Basta de maltrato contra los animales
Un pueblo es culto cuando protege a sus ancianos, a sus niños y a sus animales. Un pueblo es bárbaro cuando no escucha a sus ancianos, maltrata a sus niños y es sádico con sus animales.
Como peruano me duele mucho tener que admitir que pese a los avances que estamos logrando en distintos ámbitos, aún nos encontramos en la categoría de bárbaros.
Todos los días vemos escenas de sangre y de dolor, y como médico veterinario me referiré al maltrato que veo reciben diferentes especies animales. Si bien hemos evolucionado con el trato hacia nuestras mascotas, en estos 43 años de carrera profesional he visto toda clase de violencia y sadismo contra los animales.
El reportaje realizado por un programa periodístico sobre la caza de delfines nos hace reflexionar sobre cuánta insensibilidad puede existir en algunas personas frente al dolor de un animal. Esto ha sido una de las cosas más sádicas que he visto.
Lo mismo sucede con otras especies como las tortugas galápagos que las dejan morir tras dejarlas volteadas, con cuerpo expuesto hacia el sol para luego sacarles fácilmente el caparazón.
Según los asiáticos la aleta de tiburón cura el cáncer y su explicación radica en que esta especie animal no sufre de esta enfermedad, lo cual es totalmente falso porque el tiburón también puede desarrollar algún tipo de cáncer.
En algunos lugares del centro de Lima se vende jugo de rana con la falsa promesa de que mejora la potencia sexual y cura el asma. Para ello, ponen a las ranas vivas dentro de la licuadora y las licúan. Imaginen cuánta crueldad.
Hablando de agresión contra animales no podemos dejar de mencionar que algunos son abusados sexualmente. Perros, gatos, cerdos, entre otras varias especies son violados por personas.
Hace solo unas semanas fuimos testigos de una festividad que incluye la matanza de gatos para preparar potajes con ellos y comerlos. Pero eso no es todo, previamente se les tortura poniéndoles cohetones en la cola, si no es que se les mata golpeándolos a palazos o ahogándolos.
Desgraciadamente las autoridades están amarradas de pies y manos porque no hay ley que proteja a los animales. Las asociaciones que buscan genuinamente protegerlos no siempre pueden con tremendo trabajo pues, además, no cuentan con el respaldo de nadie. Y a veces el pago que obtienen es la burla y el escarnio por la labor franciscana que realizan.
Si no empezamos a enseñar a todos los niños en el colegio a amar nuestra flora y fauna y a nuestros animales domésticos, nos vamos a envilecer cada vez más.
No podemos esperar más de nuestros padres de la Patria a los que vemos enfrascados en juicios, líos y problemas que a la gente de a pie, como somos nosotros, nos causa indignación Recordemos que según un estudio de mercado una de las instituciones con peor reputación en nuestro país la tiene el Congreso.
Ya es tiempo de que digamos basta. Paremos la bestialidad.