Bandas que debemos recordar: Lizzy Borden
Lizzy Borden debe haber sido junto con Savage Grace la mejor banda de la US power metal original. Hoy por hoy su show de shock rock está dando mucho de qué hablar y sus dos últimos discos han superado su trabajo de los 80. Esto habla de una banda en plena vigencia creativa cuya historia y trabajo deben ser conocidos por todo headbanger.
Lizzy Borden fue en los 80 una verdadera institución del metal estadounidense (me resisto a hablar de “americano” como gentilicio da la Unión). A tal punto estuvo dentro del imaginario social que fue declarada como la banda más peligrosa del mundo por esa horda de facistas cristianos del PMRC que pretendió silenciar al metal en los 80. La evolución de los acontecimientos ha hecho que la memoria de aquella verdadera gloria del metal casi se pierda, sin embargo, los verdaderos headbangers seguimos venerando el trabajo enorme de esta agrupación, que está entre lo mejor que ha producido el heavy metal.
Lizzy Borden se formó en 1983 de la mano del homónimo vocalista y del baterista Joey Scott Harges. Tomaron el nombre de una conocida parricida norteamericana del siglo XIX, Lizzie Borden, cuyo caso entró en el imaginario popular y del cual es habitual contar cuentos de miedo sobre crímenes, entre los niños en Estados Unidos, hasta hay una cación rimada (al estilo de Freddy Krueger y Pesadilla). Siguiendo la línea de Kiss y sobre todo Alice Cooper, montaron un espectáculo de shock rock, en muchos sentidos bastante más soft que por ejemplo el de W.A.S.P. pero se hicieron muy notorios igual. A nivel musical, sin embargo la influencia no era tan hard rock sino la más decidida de la NWOBHM, en particular uno puede oír a Priest y a Saxon en su huella musical. También hay algo de lo que se estaba haciendo en Europa con Helloween. Algo curioso es que si uno busca información de la banda esta a menudo es catalogada de glam metal, lo que es absurdo y que solo hallaría sustento en uno de los muchos discos que editaron. Lo suyo es US Power metal o en todo caso heavy metal con influencia hard rock, de hecho considero a Lizzy Borden como una de esas bandas de sonido ecléctico y variado que no pudieron insertarse en un circuito específico por transitar en realida entre varios estilos con igual soltura, como le pasó a Madam X, Pretty Maids o Nitro. Es más, los Borden tuvieron un poco más de suerte pues alcanzaron bastante notoriedad en su época.
Su andadura musical comenzó con el demo del 83; que presenta ya clásicos de la banda que aparecerían en el ep del 84 Give’m the Axe y en su debut discográfico Love you to Pieces. Esta primera época se caracteriza por un heavy metal melódico de alto octanaje, o sea muy energético, rápido, directo aunque no tan veloz ni agresivo como llegaría a ser luego. Estos primeros trabajos les cimentaron una reputación en el panorama metálico de entonces; como no estaban dentro del thrash metal alcanzaron una difusión a través de la televisión que otras bandas no tuvieron. Eso llevó a que adoptaran una imagen glamorosa que estaba bastante alejada de su estilo musical. En paralelo, sus shows se volvieron muy populares entre los jóvenes headbangers y el hecho de llevar el nombre de una parricida y cantar temas con letras agresivas les pusieron en el ojo de la tormenta en una época de furor conservador como fueron los ochentas del facista Reagan. Otras bandas más extremas, claro, ya tocaban entonces, pero existían solo para los headbangers más undergrounds y no eran conocidos por los medios grandes. Como punto culminante de esta iniciación estuvo el home video The Murderers Road Show que llegó a tener varias teledifusiones en los 80 y que presentaba su show, algo un poco más light pero por la sensación que suscitaban eran vistos como protagonistas dentro de las polémicas con la derecha evangélica estadounidense a la que al parecer les quitaba el sueño la posibilidad del reclutamiento diabólico de los jóvenes por parte del metal. Aquel concierto fue mi primer contacto con la banda y quedó grabado en mi imaginación por su intensidad. Ahora visto a la luz del tiempo resulta bastante farsesco, la chica que supuestamente descuartizan con un hacha o el apanado que le hacen a Papa Noel son en realidad de risa y no de miedo, pero eso es de lo que se trataba. Algo de Misfits en clave metálica. Clásicos de esta etapa son Council for the Cauldron, Red Rum, American Metal y Give’m the Axe.
Las cosas se pusieron más duras en 1986 con el Menace To Society. Jugando con la idea de peligro que se asociaba a ellos, Lizzy Borden decidió apelar a eso y se presentaron abiertamente como una banda que amenazaba a la sociedad. Este disco ingresó de lleno en el speed metal y llegó a emplear bases rítmicas thráshicas como las que estaba empleando Metallica, pero dentro de una atmósfera aún melódica. En mi opinión este es su mejor disco de la época ochentera de la banda: rápido y directo, verdadero heavy metal de alto calibre y apuntaban alto. Generation Aliens, Notorious, Bloody Mary y la brutal Terror in Town son de lo mejor que produjera el metal en los 80. Es uno de esos discos que al principio demorabas en acabar porque como cada tema era tan bueno, terminaba y lo volvías a poner varias veces. Ninguno de los cortes de este disco es desdeñable.
Con Visual Lies comienza una tranformación. Supongo que en un intento de acompasar su éxito con las tendencias de entonces, las influencias hard rock que provenían de Kiss se hacen más patentes y las líneas melódicas comienzan a predominar en sus canciones. Este disco es de gran calidad pero no es tan veloz y de hecho no se inscribe para nada en el speed metal sino en el heavy hard rock. Los temas suelen ser internamente más variados con partes lentas y veloces dentro de ellos. Destacan Outcast y Lord of the Flies, que tiene un aire a Ozzy.
Master of Disguise completa el cambio iniciado en Visual Lies. Mucho más melódico que todo lo anterior, se adentran en lo que era entonces etiquetado como glam, pero con una elaboración superior al promedio. La voz por supuesto era bastante mejor que la del promedio de bandas de glam y de hecho no es un álbum de glam sino de hard rock con aires metálicos. Se trata de un buen disco que por ratos parece haber sido manufacturado por Kiss (el de los 80 al estilo de Heavens on Fire) y no por Borden. La presencia del teclado contribuye en algunas canciones a darle esa onda hard rock a lo Whitesnake. Aunque imagino que habrá apartado a muchos de sus viejos fans, no deja de ser cierto que fue un verdadero éxito comercial. Ventas masivas y mucha aparición en TV. El disco tiene un genial ejercicio en guitarras y de hecho se nota un aire más serio que en bandas más comerciales. A mí me gustó bastante cuando salió, aunque hoy por hoy prefiero sus otros trabajos. Temas que se destacan, creo que de lejos One False Move es lo mejor del disco y uno de sus mejores temas, la voz de Borden se luce en variados matices y me remite por ejemplo a Tim Ripper Owens de su época de paso por Iced Earth. Otros temas que se destacan son Psychodrama, Sins of the Flesh y el tema título del disco, Master of Disguise. De esta época data su aparición en el documental The Decline of the Western Civilization p.II. Aquel que se hizo famoso por las escenas de Chris Holmes en la piscina de su residencia en un lamentable estado de beodez. Lizzy Borden aparecen tocando Born to Be Wild de Steppenwolf. El look es bastante glam y parecen Britny Fox.
Luego llegó Nirvana, el grunge y el colapso para casi todo el metal estadounidense. Lizzy Borden no fue una de las pocas bandas que sobreviviese. Injustificablemente calificados de Glam (?) nadie les abrió la puerta, la plata estaba en otro lado. La formación original se disolvió y Lizzy trató de seguir adelante con diferentes alineaciones en giras y tours, algunos en Europa. Sin embargo no hubo posibilidad de grabaciones hasta la llegada del siglo XXI.
El año 2000 marca el retorno a los escenarios de Lizzy Borden. Publican un disco genial, el Deal With the Devil, que junto con el Brave New World de Maiden, el Carnival Diablos de Annihilator y el Resurrection de Halford marcan el retorno del metal de siempre. Yo considero al Deal with the devil un álbum balance. Todo lo que alguna vez hizo Lizzy Borden está acá y también lo nuevo que había incorporado. El tema de apertura There will be Blood Tonight es simplemente genial, tiene algo de Misfits pero en clave metal que te deja clavado a la canción. El segundo tema Hell is for Heroes empalma con un poco de las bases melódicas del Master of Disguise pero también con los aspectos speedicos del Menace to Society. Deal With the Devil y The World is Mine son otros de los temazos de este disco. Pero la verdad es genial, no hay nada qué rechazar en este retorno, que por cierto, no toma en cuenta ninguno de los revisionismos de los 90. Acá no hay coqueteos con Limp Bizkit ni negociaciones con Lamb of God. No. Acá se trata de metal. El disco fue tan exitoso que estuvieron como dos años de gira, de ahí a preproducur su siguiente disco. El Appointment with Death salió en 2007 y superó a su disco retorno. Algo difícil de creer, pero lo logró. Con un sonido que apuesta por fusionar power con speed metal, el mejor Lizzy Borden ha sido recreado. Poco de hard rock y mucho de NWOBHM, el sonido moderno y las cualidades bocales de Lizzy completamente en forma. Abnormal es un tema adictivo (les reto a que lo oigan una sola vez). Appoitment with Death es otro de los speedicos temas que abundan en el álbum. Nada demás. We are the Only Ones y the Darker Side se hayan entre los temas que más he disfrutado pero al igual que el Deal With the Devil, nada hay de desperdicio en este disco.
Para terminar señalar que las alineaciones de Lizzy Borden han cambiado bastante con el tiempo pero se pueden distinguir tres eras. Los miembros fijos desde las primeras grabaciones hasta ahora han sido Lizzy Borden en la voz (imagino que es un sobrenombre) y Joey Scott Harges en la batería. De 1983 a 1988 estuvieron en las guitarras Joey Allen y Tony Matuzak. Para el Master of Disguise la alineación en guitarras cambió con Ronni Jude y Michel Philips. Luego del retorno, los cambios han sido bastante intensivos dentro de los cuales el más constante ha sido el bajista, Marten Anderson.
Si no han escuchado a Lizzy Borden, háganlo. Es una gran parte de nuestra herencia metálica que no podemos olvidar.
Vean la fuerza original del heavy metal – Lizzy Borden 1985. La época en la que el metal tenía el mundo a su merced.
Videl actual del último disco, muy buen tema
Un ejemplo del mejor Lizzy Borden clásico
A veces de los mejores temas simplemente no hay video, oigan este audio
En 1988, Lizzy Borden participó del Decline of Western Civilization II con esta versión metalizada de Born To Be Wild
Su perido más glam en uno de los videos menos conocidos de esa época. El tema no le hace justicia a la banda.