Adiós, Alex Chilton
Alex Chilton ha muerto. Quizás esto no signifique nada en la superficie del mundo del pop contemporáneo. Obvio. Alex no solía aparecer al lado de las celebridades que a veces se paran frente a un micrófono para pasar por músicos, ni en esos ‘reality’ donde acaban los jubilados del glam metal de los años 80. Además, ya estaba por cumplir 60 años y eso, en estos días, ya es suficiente para que no te dejen clasificar al próximo mundial de la música pop.
Pero, aunque casi nadie lo recuerde, Alex fue una influencia decisiva en algunas de las bandas más notorias de los últimos 30 años: R.E.M., Replacements, Lemonheads, Wilco y Elliott Smith son parte de su notable descendencia. Estos músicos cayeron bajo el hechizo de Alex gracias a la banda que tuvo en la ciudad de Memphis a comienzos de los años 70: Big Star. En ella, el joven músico y ex cantante de los Box Tops escribió un catálogo de canciones que pueden considerarse entre las mejores de la historia del rock o, al menos, de una parte de ella.
En los 70, una época de blues pesado, de improvisaciones eternas y de experimentación casi científica, Big Star no tuvo miedo de ocultar su predilección por melodías sentidas y hermosas, prístinas guitarras acústicas, arrebatos de riffs eléctricos que poseían mucho más alma y swing que el de la mayoría de rockeros de entonces, además de sorprendentes e intempestivos ritmos de emotividad desbocada que sabían agitar las aguas cuando era necesario.
Pero, en Big Star, antes que nada, se escribían canciones notables. Basta escuchar algunas de ellas para percibir el gran talento que había detrás de cada una de ella y tener la seguridad de que no van a caer en el olvido si sabemos reivindicarlas en el momento y el lugar adecuados.
Cada disco de Big Star tiene su propia personalidad y crea un universo bastante definido. El primero, “#1 Record” (1972) es el más dulce e inocente de todos. “Radio City” (1973) es lujurioso y exuberante. “Sister Lovers” (grabado en 1975 pero editado varios años después) es un agujero negro de desencanto y pasmada desesperación que sigue provocando fascinación en todo aquel que sufre el impacto de sus ondas sonoras.
Como suele suceder, los discos casi ni se vendieron y sería en los años 80, cuando los jóvenes músicos de la escena alternativa los redescubrieron, que empezaría el culto a Big Star. En fin, estas son algunas de mis canciones favoritas y suerte de una despedida a uno de mis músicos favoritos.
“Thirteen”
“September Gurls”
“Ballad of el Goodo”
“Nightime”
“Thank You Friends”