Parásitos extremos (7): Cuentos de la cripta
La mitología egipcia nos narra la historia de Set, el dios del caos. Era capaz de controlar animales malvados como hienas y serpientes. Su reino abarcaba las tierras yermas del desierto y las montañas del antiguo Egipto. La envidia que sentía por su hermano Osiris, quien reinaba las regiones fértiles del valle del Nilo, hizo que lo metiera en un sarcófago para matarlo tirándolo al río. Isis, la esposa de Osiris, logró rescatar el ataúd, pero Seth se apoderó de nuevo del cadáver, descuartizándolo en catorce pedazos que repartió por todo el país.
Para nosotros, esto no es más que una historia fantasiosa; pero, para un grupo de avispas, cosas como esta ocurren a diario…
En el estado de Florida (Estados Unidos) viven las avispas de las agallas. Una especie en particular, la Bassettia pallida, deposita sus huevecillos en el tronco de los árboles de roble. Cuando estos eclosionan, las larvas alteran la expresión de ciertos genes del árbol provocando una proliferación masiva de células (como un tumor o agalla) que adquieren diversas formas. En el caso de B. pallida, se forma un compartimento parecido a una cripta, donde la larva completa su desarrollo. Luego, perfora un canal hacia la superficie y emerge como una avispa adulta.
En otoño de 2015, un grupo de investigadores estadounidenses hizo un macabro descubrimiento mientras estudiaban a este fascinante insecto. Resulta que muchas B. pallida habían excavado el canal para emerger desde sus criptas, pero en el tramo final murieron, con su cabeza taponeando el orificio. Y no solo eso, en algunos casos, la cabeza presentaba otro agujero, como si algo más hubiera salido por ahí.
Los investigadores quedaron muy sorprendidos pero sospechaban que se trataba de un parasitoide: un insecto cuyas larvas se alimentan y desarrollan en el interior o en la superficie del cuerpo de otro insecto o arácnido. Para corroborar su hipótesis, hicieron disecciones de 11 criptas taponadas encontrando las pupas y las larvas de un parasitoide —nunca antes reportado— ocupando parcialmente el cuerpo del desafortunado hospedero.
Para entender un poco más quién y cómo era el modus operandi del parasitoide, colectaron una gran cantidad de criptas infectadas y las llevaron al laboratorio para analizarlos bajo el microscopio. Con el paso del tiempo observaron que de las cabezas que taponeaban las criptas emergían otras avispas, a la que llamaron Euderus set.
Después de muchos meses de estudio, los investigadores liderados por la Dra. Kelly Weinersmith, revelaron que las hembras de E. set depositaban sus huevos en las criptas hechas por B. pallida. Al eclosionar, las larvas invadían el cuerpo del hospedero y manipulaban su comportamiento, obligando a la víctima a perforar un canal de salida de la cripta tan pequeño que impedía su propio escape. B. pallida quedaba con la cabeza atorada, taponeando el agujero. En este momento, E. set usaba el cuerpo de su hospedero como alimento para completar su desarrollo. Lo mutilaba y digería desde adentro. Finalmente, emergía sin mucho esfuerzo a través de la cabeza de B. pallida. Un guión que no encontrarás ni en la mejor película de terror. Es por esta razón que el nombre científico del parasitoide hace honor al dios del caos, Set.
Weinersmith comenta que es realmente asombroso cómo un parasitoide, a través de la selección natural, haya alcanzado este sofisticado grado de manipulación del comportamiento de su hospedero; el cual, a su vez, es otro parásito que manipula el desarrollo de una planta.
La ventaja de esta estrategia usada por E. set es que facilita su escape de la cripta una vez concluye su desarrollo; ya que cuando B. pallida no excava a la superficie y tapona el agujero, el parasitoide maduro queda atrapado dentro y muere.
Referencia:
Weinersmith, K., Liu, S., Forbes, A., & Egan, S. (2017). Tales from the crypt: a parasitoid manipulates the behaviour of its parasite host Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 284 (1847) DOI: 10.1098/rspb.2016.2365