NICOLAS ASFOURI / AFP)
/ NICOLAS ASFOURI
Redacción EC

Con más de 100 proyectos iniciados, entre ellos dos peruanos, y una decena de ensayos clínicos, el mundo espera poder contar dentro de unos meses con una vacuna eficaz contra el , una enfermedad que desencadenó una investigación masiva en un tiempo récord.

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Diversos científicos y entidades como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) cuestionan que se pueda obtener una en menos de un año. ¿Por qué demora tanto el desarrollo de una vacuna?

Para desarrollar un medicamento, los investigadores deben determinar que este es seguro para las personas y eficaz contra la enfermedad que pretende combatir. Además, deben asegurarse de que la relación costo beneficio sea lo suficientemente buena como para tener la base científica de que no producirá daños a mediano y largo plazo.

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Un claro ejemplo del tiempo que demanda una vacuna en desarrollarse es el caso del proyecto mosaico, que busca obtener contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Luego de más de 12 años de estudio, y tras obtener resultados satisfactorios, se encuentra en fase de prueba masiva en humanos. De tener éxito, podrían obtener el visto bueno para su comercialización.

Los científicos deben conocer bien las características de los virus o bacterias para poder desarrollar una vacuna. (Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP)
Los científicos deben conocer bien las características de los virus o bacterias para poder desarrollar una vacuna. (Foto: ANDREW CABALLERO-REYNOLDS / AFP)
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Como explica Stacey Rizza, especialista en enfermedades infecciosas de Mayo Clinic, elaborar una vacuna

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“Todavía estamos muy lejos de que eso ocurra [obtener una vacuna] , porque primero hay que entender mucho mejor la virología y la inmunología, o la reacción humana al virus”, matiza la especialista.

Las vacunas candidatas primero deben probarse in vitro, es decir, en el laboratorio. Si muestran alguna efectividad, pueden pasar a una fase en animales menores y luego en animales mayores. En caso se repliquen los resultados positivos, se procede con una fase clínica con un reducido grupo de humanos y grupos de control (que reciben placebos). Y si se repiten los resultados, entonces se pasa a una fase clínica que suele incluir miles de candidatos. Cuando una molécula no muestra efectividad requerida en cualquiera de estas fases, los comités de ética y entidades gubernamentales evalúan los resultados y deciden suspenderla o proseguir con las pruebas. Por ello, este proceso suele durar muchos años.

Una previsión “optimista”

La existencia de una vacuna contra el COVID-19 en el plazo de un año es una previsión “optimista”, estima la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que afirmó que está dispuesta a “garantizar” que el tratamiento esté disponible en toda la Unión Europea, sea donde sea que se desarrolle.

Algunas vacunas candidatas ya se prueban en humanos. (Foto: NICOLAS ASFOURI / AFP)
Algunas vacunas candidatas ya se prueban en humanos. (Foto: NICOLAS ASFOURI / AFP)
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“Son previsiones basadas en lo que vemos. Pero debo subrayar de nuevo que esto sería en el mejor de los casos. Sabemos que las vacunas en desarrollo pueden no llegar a autorizarse y desaparecer”, advirtió Marco Cavaleri, director de estrategia de la EMA, en una videoconferencia.

La EMA, con sede en Ámsterdam, se muestra “escéptica” frente a las informaciones que apuntan que una vacuna podría estar lista en setiembre. Un equipo de la Universidad de Oxford cree poder tener una vacuna eficaz para dicho mes.

“Un imperativo global”

“El desarrollo rápido de una vacuna para prevenir el COVID-19 es un imperativo global”. Como otros especialistas, el estadounidense Barney S. Graham, del Centro de Investigación de Vacunas (Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, NIH) considera crucial la batalla de las vacunas en la guerra que libra el planeta contra la COVID-19.

Responsables internacionales como el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también se mostraron convencidos de ello: una vacuna segura y eficaz sería “la única herramienta que permitiría una vuelta del mundo con una sensación de normalidad”. La vacuna “salvaría millones de vidas” y permitiría ahorrar “miles de millones de dólares”, subrayó en abril.

Más de 100 proyectos en marcha

Habida cuenta del interés global que despiertan, tanto a nivel sanitario como económico, el número de proyectos para fabricarlas no deja de aumentar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) había registrado a finales de abril 76, cinco de los cuales en fase de ensayos clínicos. Ahora ya contabiliza 110, ocho de ellos en fase de ensayos clínicos (a 11 de mayo).

La London School of Hygiene & Tropical Medicine indicó que, por lo menos, se están llevando a cabo 157 proyectos de vacunas anti-COVID, once de los cuales, en fase de ensayo clínico.

Diferentes enfoques

La OMS clasificó el centenar de proyectos en curso en ocho categorías distintas, que se corresponden con tipos de vacunas probadas o experimentales.

Se trata de las clásicas vacunas del tipo “vivas atenuadas” o “inactivas”, vacunas llamadas “subunitarias” a base de proteínas (con un antígeno al sistema inmunitario, sin partículas virales).

También se iniciaron proyectos de vacunas de tipo “con vector viral”, que utilizan técnicas punteras para fabricar virus cuyo único objetivo es provocar una reacción inmunitaria en el ser humano; y otros de vacunas “de ADN” o “de ARN”, que son productos experimentales que utilizan fragmentos de material genético modificado.

El fracaso también es una opción

La exploración de múltiples pistas aumenta las posibilidades de que la empresa se salde con éxito.

“El hecho de que haya muchos tipos diferentes de vacunas alienta la esperanza de que encontremos algo que funcione y que proteja”, comentó la viróloga francesa Marie-Paule Kieny.

Pero "el camino hacia una vacuna eficaz es tortuoso y solo un puñado de vacunas podrán tener éxito", matizó la investigadora británica Sarah Caddy, de la fundación Wellcome Trust y de la Universidad de Cambridge.

¿Se descarta la posibilidad de que no se logre ninguna vacuna eficaz? “En investigación, nunca se descarta nada”, contestó el director científico del Instituto Pasteur, Christophe d’Enfer, citando el ejemplo del VIH.

“Más de 30 años después de su descubrimiento todavía no se encontró ninguna vacuna contra el sida, recalcó a finales de abril.

Aceleración sin precedentes

En este contexto, el anuncio de Sinovac Biotech, uno de los cuatro laboratorios chinos autorizados a realizar ensayos clínicos, de que estaba preparado para producir 100 millones de dosis de vacuna al año bajo el nombre comercial de “Coronavac” puede parecer un tanto precipitado, pues todavía no se ha probado que su vacuna sea ni eficaz ni segura.

Pero no es el único que ha acelerado el paso: el laboratorio farmacéutico estadounidense Pfizer ya indicó que quiere producir de 10 a 20 millones de dosis de una vacuna expermiental para finales de año.

En Francia, el Instituto Pasteur empezará los ensayos clínicos de su proyecto de vacuna más avanzado en julio y espera tener los primeros resultados en octubre, según la coordinadora, Christiane Gerke.

“En general, el desarrollo de vacunas dura decenas de años”, comentó Barney S. Graham. “Tener vacunas aprobadas y disponibles para ser distribuidas a gran escala, para fines de 2020 o incluso 2021, sería algo nunca visto”, agregó.

¿Distribución igualitaria?

Si se obtuvieran resultados positivos rápidamente para las primeras vacunas, la cuestión que se planteará inmediatamente será sobre su utilización y disponibilidad.

"La gran cuestión es saber cómo se utilizarán esas vacunas. Todo el mundo teme que se las apropien los países que antes hayan puesto en marcha las capacidades de producción en su territorio", dijo en la radio France Info Marie-Paule Kieny.

A finales de abril, la OMS organizó una reunión internacional para garantizar una “distribución equitativa de vacunas”. En la teleconferencia participaron los jefes de Estado europeos pero ni Estados Unidos ni China estuvieron representados.

AFP/El Comercio

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¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del COVID-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.

¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?

Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.

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