Es la segunda vez que la administración del presidente Pedro Castillo se refiere a Agrobanco como pieza clave del desarrollo del sector agrícola.
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Luego de que en el mensaje presidencial el mandatario anunciara que Agrobanco se convertirá en un “eficiente motor del desarrollo” de la agricultura del país durante su gobierno, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, indicó durante su discurso de de investidura que el plan de reactivación agraria propuesto por esta administración incluye un aumento del patrimonio del Banco Agropecuario.
Estos recursos, según Bellido, permitirán que el banco opere de forma más activa en el FAE-Agro, que junto a los S/400 millones del Fondo AgroPerú dotarán de apoyo financiero a los pequeños agricultores por un monto que asciende a S/1.400 millones.
¿Qué tan viable es que Agrobanco pueda cumplir con la tarea encomendada? Para los especialistas, el banco estatal carga con una ‘mochila’ de las malas gestiones anteriores de la entidad, que le impide operar con agilidad y modernizarse. A la vez, es muy pequeño para abastecer a todo el sector y por último, enfrenta incentivos perversos por parte de los deudores, generados en su mayoría, por el Congreso.
El Banco Agropecuario al término de julio afronta una morosidad del 85,4% y tiene una cartera de alrededor de S/880 millones, de las cuales, apenas S/133 millones se encuentra vigente (al día).
Fuentes del sector sostienen que el banco estatal inició un proceso de reestructuración en el 2020, debido a que carga con malos créditos otorgado en gestiones anteriores por entre US$15 millones y US$20 millones, que inciden en una cartera atrasada de S/700 millones, que la entidad hasta el momento no ha terminado de provisionar.
“Se habla de un monto que resta por provisionar de S/75 millones, por la cartera mala”, dijo una fuente familiarizada con este asunto. A ello, se sumaría una deuda que el banco estatal mantiene con Cofide por otros S/75 millones.
Por si S/150 millones de déficit fuera poco, según las fuentes consultadas, el Ministerio de Agricultura encargó a Agrobanco desembolsar S/450 millones para el fondo AgroPerú, con una comisión de confianza de 3,5% cuando los costos operativos del banco y del sector para este segmento supera el 12% de los fondos.
A decir de Carolina Trivelli, exministra de Inclusión Social, las cifras agregadas de Agrobanco son un desastre por los clientes grandes a los que les prestaron las administraciones anteriores y que hoy están en un proceso de cobranza.
No obstante, el banco ha pasado por un proceso de reestructuración y la nueva cartera dista de la anterior, porque su nueva normativa lo obliga a prestarle solo a pequeños agricultores. Además han habido mejoras en su gobierno corporativo.
Según las fuentes, la nueva cartera del banco presenta una morosidad de 8,5%.
No obstante a ello, según Trivelli, el banco actualmente atiende alrededor de 20 mil agricultores y en su mejor momento pudo atender al triple, con lo cual, no resuelve el problema de financiamiento que enfrentan más de dos millones de agricultores.
Por ello, Trivelli sugirió que el Gobierno invierta en mejorar las capacidades del banco para que pueda llegar a más beneficiarios. Según las fuentes, el ‘core’ tecnológico del banco es de hace más de 10 años y ha quedado obsoleto, lo que aumenta sus costos operativos. La entidad requiere capacitar al personal y mejorar su evaluación de riesgo.
Además, según Trivelli, como entidad estatal enfrenta los costos propios de la burocracia.
Así, la economista sugirió tener un plan “B”, que conlleve a involucrar las cadenas más semiformales que usan los agricultores para encontrar vehículos de créditos.
“Hay que trabajar con las cooperativas, prestamistas, los molinos, etc., toda la cadena logística en la que participa el agricultor”, indica Trivelli.
Incentivos perversos
Para Luis Miguel Castilla, director de Videnza Consultores, además de los problemas antes mencionados, la entidad estatal enfrenta incentivos perversos hacia la condonación, debido a que la mayoría de las medidas del Congreso siempre han buscado esa salida para los agricultores; ya que cuando han enfrentado problemas, la solución ha pasado por ‘perdonarles’ la deuda.
“No hay incentivos alineados. Siempre hay la expectativa de que por tratarse de un sector sensible, hay una condonación futura”, sostiene también el exministro de Economía.
Por ello, a decir de Castilla, inyectarle más recursos a Agrobanco no resuelve el problema y por el contrario aumenta las contingencias fiscales. Debido a esta razón, propone que el Estado fomente de forma más agresiva la asociatividad, mediante el contrato entre los grandes y pequeños agricultores, para que de esa forma los pequeños puedan tener acceso al financiamiento, asistencia técnica y mejorar su productividad.
“Los productores de caña de azúcar, por ejemplo, dependen de de los pequeños cañicultores, de los cuales acopian el 30% o 40% de lo que se procesa y tienen incentivos para de darles convenios que les permita acceder al crédito”, dice.
El economista comenta que otra política que se debe fomentar es la titulación de predios, para que existan colaterales que les permitan acceder a financiamiento a los agricultores, que no necesariamente todo tiene que ser público. Esto porque la asociatividad, así como la existencia de colaterales mejoran las condiciones de financiamiento de los agricultores.
“Toda la intervención publica tiene que estar pensada en mejorar la competitividad y productividad del agro y eso se ha escuchado poco”, menciona.
Desde Agrobanco
El gerente general de Agrobanco, Ronald Bourgeois, afirmó a El Comercio, que el banco sí esta en la capacidad de colocar importantes recursos a la pequeña agricultura.
“Los S/ 400 millones anunciados y que se encuentran asegurados para el Fondo Agroperú, con toda seguridad lo podremos colocar, tal como lo hemos efectuado con los primeros S/ 440 millones, meta que se cumplió el pasado 26 de agosto, el cual fue realizado en menos de un año y en medio de la pandemia. Adicionalmente colocamos más de S/ 128 millones con fondos propios de Agrobanco”, aseveró Bourgeois.
De acuerdo con el funcionario, el Banco Agropecuario requiere un aporte patrimonial significativo que les permita iniciar rápidamente un proceso de transformación digital, mejorar su hardware y software para aumentar su velocidad de atención y reducir sus costos, además de permitirles tener una mayor presencia en las zonas más alejadas del país.
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