En los últimos cinco años, estudios del Ministerio de Salud (Minsa) revelaron que la cantidad de mujeres que padecen trastornos de salud mental triplica (y hasta cuadriplica) a la masculina. Diversas razones explican el por qué, entre ellas, actitudes heredadas de una sociedad que por siglos relegó a la salud mental a un plano olvidado; y mucho más para la mujer. Hoy, en el Día Mundial de la Salud Mental, te explicamos qué se esconde detrás de este fenómeno.
Los trastornos más comunes
Cifras del Minsa revelan que la ansiedad, depresión, estrés, ataques de pánico y estrés postraumático son los trastornos que más afectan a la mujer. Siendo la población femenina más joven la más propensa a desarrollar cuadros más preocupantes, pues las cifran reportan más de mil casos de episodios depresivos en mujeres entre los 15 y 35 años y más de 900 de intentos de suicidio entre las de 15 a 25 años.
¿Por qué sucede?
Tanto la OMS como el Minsa coinciden: la mujer sufre más trastornos mentales que el hombre y se debe, principalmente, a dos causas: la biología y la sociedad. La primera se relaciona con las hormonas, pero no de la forma en la que los estereotipos discriminatorios la explican (la sensibilidad como una debilidad propia de la mujer), sino como una cuestión de capacidad de expresar emociones. A diferencia del hombre, la mujer es quien más sufre las consecuencias de una sociedad machista y, además, tiene mayor predisposición a exteriorizar cómo la afectan estos cambios a nivel emocional.
“La testosterona (presente más en los hombres) cumple un rol importante en la regulación emocional y la sensación de bienestar. Pero también pasa que la mujer es mucho más abierta a hablar de su dolor y eso es malentendido debido a los estereotipos: ‘que es ansiosa, que sufre de los nervios”, revela la psicóloga y especialista en terapia contextual, Mabe Luque. Además, también es importante tener en cuenta que el factor social se relaciona directamente a través del comportamiento. “Aunque esto (las hormonas) sea un factor, se trataría también de un tema social, ya que el hombre no se siente más abierto a mostrar un lado similar”, agrega.
La segunda razón, tiene que ver con los problemas estructurales en nuestra sociedad actual: las mujeres están más expuestas a situaciones de empleo informal, desigualdad económica, desigualdad social, machismo en el entorno familiar y secuelas de violencia. Las cuales también afectan a su salud mental, evidenciándose en mayor presencia de problemas de depresión, ansiedad e intentos de suicidio. “A lo largo de la vida, la mujer está en posición mucho más vulnerable que el hombre. Estadísticamente, son quienes han sido más violentadas y ultrajadas, no solo por gente externa, sino también por la familia”, revela la especialista.
Además, la situación de pandemia ha abierto aún más la brecha. Representantes de instituciones de salud mental afirman que durante la pandemia, las mujeres han tenido que cumplir el rol de ser el mayor soporte emocional, estando muchas de ellas en situaciones de severa vulnerabilidad social y en situación de violencia. “Esta perspectiva del ideal de mujer que se ha implantado en la sociedad es que ella sea pasiva. Se espera que la mujer canalice mejor sus emociones que los hombres, que las exteriorice de una manera más amable”, afirma.
¿Qué podemos hacer?
Ante esta problemática, resulta vital promover la igualdad y el equilibrio entre hombres y mujeres, para que el sector en desventaja pueda tener mejores oportunidades de desarrollo y crecimiento, tanto a nivel económico y social.
A nivel mental, es fundamental promover el empoderamiento personal y colectivo. Como táctica de prevención: promover la formación en gestión de emociones, empoderar a las mujeres a salir del rol de sumisión e incentivar el cambio de rol de las masculinidades para desterrar el machismo, los estereotipos y la violencia, con el fin incentivar la valorización y el respeto a la mujer.
Contenido Sugerido
Contenido GEC