Campo de Almas: "Contraluz" y un retorno que revela vigencia [Reseña]
En el año 2000, Campo de Almas se convirtió en una de las apuestas más interesantes del nuevo rock peruano. Apareció con un disco potente, plagado de potenciales éxitos (“Adicción”, “Arial”, “Miedo a volar” son pruebas de ello), aunque no ostentó la parafernalia comercial de sus pares de la época: Libido, TK y Cementerio Club.
La banda tampoco ganó una lengua de MTV, pero sí una legión de seguidores que aumentó considerablemente con su siguiente incursión discográfica: Tardes Frías de Verano (2002). Así consolidó su característico sonido, que fue moldeado por su entonces productor Wicho García. La fórmula era simple: melodías reconocibles y letras introspectivas. Un pop rock bastante ortodoxo.
Hoy recurren a similares sonoridades en Contraluz, el álbum que los trae de vuelta luego de seis años de ausencia discográfica. Han pasado quince años desde su auspicioso debut y la madurez alcanzada por el quinteto se evidencia en esta nueva producción, que los devuelve a la escena local con sorpresiva vigencia.
El disco abre con el sencillo promocional “Cuando cierro los ojos”, que ostenta una estructura melódica y rítmica en clave power pop. Así se abre paso el segundo track, “Cada minuto”, marcado por unos riffs guitarreros que contrastan con unas letras algo remilgadas.
“Boulevard” es el primer gran momento de Contraluz, gracias a sus pertinentes guiños al country y al eficiente arreglo de saxo a cargo de Jean Pierre Magnet. En tanto, “Despertar” nos remite a las sonoridades del mejor pop español; y “Mal” rememora la fuerza interpretativa de la banda en sus inicios: un ritmo constante es el cómplice adecuado para las líneas vocales de Sotillo.
Hacia la mitad del disco aparece “Stonepatty”, el segundo gran momento del álbum. Es evidente la mano del flamante productor Jeffry Fischman en el track, quien genera paisajes sonoros para acompañar la sutil voz de Patricia Alonso. “Te vi” y “Todo me aleja de ti” mantienen la impronta sonora de Campo de Almas, con las guitarras afiladas de siempre y melodías reconocibles.
“Al cielo conmigo” es dominada nuevamente por la voz de Alonso y nos traslada a las primeras apuestas de la discografía de la agrupación. Además, el track presenta hacia el final una interesante apuesta por progresiones más complejas. Todo concluye con la pausada “Esa noche”, de índole más acústica y con letras más intimistas; otro sello característico del quinteto.
En una escena local dominada hoy por la tendencia hacia la electrónica y el revival de todas las décadas posibles, Contraluz aparece como un recordatorio de la escuela post noventera. Del pop rock digerible, pero no por ello prescindible. De aquellla movida que marcó una época a inicios del nuevo siglo y que ahora revela una súbita vigencia.
► Ficha técnica
País: Perú
Año: 2015
Sello: Oz Records
Producción: Jeffry Fischman
Grabación: Duane Baron en Dungeon Studios
Mezcla: Duane Baron en Los Angeles, USA
Masterización: Tom Baker en Los Angeles, USA
Arte y fotografía: Yayo López y Eder Rengifo
► Escucha el primer sencillo de Contraluz aquí: