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AFP y ONP en peligro: ¿podrá el Estado garantizar el pago sin afectar el presupuesto público?
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El envejecimiento a un ritmo más acelerado de la población, la mayor esperanza de vida y la falta de financiamiento de los sistemas previsionales público y privado que les permitan garantizar pensiones mínimas a sus afiliados generarán un gasto público creciente y permanente en el futuro para atender este rubro.
Este es uno de los principales hallazgos del estudio titulado “¿Quién pagará? La dinámica de la reforma del sistema de pensiones y su impacto en la equidad intergeneracional", elaborado por el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP).
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A partir de una simulación -que toma en cuenta la dinámica demográfica, el ingreso de nuevos aportantes y de nuevos pensionistas-, el documento estima que en los próximos 50 años el Estado tendría que invertir S/ 427.364 millones para financiar pensiones, cifra que equivale al 40% del PBI del 2024. De este monto, una cifra que equivale al 16% del PBI (S/ 169.904 millones) atendería el déficit futuro del Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la Oficina de Normalización Previsional (ONP), mientras que el 24% del PBI (S/257.460 millones) cubriría la futura brecha en el Sistema Privado de Pensiones (SPP).
El desbalance financiero de ambos sectores, en ausencia de grandes reformas, si bien no será muy grande durante los primeros años, sí crecería significativamente a partir del 2040. Mientras que el gasto público en el SNP aumentaría sostenidamente para cubrir un déficit de S/6.601 millones anuales hacia el 2075, en el SPP alcanzaría los S/14.000 millones anuales [ver cuadros].
La Ley de Modernización del Sistema Previsional, cuyo reglamento publicó el MEF a inicios de setiembre, aumentó la pensión mínima en el SNP a S/600 mensuales y las pensiones proporcionales por años de aporte hasta S/400 y S/300 mensuales. Asimismo, estableció la aplicación de pensiones mínimas de S/600 en el SPP.
En la última modificación de esta norma, el Congreso de la República autorizó medidas que impactarán en el largo plazo las fuentes de financiamiento del SPP. Entre estas figuran el octavo retiro de las AFP hasta por cuatro UIT(S/21.450), la suspensión del aporte obligatorio de trabajadores independientes o la derogación de la restricción en el retiro del 95,5% de los fondos para menores de 40 años.
“La reforma generará un enorme costo, dado que la mayoría de afiliados no podrá ahorrar lo suficiente para cubrir la pensión mínima, lo cual se acentuará luego del octavo retiro de las AFP”:
Tema de fondo
Noelia Bernal, investigadora del CIUP y una de los autores del estudio, sostuvo que la reforma generará un enorme costo dado que la mayoría de afiliados no podrá ahorrar lo suficiente para cubrir la pensión mínima, lo cual se acentuará luego del octavo retiro de las AFP. Estima que, tras este hecho, el gasto público necesario para cubrir el déficit solo en el SPP se elevaría del 24% hasta el 37% del PBI.
“La reforma no nos dice cómo se va a financiar el gasto porque en los próximos años cada vez más gente se jubilará y llegará con poco ahorro. Hoy, el 80% de afiliados a las AFP ha retirado dinero, tiene poca plata en su cuenta, pero pedirá pensión mínima, basta que demuestren que han aportado 20 años. Los ocho retiros que ha tenido el sistema representan 13 puntos del PBI”, explica.
Según cifras de la SBS, el octavo retiro implicaría la salida de S/31.600 millones, al que accederían 7,9 millones de afiliados. En los siete retiros anteriores salieron del sistema privado unos S/115 mil millones. Tras el último retiro, de los 10 millones de afiliados, 2,2 millones quedaron con un saldo nulo en sus cuentas y otros 6,4 millones con menos de S/5.350.
La especialista considera que se deben implementar medidas previsionales adecuadas a la realidad del mercado laboral.
“Tenemos que pensar qué sistema de pensiones podemos pagar sin poner en riesgo las finanzas públicas ni hacerles pagar los costos a las futuras generaciones. Cómo podemos reformar nuestro mercado laboral para que la mayoría de los trabajadores poco productivos, con bajos salarios y con intermitencias en los aportes puedan ahorrar un poco para tener siquiera una pensión pequeña (...). Para garantizar buenas pensiones hay que tener una fuente de financiamiento grande y eso lo logras subiendo la tasa de aporte o la edad de jubilación, pero esas son reformas más difíciles porque la población se opone”, añade.
Los afectados
El estudio revela también que los jóvenes y nuevos afiliados que ingresen a ambos sistemas serán aquellos que asuman, en mayor medida, el costo de las pensiones futuras, a través de más impuestos. Tendrán que pagar más contribuciones; sin embargo, recibirán menos transferencias o pensiones que sus antecesores.
Por ejemplo, las personas que actualmente superan los 40 años recibirán un flujo de pensiones que superaría largamente los aportes que les queda por hacer.
“¿Y qué pasa con los aportes previos que ya hicieron [antes del 2025]? En el sistema privado ya no es tan relevante porque la gran mayoría ha retirado fondos. Las generaciones jóvenes, que actualmente tienen entre 18 y 20 años, recibirán pensiones más bajas en comparación con lo que les tocará aportar para financiar los déficit futuros", comenta Bernal.
Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE), señala que los retiros han hecho que el sistema de pensiones regrese para la gran mayoría de afiliados a niveles de inicios de los años noventa. Añade que recuperar la capitalización de las cuentas individuales tomará un buen tiempo para la mayoría de afiliados, lo cual podría afectar en términos fiscales y sociales a las generaciones que se vayan jubilando entre los próximos 10 a 20 años.
“Reconociendo que el sistema se ha ido degradando en el tiempo producto de los retiros y que tenía grandes espacios de mejora fuertemente vinculados al mercado laboral, era un paso en la dirección correcta. No hay manera de hablar de un sistema previsional si mantienes el 95,5% [de disponibilidad del fondo a ser retirado] o si mantienes retiros extraordinarios. Hoy, tal como está no es un sistema previsional que busca proteger a las poblaciones del riesgo de vejez, y esa protección involucra un ahorro forzoso para tener una cobertura en el tiempo relativamente estable”, opina.





