De vuelta al barrio: ¿Qué ha cambiado?
Hace 5 años publiqué mi primer post en este blog, y recuerdo que mi texto se titulaba “¿Por qué ser vegetariana?”. En una página llena de argumentos un poco forzados, y con la foto de un tenedor tendido sobre el jardín, yo intentaba armarme de valor para convencer a todo el mundo de que ser vegetariano no era algo peligroso y de que, muy probablemente, comer menos carnes era un camino positivo. Por esa época, era necesario demostrar que los vegetarianos no éramos una secta que moría de anemia.
Desde entonces las cosas han cambiado muchísimo, la opción vegetariana no se percibe como algo negativo sino que más bien se relaciona con la salud, y el ritmo con el que ha crecido el interés de la gente por informarse sobre lo que come, es alucinante. Los post que escribí hace un par de años ahora me parecen sacados de la prehistoria… ¿Hablar de la novedosa semilla de chía?, ¿explicar qué es un producto orgánico? Eso ya no es novedad, la chía está por todos lados (pan con chía, yogurt con chía, hasta cremolada de chía…) y los productos orgánicos suenan más que nunca, incluso se han implementado zonas de productos orgánicos en varios supermercados.
Ahora también veo bioferias y tiendas naturistas en más distritos, me llega publicidad de cursos de cocina saludable, veo muchos fanpages y grupos debatiendo en redes sociales y definitivamente, encuentro más opciones vegetarianas cuando salgo a comer. Y en cuestión de medios, antes era impensable prender la tele y ver a Schiaffino cocinando pachamanca vegetariana o a Gastón entrevistando a los dueños de El Almazen. ¿Será que comer saludable ahora es más fácil? No lo sé… por un lado diría que sí, pero cambio de opinión cada vez que tengo que pagar 18 soles por un paquete de quinua de 500 gramos en un supermercado. ¡Qué podemos hacer!
Otra de las cosas que suceden ahora, es que tu amiga de la oficina renuncie a la seguridad del sueldo fijo para emprender un negocio de extractos verdes medicinales, armada únicamente con la convicción de que ése es el futuro (les paso el dato cuando abra). ¿Y saben qué también puede pasar? que asistas a un taller de trabajo y que cuando sea la hora de pasar al salón de almuerzo, te alcancen una notita que dice “ubíquese en la mesa con el arreglo de flores naranja, es la mesa para vegetarianos”. No es broma, ¡había una mesa especial para vegetarianos! Éramos 5 de 300, pero ahí estábamos, almorzando completo, sin tener que sacar la carne del plato.
Es claro que a raíz de la “Ley contra la Comida Chatarra”, todo el mundo se ha puesto a hablar de salud, y hay quien podría decir que todo esto sigue siendo una moda, pero yo me animaría a creer que hoy en día sí existe un interés genuino de las personas por alimentarse mejor. Con respecto a esto, el estudio Thinkfit de Kantar Worldpanel nos dice que 8 de cada 10 peruanos miran los rotulados de los productos (78%), esto es una gran señal de interés, y por lo tanto una gran oportunidad. Pero, paradójicamente, el Estudio de Opinión Pública sobre nutrición y hábitos de alimentación saludable realizado por Datum, indica que solo el 8% de los peruanos sabe qué implica una dieta saludable, esto es, desconocimiento total. ¿Cuándo tendremos el curso de nutrición en la currícula escolar? Es una pregunta que me he hecho toda la vida.
Lo cierto es que aunque sintamos la moda de la comida saludable en el ambiente, esto no es garantía de que realmente los peruanos nos estemos alimentando mejor, al menos si miramos el panorama de manera un poco más amplia y nos comparamos con otros países. Hace poco el doctor Elmer Huerta publicó un post con información difundida por la revista The Lancer Internacional, que concluye que “el consumo de alimentos no saludables está aumentando en un grado mucho mayor que el de los alimentos saludables, especialmente en países pobres y de medianos recursos como el Perú”.
¿Cómo es posible entonces que se escuche por todos lados el tema de la alimentación saludable, pero que a la vez estemos comiendo peor que antes? Justo mientras me hacía esta pregunta, encontré sobre mi escritorio una revista de corte económico, y al darle una hojeada, pude leer el siguiente titular: “Grupo Aje: nuevos problemas, nuevas estrategias”. La nota detallaba que, según un informe de la empresa de inteligencia de mercado Euromonitor, “en el Perú, los consumidores han empezado a migrar de las gaseosas y bebidas con sabor a fruta (pero sin pulpa) a opciones más saludables, como el agua embotellada, los jugos y el té listo para tomar”.
Después de leer la noticia, automáticamente me pregunté: ¿los peruanos han migrado a opciones más saludables o han migrado a opciones que perciben como más saludables? No sé ustedes pero yo no creo que los jugos de caja y los tés embotellados sean realmente saludables, al menos no los que se me vienen ahora a la mente. Y leyendo un poco más, encontré que un informe de Kantar Worldpanel decía que el mercado peruano está en desarrollo con respecto al consumo de productos saludables, y citan el incremento en la categoría de yogurt light. ¿Será el yogurt color rosado eléctrico que no contiene fresa en sus ingredientes, saludable?
¿A qué llamamos saludable entonces? Hay un concepto que me gustó mucho y que leí hace poco en un post de Antonia Cafati. Entre otras cosas, ella lo define como “comer comida”, así de sencillo, y parece muy obvio pero para nada lo es. La regla sería algo así como: si puedes reconocer sus ingredientes y visualizar de dónde vienen, cómelo. Antonia nos dice “si vemos un paquete de galletas del supermercado probablemente no podremos reconocer más de 2 ó 3 de sus ingredientes, el resto (que probablemente van a ser más de 10) no sabremos ni qué son, ni de dónde vienen y muchas veces ni cómo se pronuncian. Eso no es comida”.
Como se habrán dado cuenta, este primer post está lleno de preguntas y no podría ser de otro modo, hoy estamos en un contexto especialmente complejo en cuanto al tema de la alimentación saludable. Y como dice el mismo informe de The Lancer International, aquí juega la regulación del gobierno, la industria, y también la sociedad.
Por mi parte, podría quedarme escribiendo y planteando interrogantes por una semana sin dormir, así que, más allá de intentar dar respuestas, propongo comenzar a compartir temas que nos ayuden a afinar nuestro concepto de “comida saludable” y por qué no, a promover también la alimentación vegetariana, que para mí no es otra cosa que sinónimo de salud.
Hay muchísimos temas para compartir, y de hecho yo he acumulado 2 años de ideas para posts, pero nadie mejor que ustedes para sugerir temas, aquí se puede discutir todo lo que sume.