Tras las huellas de la década: año 2003
Este año puede resumirse en cuatro palabras: muerte, justicia, tristeza y alegría. En sus comienzos, fue sangriento con la guerra en Iraq, en la que vimos a Estados Unidos implacable y un Bush que decía que todo era necesario para la paz mundial. Meses después, fue el fin del régimen de Hussein, con su estatua arrastrada por las calles de Bagdad. La partida de una mujer excepcional, Celia Cruz, enlutó no solo a salseros, grandes y chicos lloraron su muerte. En octubre sí hay milagros. El menor Luis Guillermo Ausejo fue víctima de un secuestro por 40 días; sin embargo, su historia, como pocas, tuvo un final feliz con su liberación. Y si el año empezó con sangre, se cerró con sudor y alegría, gritando muy fuerte ¡Sí se puede! Todo gracias a la furia roja del club Cienciano, que nos recordó que podemos hacer las cosas bien y ser campeones.
Era exilio o guerra. Saddam rechazó el exilio, y Estados Unidos desencadenó la guerra. Solo bastó una hora y media para que el terror se apoderara de Bagdad, convirtiéndola en un murmullo de miedo. Empezaba la operación Libertad Iraquí, así la denominó Bush, luego de anunciar que el gobierno del tirano iraquí escondía armas químicas en su territorio. Era la perfecta declaratoria de guerra. Durante siete años y cinco meses, misiles y proyectiles surcaron el cielo de esa tierra y la gente se acostumbró a las fuertes explosiones. Hasta que Barack Obama acabó con la incertidumbre de cuándo acabará esa desgraciada guerra, al anunciar el fin en un discurso televisado. (Ver 2003 IRAQ )
Por los suelos (11.04.03)
Derribado y arrastrado. Así quedó la estatua de Saddam luego de que tropas de Estados Unidos irrumpieran en el centro de Bagdad, al cumplirse tres semanas de la invasión. La celebración fue general, miles de iraquíes saltaban y gritaban de euforia. ¡Libertad! ¡Libertad!, todos bailaban sobre el monumento de más de 20 metros inaugurado hace menos de un año.
Solo bastó amarrar una soga a un tanque, para luego echarla al cuello del monumento, y al cabo de media hora echaron abajo uno de los símbolos más grandes de este régimen dictatorial. Era el comienzo del fin.
(Ver 2003 SADDAM )
Sin azúcar (16.07.03)
Quién sabe si tenía 78 años cuando el cáncer se la llevó, solo ella. Dicen que su edad era su mayor misterio. Lo que sí era conocido era su gran talento, esa voz indomable que hizo gozar al mundo entero con su rico guaguancó. Irónicamente en su tierra natal, Cuba, no podía ser escuchada. De lo que se perdían.
Esta morena sabrosa de pelucas extravagantes, uñas largas y trajes coloridos, fue en sus inicios, y durante 15 años, la voz de la Sonora Matancera hasta que en los año 70 La Fania All Stars le abrió las puertas y, a partir de allí, con su famoso “Azúcar” voló con rumbo conocido al éxito. A pesar de ello, solo la vieron morir sus amigos y su esposo Pedro Knight. Sin hijos que la lloren, a cambio tuvo el inmenso cariño del mundo entero, para el que siempre será eterna. (Ver 2003 CELIA )
Sano y salvo (09.10.03)
Hacía frío y estaba muy lejos de casa. Era el 9 de octubre, a las 11.40 pm, cuando lo arrojaron a la Vía Evitamiento dentro de un costal, atado de manos y sin zapatos. Era Luis Guillermo Ausejo Torres, tenía 15 años, y desde el 1 de setiembre se había convertido en el centro de la noticia, cuando fue secuestrado por dos peligrosas bandas: Las Hienas del Sur y Los Sanguinarios de Surco. Desde ese momento el país entero se unió en una sola causa: buscar su liberación.
Un lazo amarillo fue el símbolo de esta campaña y, como toda acción solidaria, triunfó. Cómo olvidar el día de la liberación, desgreñado, sucio, pero con el rostro sonriente, que nunca perdió; levantó su mano cansada y dio gracias a todos, al país entero que se puso de pie por él. (Ver 2003 AUSEJO.pdf )
Con el Papá ¡Sí se puede! (19.12.03)
La alegría se desbordaba en el rostro de los jugadores al cargar esa gran Copa Sudamericana. Los que vimos el partido sentimos nuestros latidos a mil cuando el marcador finalizó 1 a 0 frente a River Plate.
La roja de Cienciano había cambiado la historia del fútbol peruano. Por primera vez éramos campeones y eso había que celebrarlo. Fue un día de fiesta nacional, no solo las calles del Cusco, sino de todo el Perú se paralizó ante este triunfo inolvidable que nos hizo gritar de euforia. (Ver 2003 CIENCIANO.pdf )
(María Fernández Arribasplata)