Regalos navideños: el amor hecho juguete
Miles de juguetes: pelotas, canicas, muñecas, carritos, triciclos, bicicletas, monopolios, nintendos, PlayStation; y ahora teléfonos celulares, laptop, Nintendo Wii, muñecas que hablan, cantan, comen y se enferman. ¿Cuáles son los juguetes de esta Navidad? Una lista interminable como la del colegio. Si viajamos en el tiempo nos daremos cuenta de que cada generación tuvo los suyos y grandes tiendas donde comprarlos.
Hubo un tiempo en que los juguetes eran artesanales. La revolución industrial del siglo XIX les dio un vuelco a su elaboración, y la evolución de la tecnología permitió crear objetos cada vez más similares a los reales.
En 1903 se realizó la primera Feria Internacional Americana del Juguete, donde aparecieron los emblemáticos: Monopolio y Barbie. A partir de la segunda mitad del siglo XX aparecieron los sofisticados carros a control remoto y las muñecas interactivas. También pertenecen a esta era los populares videojuegos, que a la fecha han evolucionado increíblemente. Son cada vez más reales, interactivos y en 3D.
Recuerdo que en los años 80 algunos amigos se jactaban de tener una caja marrón y negra, era el Atari, que a simple vista no tenía atractivo. Sin embargo, fue la pionera de los juegos electrónicos. Ahí jugué Combat, de luchas interminables y sonido insufrible, y el famoso Pacman, imperecedero.
Luego de esta caja mágica, surgieron con los años el Nintendo, Supernintendo, PlayStation, Sega, y un largo etcétera que desconozco, pues la evolución tecnológica parece no tener límite y hoy mis sobrinos disfrutan las nuevas ofertas embebidos.
Navidad es ilusión… y juegos
No existe mejor fecha que la fiesta navideña para expresar el amor con un regalo. Y son los más pequeños de la casa los que alimentan la ilusión de esa noche especial del 24 de diciembre, cuando esperan a Papá Noel, o simplemente a sus padres y una bonita reunión en torno al pesebre del Niño.
En los años 70 y 80 las calles de Lima se llenaban de color, música festiva, y los escaparates de luces de neón brillaban sin cesar. No creo que la ilusión haya variado mucho, pero sí las formas de expresarla a través de los juguetes. En esto, el mercadeo ha hecho de las suyas. Las tiendas en ese estonces, Monterrey, Oechsle, Sears, Maruy o Tía eran las mejores.
Todos los pequeños se alborotan en Navidad. Algunos con un juguete impuesto por la publicidad agresiva de nuestros días; otros contentos por un solo detalle. La finalidad es vivir una experiencia creativa.
Roberto Mejía escribió en El Comercio, el 23 de diciembre de 1959 (“Navidad y hogar en el símbolo del juguete”) “que las personas mostraban su entusiasmo por adquirir un regalo, un juguete, algo conque expresar el amor”.
No sentir esta fecha ahora es imposible, la publicidad nos hace recordarla al voltear la esquina. Rememorar nos provoca diferentes sentimientos: alegría por una reunión familiar, preocupación por la facha de la casa, el estrés de muchos al transitar por las avenidas y los centros comerciales en búsqueda del obsequio especial.
El gran comercio capitalino
Antes Lima se preparaba para la Navidad recién en diciembre, con los años la demanda comercial nos prepara desde octubre (junto a los turrones). La competencia que apreciamos entre los distintos locales va en aumento, sobre todo desde paneles, vinilos, folletos, propaganda radial, televisiva y vía Internet.
La procesión de estas campañas navideñas es feroz, quien no prevé, optará por las compras de último minuto, la reventa de juguetes o alguno que aparece en el semáforo en rojo.
Por estos días hay tanta gente que ni las tiendas grandes se salvan; recuérdenlo, todo resulta reducido para el torrente de compradores o para los que dicen “solo estoy viendo”.
Regalemos esta Navidad un juguete que corresponda a la edad del niño y no a nuestros deseos y anhelos incumplidos; es para que ese pequeño juegue, se divierta y estimule su crecimiento.
Y para los que gustamos de ver más rostros felices, sumémonos a alguna campaña donde recolectemos juguetes para los que sueñan tenerlos.
(Marleny López Lucas)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio