Cuando Lima celebró su primera feria internacional del libro
Este viernes 18 de julio se inaugurará la edición 19 de la Feria Internacional del Libro de Lima. Ello nos trae a la memoria la primera edición en 1995, en la que El Comercio estuvo presente con sus publicaciones; pero también nos remite a muchos años atrás, para ser precisos a 1960, cuando nuevamente el diario Decano participó en una aventura tan admirable como útil: la primera campaña del libro en el Perú. En Huellas Digitales recordamos estas inolvidables historias.
El antecedente más concreto de una especie de “primera feria del libro” en Lima ocurrió entre el 18 de abril y el 27 de julio de 1960, durante el segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche. Fue una campaña que unió en un mismo propósito a cuatros editoriales y al diario El Comercio, con el fin de acercar el libro a los lectores peruanos.
Junto con las librerías ‘Studium’, ‘Juan Mejía Baca’, ‘La Familia’ y ‘La Universidad’, el diario Decano llevó adelante un proyecto que buscaba premiar al mejor comprador de libros con un boleto viaje, ida y vuelta, a París, Francia.
Por cada 50 soles de compra en libros el lector recibía un boleto numerado para el sorteo. La campaña, que auspició El Comercio, contó con el apoyo de grandes escritores como Enrique López Albújar y Ciro Alegría, quienes hasta firmaron ejemplares de sus libros en las librerías auspiciadoras. Amas de casa, trabajadores, universitarios, colegiales formaban el nutrido grupo de lectores motivados por la campaña.
El 28 de julio de ese año la Beneficencia Pública de Lima dio el nombre de la ganadora, fue la señora Alicia Gayoso, quien no solo obtuvo los pasajes a París, vía ‘Air France’, sino también 500 dólares americanos como bolsa de viaje.
Fue la primera demostración de que unidos los libreros podían organizar un evento que motivara a los lectores a adquirir libros. No tuvo un local único o propio -como hoy la 19° feria en el parque Los Próceres, de Jesús María- pero sí cuatro librerías céntricas que cumplieron a cabalidad su cometido cultural.
Luego vendría el esfuerzo de la Municipalidad de Miraflores para organizar la primera Feria del Libro Ricardo Palma en 1972, la cual convocó a cerca de 10 mil personas que recorrieron el Parque Central del distrito durante varios días.
La primera feria internacional
Era el 20 de abril de 1995, cuando el director del Instituto Nacional de Cultura (INC), Pedro Gjurinovic, anunció la organización de la “Primera Feria Internacional del Libro”. Dijo entonces: “Somos un país de autores que muchas veces deben emigrar para editar sus producciones”, y luego firmó el convenio con la Cámara Peruana del Libro para coordinar la realización en Lima de la anhelada feria.
Las fechas estipuladas para el evento internacional serían del 21 de setiembre al 8 de octubre de ese año, y ocuparían las instalaciones principales del Museo de la Nación, en San Borja. El presidente de la Cámara Peruana del Libro, Julio César Flores, expresó que este evento era para el país la mejor vitrina que permitiría a nuestros creadores e intelectuales insertarse en el mercado internacional.
“El Perú es básicamente importador de libros, pero no exportador porque hace falta que nuestros escritores y editores entablen contacto y realicen un intercambio con sus pares internacionales”, dijo, muy entusiasta. En los meses siguientes, además de lidiar con el 18% de IGV, los libreros pugnaron por una ‘Ley’ que protegiera la venta y distribución del libro en el Perú. En el fondo, se buscaba un salvavidas para la industria y para el aquejado lector.
En esa lucha por más presupuesto, los editores tuvieron el apoyo del INC. Un respaldo simbólico, sin duda, pero que colaboró con los miembros de la Cámara Peruana del Libro para establecer vínculos profesionales entre el sector editorial del Perú y el de América Latina.
Dos días antes del inicio de la feria (el 19 de setiembre), los medios de comunicación daban cuenta de la participación de 100 expositores y la presentación de 40 a 50 mil títulos. Los stands estaban terminándose de implementar, mientras que los organizadores esperaban que ingresaran a la feria “unos 100 mil visitantes”.
Esos 18 días fueron de citas y reuniones no solo entre escritores, sino también entre empresarios, exportadores e importadores de libros nacionales y extranjeros. Estaba asegurada la presencia de la Corporación China de Comercio Internacional del Libro; Ediciones Larousse S.A.; Editorial Norma y la Cámara Argentina del Libro. También participarían editoriales de EE.UU., España, México, Argentina y Colombia.
La inauguración fue el jueves 21 al mediodía. En esa jornada, el ministro de Educación, Dante Córdova, dio por iniciada la feria. Durante su intervención, ratificó la decisión del Gobierno Central de “elaborar una política cultural con la participación de todos los sectores”.
Fue bien vista la presencia ministerial, aunque no trajo ningún anunció de incremento en el presupuesto para el sector cultura ni campañas de promoción de la lectura. Menos un anuncio de incentivos para las empresas que apoyaran la cultura y el arte. La única noticia que proclamó el ministro fue el de la pronta construcción de la nueva sede de la Biblioteca Nacional, en la avenida Javier Prado, en San Borja (esta se inauguraría en marzo del 2006, al final del gobierno de Alejandro Toledo).
Dos días después de la inauguración, el sábado 23 de setiembre de 1995, se inició el ciclo de presentaciones con el libro del escritor y compositor César Miró: `Elogio y elegía del Amauta’. En los días siguientes se presentaron los libros `De Tinmarin’ de Eliana Ramírez de Sánchez Moreno, `Instrucciones para atrapar a un ángel’ de Javier Arévalo; e `Historia del poder’ de Domingo Tamariz Lúcar.
El Comercio en la feria del ‘95
El Comercio, entonces con 156 años de vida institucional, tuvo una participación destacada en esa primigenia feria. Con un stand completo expuso sus principales trabajos editoriales. El Departamento de Investigación Periodística y Archivo (DIPA), dirigido por Silvia Miró Quesada de Lira, implementó adecuadamente el stand del Decano.
En ese stand se podían apreciar los escritos de Ricardo Palma y César Vallejo como colaboradores de El Comercio, debidamente recopilados y publicados en una cuidada edición. Otro libro fue `La Línea de Chorrillos’, escrito por Juan de Arona; y, especialmente, los tres tomos de `La Historia a través de El Comercio’. Hasta libros de cocina ya publicaba el diario y puso al alcance del lector en esa primera feria internacional.
El escritor venezolano Arturo Uslar Pietri dijo alguna vez: “Las ferias son viejas como el hombre. Es el mejor lugar para reunirse y verse. El mejor lugar para comprar. La feria es una institución tan vieja como la humanidad”. Nunca fue más verdad lo dicho por el autor de ‘Las lanzas coloradas’.
(Carlos Batalla)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio