Un día negro para el periodismo peruano
Hace 40 años el Gobierno militar de Velasco Alvarado decidió expropiar los diarios Expreso y Extra. Con esa idea publicó el Decreto-Ley N° 18169 en El Peruano, el 4 de marzo de 1970. Pero la acción de expropiación empezó antes que cualquier lector del diario oficial supiera de este decreto: a las cinco de la mañana. Como toda dictadura, la oscuridad fue su mejor aliada.
A esa hora, agentes de seguridad del Estado descendieron de silenciosos camiones que se apostaron en la puerta de ingreso del viejo local del jirón Ica, en el centro de Lima, donde funcionaba Expreso. Los pocos empleados de talleres que en ese momento se encontraban no se opusieron al abrupto ingreso de las fuerzas del orden.
Ya con la luz del día, a golpe de las seis, llegaron al local de Expreso el director Guillermo Cortez Núñez, junto con miembros del directorio, y algunos periodistas como el columnista Manuel D’Ornellas. Sin embargo, ninguno pudo ingresar. Un par de horas después, un notario traído por el Gobierno realizó su hierática cuenta de enseres.
Domingo Tamariz en su libro Memorias de una pasión. La prensa peruana entre la democracia y el autoritarismo (Tomo II, 1964-1980) cuenta que el suceso generó airadas protestas de muchos medios escritos como la revista Caretas, que comparó dicha expropiación con la confiscación de La Prensa en 1921.
El Comercio informó al día siguiente de manera amplia y equitativa. La portada reseñaba los sucesos de la mañana anterior, y detallaba la reunión del Frente Único de Trabajadores de Expreso y Extra, en el local de la Federación Gráfica, en el jirón Chota. El resultado fue la designación del periodista Hernando Aguirre Gamio como director del nuevo Expreso.
En esa primera plana, el diario Decano publicó el indignado comunicado de Editora Nacional S.A., pero también las declaraciones del entonces ministro de Economía y Finanzas, Francisco Morales Bermúdez, quien admitía que se trataba de una “medida de carácter político tomada por el gobierno”. (Ver Portada jueves 5 marzo 1970.pdf)
En la página 4, además, se publicó íntegramente el Decreto-Ley, con sus seis artículos, y las firmas del general Velasco Alvarado y de cada miembro de su gabinete. (ver PDF A4.pdf)
Se pronunciaron también en las páginas de El Comercio, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, que rechazó la expropiación indicando que constituía “un gravísimo atentado contra la libertad de prensa”, y el propietario de los diarios incautados, Manuel Ulloa, quien desde Londres advertía que con esa medida se iniciaba “un periodo obscuro y turbulento” en el Perú.
Pero el diario más antiguo del Perú sentó su posición en el lugar indicado: el editorial.
Ese jueves 5 de marzo, con el título de “La expropiación de los diarios Expreso y Extra”, se expresó editorialmente un claro rechazo a la dación del Decreto-Ley, no solo por su espíritu confiscatorio, sino también por la ausencia de considerandos, que explicaran tal medida. (Ver Editorial 5:3:1970.pdf)
“El país, la opinión pública consciente y seria de la República, espera que el Gobierno reflexione y comprenda que no se puede ir ahondando las diferencias entre los peruanos, ni seguir el oscuro camino de las restricciones a la libertad de prensa, que es la base de todas las libertades”. Finalizaba así el texto.
Sin embargo, los nefastos sucesos posteriores rebasarían cualquier ideal democrático. Cuatro años después, en julio de 1974, El Comercio sería también atropellado por los militares de turno. Pero esa es otra historia.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio