Cada día, aumenta el porcentaje de bebés gravemente afectados el Virus Sincitial Respiratorio (VSR). Pese a ser poco popular, lo hecho por el momento por este virus cobra notoriedad debido a que, en el Perú, el 20% de los prematuros fallece por causa de una infección respiratoria, de acuerdo con el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades.
El extitular del Ministerio de Salud (Minsa), Jorge Abel Salinas, explicó que el impacto del VSR es mayor en los recién nacidos prematuros, ya que su sistema inmune está en proceso de maduración. Además, porque tienen menos tiempo de transferencia de anticuerpos maternos, motivo por el cual pasan sus primeras semanas de vida hospitalizados e incrementa su riesgo de complicaciones.
“El VSR es una infección altamente contagiosa, que se transmite a través de la tos, el estornudo o por contacto directo con material contaminado, ya que el virus puede sobrevivir unas horas en superficies. Esta enfermedad, que afecta las vías respiratorias, hace que los bebés que hayan sufrido síntomas graves sean más propensos a padecer asma, alergias y dificultades respiratorias en los siguientes años de su vida. Incluso pueden llegar a desarrollar complicaciones cardiacas”, explicó Salinas.
“Este virus también es la principal causa de neumonía pediátrica y bronquiolitis en recién nacidos. Es preocupante, ya que un recién nacido prematuro o de alto riesgo por enfermedades congénitas puede pasar entre tres y cinco semanas en unidades de cuidados intensivos y, en los peores casos, las complicaciones que genera el VSR pueden llegar a causar la muerte”, agregó.
Al año, aproximadamente 5,000 bebés prematuros se encuentran en riesgo de ser hospitalizados debido a este virus. Sin embargo, no es posible conocer un cálculo exacto frente a cuántos bebés son afectados por el VSR por dos motivos; el primero es por la falta de un monitoreo nacional y, el segundo, porque a miles de niños con virus respiratorios no les toman muestras para ser analizadas en el Instituto Nacional de Salud.
Algunos de los síntomas que afectan la salud de estos niños son: tos persistente, mucosidad nasal, fiebre, silbidos en el pecho y el aumento de la frecuencia respiratoria, efectos que pueden durar hasta 3 semanas. Asimismo, puede causar infecciones en las vías respiratorias y problemas de corazón.
Secuelas de por vida
Además de los graves síntomas que un bebé presentará al contraer esta enfermedad, existen secuelas que pueden quedar durante el resto de sus vidas como problemas respiratorios, asma o inflamación crónica de los bronquios. Esta situación, además, podría empeorar si estas personas viven en ambientes con tabaco o en zonas de gran altitud, donde el oxígeno está menos disponible.
“Lamentablemente, no existe un tratamiento que cure esta enfermedad; sin embargo, existen formas de inmunizar a los bebés para poder minimizar los riesgos y mantenerlos saludables. Países como Chile, Colombia, Argentina, Brasil, Uruguay, México, ya cuentan con esta inmunización. Sin tener esta posibilidad en el país, se está dejando en una situación de grave riesgo a los recién nacidos, en especial a quienes tienen menores recursos”, finalizó Salinas.