Los 40 años del Hotel Sheraton de Lima
En el terreno donde estuvo casi 100 años la Penitenciaria de Lima, conocido como el ‘Panóptico’ (1862-1961), se alzó un moderno edificio, que abrió sus puertas al público el 1 de marzo de 1973. El Hotel Sheraton, uno de los principales de una famosa cadena internacional, cumplió este mes 40 años. Conocer sus momentos de gloria, pero también de sus oscuros pasajes, es lo que puede leer en este post.
Fachada el Hotel Sheraton cuando apenas había sido inaugurado en marzo de 1973.
Veinte pisos, 431 habitaciones, piscina al aire libre y un hall repleto de espejos, alfombras rojas y fuentes de aguas cristalinas, dejaron asombrados a los limeños de comienzos de los años ‘70. Era el primer hotel de una cadena extranjera en el país. Uno de cinco estrellas. Nada menos.
Los vecinos no podían creer que en el mismo lugar donde hacía solo doce años purgaban condenas por homicidio, asalto o robo cientos de reclusos, se alzara una hermosa mole de cemento de la entonces Compañía ITT Sheraton, que en 1968 decidió abrir cuatro sucursales en Latinoamérica: Río de Janeiro, Buenos Aires, Santiago y Lima.
La obra empezó a construirse en setiembre de 1970, en la primera cuadra de Paseo de la República, a pocos metros del popular ‘zanjón’ de Bedoya, gracias a los planos del arquitecto peruano Ricardo Malawchowski Benavides y del estadounidense Edward Durell Stone.
La primera piedra del hotel cinco estrellas fue colocada en 1970.
Entre los rumores que los limeños curiosos desperdigaban por la ciudad, figuraban las numerosas versiones de que, en medio de la noche, entre las columnas y paredes recién levantadas, aparecían los fantasmas de los fusilados en el antiguo Panóptico, la Penitenciaría de Lima (1862-1961), construido en el mismo lugar, en tiempos del presidente Ramón Castilla.
Fueron dos años y medio de duro trabajo, pero todo estaba listo para funcionar a fines de febrero de 1973. Había costado 520 millones de soles de la época.
El Sheraton abrió sus puertas con una ceremonia sin estridencias, a las 3 y 20 de la tarde de ese jueves 1 de marzo de 1973. En el hall se reunieron ejecutivos de la cadena hotelera, junto con algunos de los primeros 29 clientes. Todos se hospedaron en el quinto piso.
El viernes 2 de marzo, el reportero de El Comercio describía: “En el extremo de un espejo de agua de más de 20 metros de largo, se ve imponente un cuadro de Machu Picchu a todo color e iluminado, que es el atractivo principal de los asistentes”.
Entre luces y sombras
A lo largo de sus 40 años, el Hotel Sheraton de Lima vivió crisis, pero también momentos gloriosos. Una de las figuras de los años 70 más recordadas fue la actriz venezolana Lupita Ferrer, famosa por las telenovelas que protagonizaba. Cada vez que llegaba a Lima, la Ferrer se hospedaba infaltable en una suite del Sheraton.
El hall del hotel mantenía la simetría entre lo moderno y lo clásico.
En los últimos años de la década de 1970, su imagen de gran hotel urbano se consolidó. En él se quedaron a disfrutar cantantes famosos como José Luis Rodríguez ’El Puma’ o el español Miguel Bosé, así como presidentes y jefes de Estado de todos los continentes.
Por su cercanía al Estadio Nacional, el hotel se convirtió en estratégico para acoger a delegaciones deportivas, como equipos de fútbol o selecciones nacionales, que no deseaban desplazarse hasta Miraflores o San Isidro.
Uno de los instantes más dramáticos que vivieron sus huéspedes fue cuando, apenas a dos años de su apertura, sufrió la violencia de los revoltosos que dañaron su fachada aprovechando una huelga policial, en los primeros días de febrero de 1975.
Sin embargo, para 1981 el hotel contaba con un reconocido prestigio internacional, que llevó a que la Corporación Mundial Sheraton le diera el galardón del mejor Hotel Sheraton de Latinoamérica.
A mediados de los 80 eran clásicos los mítines políticos ante su frontis y ocasionalmente se convertía en sitio de descanso de sus protagonistas.
Fue el primer hotel cinco estrellas de una cadena internacional en llegar al Perú.
Los cierres campañas del ex alcalde de Lima, Alfonso Barrantes Lingán; o el del joven candidato aprista, Alan García Pérez, tuvieron como fondo la fachada del hotel de cinco estrellas.
Pero, sin duda, fue el asesinato de Marita Alpaca Raa el hecho más grave que ocurrió dentro de sus instalaciones.
El suceso quedó grabado en la memoria de toda una generación. La noche del 19 de agosto de 1990, el banquero Leandro Reaño arrojó a su novia Marita del piso 19. La víctima cayó al borde la piscina del hotel. El de Marita fue el único caso policial que vinculó al hotel con las páginas rojas de los diarios.
El nombre que hoy lo distingue es el Sheraton Lima Hotel & Convention Center, pero todos le decimos “el Sheraton”, como algo ya familiar dentro de la capital.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio