Overkill y Onslaught: Azote thrash en Lima
A comienzos de noviembre tenemos dos importantes presentaciones en Lima: Overkill y Onslaught. Son bandas de desigual importancia y trayectoria, pero cada una, de una forma particular, ha dejado una huella en el mundo de la música y la cultura metal.
Overkill es quizás la primera banda de thrash metal en formarse (1980), aunque en sus inicios su música es en realidad speed metal con bases muy claras en el sonido de la entonces omnipresente NWOBHM. Fueron expresión de esa hibridación entre el punk rock de Ramones y el heavy metal de Iron Maiden que fue el gran proyecto del metal en los Estados Unidos a comienzos de los 80. Su área de difusión tuvo como núcleo Nueva Yersey y Nueva York en la costa este, por lo que se pueden considerar precursores de lo que haría Anthrax en poco tiempo más. Los miembros fundadores fueron DD Verni y Rat Skates (pseudónimos inspirados en Dee Dee Ramone, de la banda Ramones y Rat Scabbies de los Damned). Su periodo clásico es bastante extenso y prolífico pues abarca 5 álbums, Feel the Fire (1985), Taking Over (1987), Under the Influence (1988), The years of Decay (1989) y Horrorscope (1991). La continuidad anual de tres discos habla de la popularidad y aceptación de una banda que en su momento rivalizaba en popularidad con los hoy arbitrariamente considerados Big Four del thrash, pese a no contar con la misma publicidad de unos Metallica o de sus coterráneos de Anthrax. Además, con Horrorscope del 91, se convirtieron en una de las pocas bandas de thrash en tener algún disco influyente en la década de los 90 (considero a 1990 el último año de la década de los 80 y no parte de los 90, que comienzan en realidad en 1991). Del periodo clásico el álbum más atronador y violento fue Taking Over y de verdad a uno lo deja sin habla, lo considero uno de los discos definitivos de esa década. In Union We Stand es uno de los grandes himnos de todos los tiempos del metal.
Con el cambio de los estilos dentro del mundo de la música, Overkill inició un nuevo periodo. I Hear Black debutó en 1993 con un sonido más ácido y diferente del conocido por esta banda. Overkill siempre había sido la más heavy metal de las bandas de thrash metal. El timbre de voz de Bobby “Blitz” Ellsworth nos remitía a un Udo Dirkschneider vuelto loco (y eso que ya está loco), pero la música comenzó a adentrarse en una atmósfera más moderna, cambio que cristalizaría en los dicos siguientes de la década, algunos de los cuales no he oído. Al parecer el giro al Groove metal estaba ya completamente operado en el siglo XXI. Por ello sorprendió un disco como Ironbound, del 2010. De hecho un retorno al viejo thrash tardío frente a otros más madrugadores, quizás se deba a que Overkill había conseguido un poco más de aceptación en el nuevo sonido que la mayoría de bandas de thrash. Ironbound es, por sí mismo, un nuevo clásico. Goza de una producción limpia acorde con estos tiempos de mayores recursos para el metal. Además las canciones son de verdad old school y bien trabajadas, con adecuados cambios para evitar la saturación. Imagino que esto quiere decir que en su actual gira deben estar privilegiando la ejecución de sus viejos clásicos que son los más recordados por estos lares. Además, Cobra se ha unido a la noche del concierto con lo que un muy digno representante del metal peruano contemporáneo estará presente.
En el caso de Onslaught estamos frente a un clásico producto underground de los 80. Surgidos en Inglaterra bajo la forma de una banda de punk rock, se adscriben al thrash hacia 1984 y editan, entre muchos demos, un par de discos que llegaron a ser de culto dentro de la movida más underground y oscura del metal. El Power From Hell, de 1985 y el EP The Force, de 1986. El sonido de ambos discos es atroz y parecieran de verdad haber sido grabados en el infierno. De hecho su EP es uno de los más contundentes en la historia del thrash y es señalado por casi todas las bandas de la actual movida thrash como fuente de inspiración inagotable. 1989 aún verá otro disco, In Search of Sanity con el fugado cantante de Grim Reaper, el querido Steve Grimmet, pero no consiguen el mismo resultado, aunque tampoco es un mal disco. La vuelta del thrash les animó a intentar el retorno y en el 2007 lanzaron Killing Peace, un álbum cumplidor al igual que su más reciente lanzamiento Sounds of Violence. Están en activo y aunque sus retornos no han sido de los más sorprendentes son un testimonio viviente de la cultura headbanger y thrasher de los 80. En vivo deben ser toda un espectáculo de violencia sónica y autenticidad así que su presentación en Lima es algo que no debemos dejar pasar.
Overkill se presenta este 2 de noviembre en la Disocteca Vocé en Lince, que todos conocemos a estas alturas, y Onslaught lo hace el 6 de noviembre en el Barza Bar Av. Arenales 1746. Los precios de Overkill ya andan por los s/. 164, aunque ha habido ofertas si se compraba antes (100 y 134 según el mes). En el caso de Onaslaught, la entrada está por ahora a s/. 80 y luego de fin de mes estará a s/. 100. Hay una promoción, que no llamaré oferta, de las dos entradas por s/. 180. Los precios me parecen altos en general. Por comparar, en Chile Overkill y Onslaught tocarán juntos y el concierto está en su precio más caro a 18,000 pesos, eso es unos S/. 95, par de soles más, par de soles menos. Sé que la realidad chilena es diferente, que el público de headbangers es más comprometido, pero creo que las productoras de allá se interesan más en el público. Por eso hay que cambiar de actitud en público y en empresarios, para que se hagan conciertos que no se terminen cayendo, terminen en pérdida para el empresario o que sean una humillación para la escena local por la ridícula asistencia. (comparen la cantidad de bandas que han venido a Sudamérica y comparen con las que han tocado en Lima).