Gracias, muchachos
Fueron dos minutos fatales, inesperados. La película que no queríamos ver parecía tenernos de protagonistas. Penal fallado y roja para Morel. La gran ilusión se derretía, la sonrisa burlona del compadre asomaba sobre las sienes. Pero la crema nunca se rinde. Debía apelar a aquello que la hace distinta. Y así, de atrás, mandando, jugando, metiendo, superó el trance y ganó con justicia. Tuvo garra. Eso que quienes llevan otros colores nunca sabrán qué es.Cuando dos rivales apuestan a lo mismo, a veces los partidos se hacen aburridos. Asi fue el primer tiempo: intrascendente, soso, chato. Universitario y Anzoátegui salieron a esperarse, a apostar por el error del otro. La marca urticante, el juego trabado, los pelotazos imprecisos invitaban al bostezo. Solo después del descanso las cosas empezaron a cambiar.
Era la ‘U’ la que proponía, la que se asentaba al ritmo de Morel, cuando surgió la jugada bisagra del partido: Ampuero se metió al área con desparpajo y fabricó un penal que el árbitro sancionó sin miramientos. Tocaba preparar las gargantas para el grito. El derechazo anunciado de Morel, la atajada del golero, congeló las sonrisa. Luego vino su choque con un venezolano, algunos brazos que se extienden, y una roja de apariencia exagerada. Adiós, pensaron muchos. Anzoátegui, que ya había metido un par de sustos, se vendrá con todo, aprovechará el descontrol, hará lo suyo. Se adueñará del partido.
Pero la crema se acordó de lo que es. Empezó a multiplicarse, a hacerse sentir. Y Chemo, el vilipendiado, hizo una jugada sabia: mandó a Miguel Torres a la cancha porque los venezolanos, tan prolijos para hostigar, empezaban a desprotegerse. Por la derecha fue Miguel y no tardó en plantar su bandera. Era la fórmula. Después solo había que administrar la pelota, jugar con la desesperación rival, ser inteligente. De eso se encargó Vitti, con panorama para habilitar con simpleza, sin apremios. Sirvió a Miguel para el primero -que Ruidíaz aprovechó- y puso el segundo con una joyita que hubo que aplaudir de pie.
Godoy Cruz será distinto. Es un chico con chapa de grande, que riega de buen fútbol los restos del torneo argentino. Afortunadamente, la llave se definirá en Ate, lo que supone una ventaja. Con Galliquio recuperado, la defensa ganará en solidez. Vitti es el llamado a sustituir a Morel y si Fano no se recupera, quizá Del Solar se anime por otro volante de contención. En casa, la historia será otra.
Mi mayor deseo, como el de ustedes seguramente, es que este triunfo se convierta en bisagra, que a partir de ahora, al menos sobre el verde, se le dé continuidad a un once para ajustar el funcionamiento colectivo. Y, por supuesto, que los dirigentes y socios hagan su tarea, olviden sus peleas ridículas, y dejen al equipo trabajar con tranquilidad.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.